La droga, ¿y Colombia?

Publicado el Jorge Colombo*

Una posición racional frente al problema de las drogas

En entradas anteriores he explicado que las tratados vigentes en materia de control de drogas no solamente han fallado en mitigar el problema de la droga, sino que lo han empeorado. También he hecho alusión a la posición de varios analistas según la cual no podemos hacer mas que aferrarnos al sistema actual y sacrificarnos en él. ¿Es esa, de verdad, nuestra única opción?

En Septiembre del 2002 el comité especial comisionado por el senado canadiense culmina un ambicioso estudio sobre el cannabis. Entre sus conclusiones, el estudio recomienda a la cancillería denunciar ante las Naciones Unidas los tratados internacionales que regulan las sustancias psicoactivas [1]:

«Internacionalmente, Canada tendrá o bien que retirarse de los tratados y convenios o bien declarar que estará temporalmente en contravención hasta que la comunidad internacional acceda a revisarlos. El comité opta por la segunda opción, ya que le parece la mas coherente con la tradición y el espíritu de la política internacional canadiense. Ademas, hemos visto que estos tratados internacionales promueven relaciones desbalanceadas entre el hemisferio norte y el hemisferio sur al prohibir el acceso a plantas, incluyendo el cannabis, que son cultivadas en el hemisferio sur, mientras que al mismo tiempo se desarrollan sistemas de regulación de medicinas producidas por la industria farmacéutica en el hemisferio norte. Canada podría aducir a este desbalance para presionar a la comunidad internacional a que revise los tratados y convenios existentes sobre sustancias psicoactivas.»

Así pues, lo mínimo que se puede hacer es denunciar el sistema actual. Y es que solo basta con citar al gringo que se lo ocurrió la política anti-droga mundial, Harry Anslinger, para darse cuenta que detrás de tales tratados hay principios etnocentristas (por no decir principios racistas) [2] :

«la marihuana causa en las mujeres blancas el deseo de tener relaciones sexuales con negros, con artistas o con cualquiera.»

No es ninguna coincidencia que las drogas de preferencia del capitalista exitoso, un cigarro en una mano y un vaso de whisky en la otra, sean las drogas legales. O mejor dicho, estas dos drogas son legales justamente porque son las drogas del hombre blanco. De hecho no hay ninguna medida objetiva que indique que el consumo de cannabis, de hoja de coca o de opio sean mas nocivos para la salud que el consumo de tabaco o de alcohol.

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Nota: Estos mapas están aún bajo revisión. Los bordes entre los países reflejan las fronteras actuales y no las de hace un siglo. Por el momento la información representa lo que, de buena voluntad, mejor corresponde a mi conocimiento. Pero, requiero de mas información para completarlos con precisión. Por ejemplo la definición de blanco varía entre los diferentes países de América. Por otro lado, la división entre las regiones donde hay registro de uso tradicional de alguna droga es mucho mas compleja que los bordes entre países. En el sur este asiático, en China y en el subcontinente indio se sabe que la gente usaba tanto el cannabis como el opio. Los holandeses cultivaban la coca en la isla de Java, también se sabe de cultivos de cannabis en Estados Unidos anteriores al siglo XX. Por uso tradicional entiendo que hay gente vinculada tanto a la producción como al consumo; que existe o bien un uso espiritual o un uso medicinal o bien una identidad alrededor del consumo; y que esto ha sido así por mas de dos siglos.

Referencias

[1]: Reporte, Comité especial en drogas ilegales del senado canadiense, Conclusiones y Recomendaciones, Recomendación 11, Parlamento 37 Sesión 1, 2002.

[2]: P. Guither, Why is Marijuana Illegal?, DrugWarRant.com,

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