Por el Prof. Dr. Felipe Janica — CEO, JNC LLC

“La era del dinero fácil y las importaciones baratas ha terminado. El crecimiento ya no será un accidente: deberá ganarse.”

Una Nueva Encrucijada Económica

A medida que el 2025 se aproxima a su cierre, la economía estadounidense se encuentra entre la resiliencia y la recalibración.
El crecimiento sigue siendo positivo, aunque débil; la inflación, aunque más contenida, no desaparece; y la Reserva Federal camina con cautela entre su credibilidad institucional y la necesidad de evitar un deterioro del empleo.

Los analistas proyectan un crecimiento del PIB de 1,8 %, una inflación en torno al 3 %, y una tasa de desempleo que podría alcanzar el 4,5 % en 2026. No es un escenario de crisis, pero sí una advertencia: el ciclo expansivo de pospandemia está llegando a su madurez, y la política económica debe volver a los fundamentos.

“La inflación de hoy tiene un nuevo rostro: estructural, arancelaria y cada vez más política.”

Aranceles: El Impuesto Invisible al Consumo

La inflación estadounidense ya no responde únicamente al exceso de demanda. Hoy es una inflación de costos, alimentada por los aranceles y las fracturas logísticas.
Entre el 60 % y el 80 % de los nuevos aranceles impuestos en 2025 están siendo pagados por los propios consumidores y pequeñas empresas.

Aunque los aranceles se presentan como una herramienta de protección industrial, en realidad actúan como un impuesto indirecto que encarece los bienes importados y nacionales.
El resultado es un aumento sostenido de precios, menor competitividad global y un efecto dominó sobre los países integrados a las cadenas de valor de Estados Unidos —especialmente en América Latina.


Un Mercado Laboral con Menor Pulso

El mercado laboral estadounidense, antes sobrecalentado, muestra signos de desaceleración.
El auge de la inteligencia artificial y la automatización está generando una nueva etapa de “crecimiento sin empleo”, en la que la productividad sube, pero el número de puestos de trabajo no lo hace.

Las grandes corporaciones se adaptan rápido, sustituyendo mano de obra por tecnología y manteniendo márgenes altos.
Las pymes, en cambio, enfrentan presiones crecientes:

  • financiamiento costoso,
  • escasez de trabajadores calificados,
  • y una demanda cada vez más sensible al precio.

La Fed lo sabe, y por eso reduce tasas gradualmente, intentando evitar una caída abrupta del consumo y del crédito.


La Fed y su Acto de Equilibrio

Con una tasa de fondos federales cercana al 4 %, la Reserva Federal intenta equilibrar dos objetivos: bajar la inflación sin frenar el crecimiento.
Un recorte apresurado podría estimular el crédito, pero reactivar presiones inflacionarias.
Una política demasiado conservadora, en cambio, podría elevar el desempleo y enfriar la inversión privada.

El desafío es mantener la credibilidad de la Fed, evitando que la economía entre en una espiral de expectativas negativas.
Hoy, la confianza es el activo más escaso.


“Hoy coexisten dos economías: una global y resiliente; otra local y vulnerable.”


Dos Economías, Dos Realidades

En Estados Unidos coexisten dos dinámicas empresariales opuestas:

  • Las grandes compañías públicas poseen músculo financiero, poder de negociación y acceso a mercados globales. Pueden absorber choques de costos y trasladarlos al consumidor.
  • Las pequeñas y medianas empresas (pymes), por el contrario, enfrentan tasas altas, clientes más cautelosos y menor acceso a capital.

Esta divergencia no solo es económica, sino social: mientras las grandes corporaciones concentran rentabilidad y escala, las pymes sostienen el tejido laboral local. Si estas últimas se debilitan, se resiente el empleo, la innovación y la cohesión comunitaria.

Impacto Regional: América Latina y Colombia Frente al Nuevo Realismo Económico


Variable ClaveEfecto Regional (LATAM)Impacto Específico en Colombia
Tasas de Interés en EE. UU.Una reducción gradual de tasas de la Fed puede aliviar presiones sobre los bancos centrales latinoamericanos, permitiendo recortes moderados en la región.El Banco de la República podría bajar su tasa del 8 % actual hacia el 7 % en 2026, si la inflación converge al 4 %. Sin embargo, el margen depende del tipo de cambio y del déficit fiscal.
Aranceles y Comercio ExteriorLos nuevos aranceles de EE. UU. reducen las exportaciones latinoamericanas, especialmente de manufacturas y bienes agrícolas.Exportadores colombianos de flores, café industrializado y textiles enfrentan costos más altos y menor competitividad frente a Asia.
Tipo de CambioUn dólar más débil tras los recortes de tasas puede fortalecer temporalmente las monedas regionales, pero con alta volatilidad.El peso colombiano podría apreciarse en el corto plazo, pero volvería a presionarse si los precios del petróleo bajan o se reduce la entrada de inversión extranjera.
Remesas e Ingreso MigranteLa desaceleración del empleo en EE. UU. afectará el flujo de remesas hacia México, El Salvador, Guatemala y Colombia.En Colombia, las remesas podrían crecer menos del 3 % anual en 2026, impactando el consumo en regiones como el Eje Cafetero y el Valle del Cauca.
Inversión y Riesgo PolíticoSi los países latinoamericanos no ofrecen estabilidad jurídica, los capitales buscarán refugio en bonos del Tesoro estadounidense.Colombia debe recuperar confianza inversora con disciplina fiscal y seguridad jurídica, evitando volatilidad tributaria y sobrecarga regulatoria.

“Cada decisión monetaria en Washington tiene un eco político y social en Bogotá, Lima y Ciudad de México.”


Más Allá de la Política Monetaria

El desafío estructural trasciende las tasas de interés.
Ni los aranceles ni los recortes resolverán los problemas de productividad.
América Latina —y especialmente Colombia— necesitan una estrategia conjunta que combine:

  • inversión en educación técnica y digital,
  • fortalecimiento de infraestructura logística y energética,
  • y una política comercial inteligente y pragmática, no ideológica.

La región debe pasar del discurso del “proteccionismo patriótico” al de la competitividad sostenible.


Conclusión: Liderar en Tiempos de Realismo

Entramos en una era donde el liderazgo económico exige claridad moral, visión estratégica y propósito.
El populismo fiscal, el intervencionismo y el cortoplacismo ya no son sostenibles.

Para los empresarios, la respuesta no está en esperar estímulos, sino en reinventar los modelos de negocio, fortalecer los equipos y digitalizar procesos.
El liderazgo del futuro será aquel que inspire confianza, aun en medio de la incertidumbre.


“El liderazgo con propósito será el mayor activo competitivo en tiempos de realismo económico.”


Sobre el Autor

Prof. Dr. Felipe Janica es Fundador y CEO de JNC LLC, firma profesional con propósito que impulsa la transformación de profesionales y organizaciones de alto desempeño. Felipe combina su experiencia profesional como emprendedor e inversionista y como ex-socio y ex-managing partner Regional de EY Latinoamérica, autor de múltiples libros sobre contabilidad internacional y estrategia, y conferencista reconocido por su liderazgo inspirador y visión humanista de la economía. Felipe es Doctor en Administracion estratégica de negocios y en filosofía.

Sígueme en LinkedIn para reflexiones semanales sobre estrategia, economía y liderazgo con propósito.

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