En medio de la efervescencia que vivimos, el momento parece propicio para seguir reflexionando sobre algunos componentes claves del marketing dirigido a rescatar y poner al servicio de la sociedad determinados espacios urbanos.
Como hemos venido pregonando en esta columna, el marketing territorial –de región, de ciudad- implica, por un lado, el estudio de las demandas de los mercados-meta con todas sus complejas exigencias y por el otro, un riguroso análisis de las verdaderas capacidades que se tienen para atraer turistas y potenciales inversionistas. Es seguro que, al contar con la conjugación de estas dos realidades de mercado, va a ser posible tomar las correspondientes decisiones estratégicas con el único fin de establecer y explotar las ventajas competitivas que cada región detenta, todas ellas transformables en bienestar ciudadano.
Es claro que tamaño propósito colectivo reclama el concurso de muchos agentes y fuerzas sociales que por ser parte del denominado “mercado organizador” son las llamadas a liderar el proceso a fin de lograr la concreción de las metas y los objetivos previstos con antelación. Estos participantes son: el sector privado, la ciudadanía, la academia y el Estado.
Cuando se habla del sector privado se está haciendo referencia no solamente a las grandes, medianas o pequeñas empresas, sino que se está también considerando a los gremios que las representan y defienden sus intereses sectoriales. Su participación no debe limitarse solo a donar algunos recursos financieros o a facilitar espacios físicos para el buen funcionamiento de la organización social encargada de promover este tipo de marketing, sino que es indispensable que parte de sus utilidades puedan seguir siendo reinvertidas en nuevos proyectos productivos que a su vez abran nuevos puestos de trabajo con las consabidas consecuencias que ello comporta para el conjunto de la sociedad.
Involucrar a la ciudadanía –a toda, no solo a una parte- implica no únicamente escuchar su voz y sus a veces incomprensibles reclamos sino sobre todo propiciar su creativa participación en todos los órdenes de la vida social. Ella es el artífice del cambio y en tanto que fuerza dinamizadora del proceso no puede quedarse a la expectativa contemplando el accionar de sus dirigentes y líderes comunales, esperando que todo le sea resuelto sin pestañear siquiera.
Incorporar a la academia con todo su potencial científico e investigativo, es una responsable forma de alejarse de las mezquindades politiqueras y partidistas que infortunadamente se han incrustado en la mayor parte de los proyectos sociales que han propugnado por el mejoramiento de las condiciones de vida de la mayor parte de colombianos. La participación de investigadores científicos sociales reduce el margen de equivocación, por cuanto la rigurosidad que se practica en el interior de los claustros universitarios es trasladada al proceso de estudio, análisis y comprensión de las circunstancias propias de los mercados que se pretenden captar y atender.
Considerar la participación del Estado en sus diferentes niveles –nacional, regional, local- no solo asegura que las políticas estatales y gubernamentales sean impulsadas desde los diferentes órganos del poder, sino que permite disponer de los recursos y las partidas presupuestales necesarias para el logro de los objetivos sociales y políticos buscados. La coherencia y consistencia de las decisiones gubernamentales va a garantizar, a lo largo del tiempo, la inversión en infraestructura vial y de servicios públicos básicos que pueden demandar las empresas de los diferentes sectores que se puedan instalar en el radio de influencia.
Como puede verse, el marketing de región –ciudad, territorio- demanda mucho más de lo que algunos “expertos” han sugerido. Se requiere el concurso de todos bajo un horizonte claro y definido que sea capaz de juntar voluntades, experiencia, recursos e imaginación para que los turistas y los inversionistas vuelvan sus miradas sobre la ciudad, el departamento y la región. La decisión está tomada. Nuestra responsabilidad es inmensa. El compromiso es de todos y para todos. Ojalá que estas palabras no las arrastre el viento sin que ni siquiera las hayamos sentido en la piel, en el corazón, en la mitad de nuestros más profundos afectos por nuestras regiones llenas de magia y encanto. ¿Estamos dispuestos?
Ya está disponible el nuevo video en mi canal de YouTube “Marketing y Sociedad”: “Segmentos del mercado electoral”. En este programa presentamos las características esenciales de cada uno de los 5 segmentos del mercado electoral: a) fiel, 2) seguidor, 3) indeciso, 4) oscilantes, 5) abstencionista (radical, circunstancial, desinteresado). Planteamos también la forma de acceder a cada uno de ellos.
https://www.youtube.com/watch?v=OjCSKJE5B6k&t=933s
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