Mercadeando

Publicado el Dagoberto Páramo Morales

Ni la Copa América pudo

Definitivamente no hay más ciego que el que no quiere ver. Cuesta trabajo aceptar que Colombia tiene un presidente que se niega a ver lo que sucede, ni siquiera porque desde el exterior le restriegan los hechos frente a su mirada que parece perdida en la lontananza de la inacción y la total desconexión con la realidad que cada día es más contundente e inocultable. Es sorprendente. Ni siquiera porque la gente que ha intentado convencerlo ni es de izquierda ni tampoco hace parte de una conspiración que él ve por todas partes, ha abierto los ojos que en tiempos de campaña eran tan vivaces y esperanzadores para quienes votaron por sus propuestas, y así darse cuenta del terrible daño que le está haciendo al país y a su correspondiente imagen que cada vez está más deslucida y sin vida.

Es inaudita la forma en la que el gobierno se está cayendo por pedazos y aunque la caída parece en barrena, no hay reacción alguna que nos ayude a salir de este atoro en el que andamos por cuenta de los justos reclamos de grandes capas de la población que han vivido en las más deplorables condiciones. Es de no creer pero el gobierno ha preferido meter la cabeza en el hoyo de la arrogancia y la constante negación, antes que bajar de ese absurdo pedestal en el que algunos lo han subido y cerciorarse de los reclamos de una juventud que no está dispuesta a ceder así les siga costando la vida y el sufrimiento esté a la orden del día y de todos los días.

Es macondiano lo que nos sucede. Es apabullante la actitud asumida por el gobierno, su gabinete y sus más recalcitrantes defensores que han decidido arrancharse cada vez más en las paredes de sus aposentos para negarse a ver tanto dolor, tanto sufrimiento y tanta represión como la que se ha tomado nuestras calles haciendo crujir el sistema hasta lo más hondo de sus entrañas. No hay reacción que ayude a ver una luz en medio de este panorama que nadie ve con claridad más allá de las insulsas respuestas proporcionadas por algunos de sus insípidos funcionarios que siguen viendo el mundo como el que a ellos les tocó. ¿Por qué negarse a ver lo que cada día les golpea sus pálidos rostros? ¿Será que la defensa de sus intereses no los deja ir más allá del cañaduzal para ver la limpieza del bosque?, ¿O será que la arrogancia que destilan les obnubila el pensamiento y la mirada para dejarse arrastrar por esa sensibilidad que dijeron tener cuando andaban en busca de los votos de quienes creyeron sus ahora incumplidas promesas?, ¿O será que no se han cerciorado que la comunicación de hechos de la vida ha pasado a los medios alternativos y las redes sociales con lo que es posible dimensionar la realidad que los grandes medios de comunicación siguen obstinados en ocultar?

No es posible tanta desidia. Ni porque la Copa América no se hará en nuestro territorio, se vislumbra un despertar institucional, así sea momentáneo, para contemplar el mar de descontento y desesperanza que deambula por las calles, gritando y poniendo el cuerpo a pesar de los atropellos y la sangre derramada. Se prefirió pedir un aplazamiento antes que aceptar que el paro nacional sigue vivo y en plena lucha. Antes que despertar de ese marasmo en el que andan metidos, los dirigentes intentaron acudir a los viejos moldes -pan y circo- con los que nos han dado caramelo distrayéndonos con encuentros deportivos que desviaron nuestra atención. Ellos han preferido seguir danto tumbos “buscando salidas” que ni a ellos mismos convencen, antes que aceptar que parte de la responsabilidad recae en sus añejas y anquilosadas formas de darle solución a lo que vivimos hoy. Los enroques de funcionarios de alto nivel que ningún interés muestran en asomarse a la realidad que los golpea sin pedirles permiso, son una muestra más de su degradada forma de ver las circunstancias que viven millones de compatriotas.

Por su misma petulancia tampoco pudieron darse cuenta del tremendo error cometido por algunos alcaldes -Barranquilla y Pereira- quienes decidieron jugar con la realidad social tratando de ocultar el descontento popular mientras los partidos internacionales se llevaban a cabo. Están tan enceguecidos y metidos en el “modo negación” que ni se dieron cuenta que esa fue la más impactante de las vitrinas para que la comunidad internacional constatara lo que actualmente nos está sucediendo y que las redes sociales se han encargado de dar a conocer en el mundo entero: estamos en paro y en “modo protesta”, aunque a muchos les incomode.

 

 

Ya está disponible el nuevo video en mi canal de YouTube “Marketing y Sociedad”: “El precio”. En este programa hacemos una reflexión inicial sobre el concepto de precio que supera «lo que la gente está dispuesta a pagar por un producto», como nos lo han enseñado siempre. Enfatizamos los aspectos subjetivos en la percepción del consumidor e incluimos los costos implicados y las utilidades a obtener en comparación con los precios del mercado. Se precisan los tipos de precios para productos nuevos.

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