El profesor Jorge Enrique Ramírez Ramírez nos presenta esta reflexión sobre la importancia de la prudencia para la vida, como una especie de saber práctico que puede orientar nuestras decisiones y acciones.
El profesor Jorge Enrique Ramírez Ramírez nos presenta esta reflexión sobre la importancia de la prudencia para la vida, como una especie de saber práctico que puede orientar nuestras decisiones y acciones.

Por: Jorge Enrique Ramírez Ramírez, Mg. En Educación
IE. Julio Pérez Ferrero – Cúcuta
Director CEID – ASINORT
“La prudencia es responsabilidad infinita por el Otro, donde el rostro del Otro interpela al Yo, exigiéndole cuidado y acogida sin reciprocidad, incluso más allá de uno mismo, para no caer en la indiferencia (el mal) y construir una justicia que no olvide al individuo concreto”. E. Lévinas
Este tiempo, el año 2025 entra en su recta final, un tiempo para el encuentro en familia y con los amigos, para ganar energías, para organizar las prioridades que importan, para revisar los compromisos cumplidos y los pendientes pero también un presente próximo 2026 lleno de expectativas, de motivaciones y promesas, de incertidumbres, donde cabe la imagen de Jano, el dios de los finales y los comienzos, es en esta transición temporal donde luchamos contra lo fugaz por recuperar una experiencia vital profunda y con sentido, que nos exige actuar con discernimiento y prudencia en las distintas situaciones de la vida,
Nada más importante que el día de hoy, decía Goethe para referirse al valor que tiene el tiempo presente y su aprovechamiento, para vivirlo deliberadamente, es decir con intención, conciencia y propósito al estilo Thoreau. Vivir con discernimiento, es hallar con lucidez la diferencia entre lo superficial y concentrarse en lo esencial, implicando . simplificar la vida, eliminar las distracciones y cuestionar el materialismo consumista que nos agobia, para poder reflexionar sobre los hechos fundamentales de la existencia y responder a la propia conciencia.
La tradición filosófica nos enseña que se honra como prudente a quien sabe deliberar bien, es decir a quien tiene rectitud de juicio para alcanzar un fin útil. Aristóteles afirma en su Ética a Nicómaco que la prudencia es esta cualidad que, guiada por la verdad y por la razón, determina nuestra conducta con respecto a las cosas que pueden ser buenas para el hombre.
La prudencia, muy nombrada y solicitada en el tiempo de navidad, es el hábito práctico que une la razón y la acción, esencial para alcanzar alegrías inolvidables, buena vida y trabajar por el bien común, pero también da fortaleza para enfrentar con lucidez situaciones complejas y adversas de la vida. En otras la prudencia nos invita a pre-ocuparnos por los otros e interesarnos por el cuidado de sí y de los otros
También es señalada como la capacidad de actuar y tomar decisiones justas y buenas en contextos de vulnerabilidad y conflicto, además de vivir con autenticidad y sabiduría, nos da el coraje para luchar contra las ilusiones, el anonimato, la irresponsabilidad y el fanatismo. La prudencia es una forma de orientarse en el pensar y el vivir bien.
En estos tiempos de polarización política y de prejuicios ideológicos, la prudencia es un artefacto cognitivo, así como una práctica esencial de referencia que nos ayuda a pensar sin barandillas (Arendt), un pensar sin asideros ni justificaciones fáciles, un pensar propio, además de ese diálogo interno que nos permite resistir el mal y el conformismo, y nos da la capacidad de juzgar en el espacio público, distinguiendo hechos de opiniones y actuando con responsabilidad para proteger la esfera política y la vida humana. Es una guía que conduce por la acción correcta, nos ayuda a tender el puente entre las normas y las circunstancias para juzgar situaciones de la vida, y no nos deja llevar por la obediencia de sectas políticas o las modas ideológicas. Nos enseña a evitar el mal y a comprender el ejercicio de la política como espacio donde se escucha y se reconoce la pluralidad de voces sin violencia
Allí donde reina la confusión entre lo ético y lo político, la prudencia proporciona el sentido de la reserva y la veracidad, da el juicio para distinguir la acción política en sus alcances de propuestas y proyectos en la vida pública
Frente al actuar ventajoso, egoísta y corrupto, la prudencia nos abre la ventana a inventar conductas justas que ponen en ponen en equilibrio el deseo personal con el bien común y el respeto por el otro en un proceso narrativo y reflexivo. Nos permite dar juicios morales en dilemas para vivir bien
La prudencia nos hace personas de bien no por una recompensa final, sino por un deber ético personal de actuar correctamente, elegir valores propios y asumir la libertad en la vida cotidiana, sin esperar premio alguno. La prudencia nos ayuda a ser la mejor versión de uno mismo dentro de las prácticas humanas
En la comunicación diaria, la prudencia nos motiva a no ser ligeros de palabras, a hablar con cuidado, sensatez y moderación, pensar antes de decir evitando malinterpretaciones, herir o causar daño, para considerar el impacto de las palabras, el contexto y la audiencia, con el fin de construir, ser claro, respetar a los demás y evitar daños, conflictos o malentendidos, actuando con sabiduría para que lo dicho sea útil y constructivo, no destructivo. La prudencia nos ayuda a evitar el chisme, la difamación y la murmuración que pueden dañar la reputación y la imagen de otras personas.
La prudencia dota de criterios para juzgar la información de las redes sociales, que promueven en sus contenidos y prácticas expresiones de odio y de agresión colectiva, las nuevas formas de violencia sicológica y exclusión social con mensajes ocultos detrás de la cultura de la cancelación, los linchamientos digitales y la polarización tóxica que dominan las plataformas.
En estos tiempos de encuentro cercano con la familia y con los amigos, y de expresión espiritual, propicio para vivir con menos violencia y más apertura hacia los otros, promover la caridad y diálogo, démosle la bienvenida en los buenos deseos, a cultivar la práctica de la prudencia en nuestras vidas.
La prudencia es una especie de sabiduría práctica que nos guía al elegir y al comprometernos con el bien en el mundo, superando caprichos personales para realizar su trascendencia y construir juntos entre iguales la comunidad a través de la reflexión, el discernimiento y la acción justa y responsable, integrando al otro.
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