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¿Y EL POSTCONFLICTO AMBIENTAL QUÉ?

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Por: Oscar Martinez @oscand_martinez

Estando a menos de dos meses para la firma del acuerdo de paz, como lo indican los puntos de la agenda pactada, y tras las negociaciones realizadas en la Habana, los Colombianos estamos esperando saber cuáles son los contenidos de lo que se acordó con las FARC, pero la pregunta del millón es ¿y el postconflicto ambiental que? Se debe tener en cuenta que el postconflicto no se  desarrollará por medio de la inversión en las grandes ciudades, ni tampoco desde un escritorio de algún ministerio en Bogotá.

Postconflicto (1)

La pregunta resulta relevante porque, para que exista desarrollo agrícola, debe haber un cambio en el manejo ambiental del país, cambios en las condiciones socioeconómicas, cambios en el modelo económico, en la gobernabilidad e institucionalidad a nivel rural y nacional. Puesto que sin medio ambiente no hay agro, eso es necesario tenerlo claro.

Sin medio ambiente, las famosas y controvertidas Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (Zidres), la política de sustitución de cultivos no lícitos, la restitución de tierras y el Plan Colombia siembra, NO van a funcionar.

Se debe tener en cuenta que el postconflicto no se  desarrollará por medio de la inversión en las grandes ciudades, ni tampoco desde un escritorio de algún ministerio en Bogotá. El postconflicto se va a desarrollar en los municipios y caseríos que actualmente ocupan las FARC, esas zonas alejadas del país, que están inmersas entre bosques y áreas fértiles aptas para cultivar y no para pastar.

Para citar ejemplos de cómo el postconflicto ambiental debe ser relevante en la implementación de los acuerdos firmados en la Habana, obtenemos información del IDEAM donde  se reporta que se perdieron alrededor 140.000 hectáreas de bosque nativo en 2014, la deforestación aumentó 16 por ciento en comparación con el año 2013. Eso representaría que el tráfico de madera ilegal está en aumento y que esa cantidad de hectáreas perdidas equivaldría al tamaño de una ciudad como la capital. También está la minería ilegal, esa que utiliza las retroexcavadoras y químicos para acabar con cauces de ríos, quebradas y generan una degradación social en las poblaciones donde esta clase de minería se lleva a cabo. Y para resaltar no hay que olvidar el aumento de las áreas de cultivos ilícitos y el programa de desminado que se ha venido implementando en esta época de conversaciones de paz.

Con estos ejemplos, me resultan las siguientes preguntas: ¿las zonas de bosques o selva donde las FARC están camufladas o mejor dicho donde viven, cómo van a ser protegidas? Las fuerzas armadas  durante años han afirmado que las FARC están asentadas y camufladas en las zonas selváticas del país que son de difícil acceso para las tropas. ¿Qué pasara cuando esas columnas de guerrilleros salgan de la selva y las zonas boscosas? Porque mal que bien esas zonas no se han perdido en una mayor proporción debido a la presencia de ellos, entonces, sería muy paradójico pensar que si así no más, con ellos metidos en medio de la selva, se están perdiendo estos porcentajes de bosque, ¿Cómo va a hacer en pleno postconflicto? Y qué tal si el bosque hablara, tal vez podría decir algo como el Chapulín Colorado: “¿y ahora quién podrá defenderme?”

La minería ilegal, que está azotando zonas del país como es el caso del pacifico especialmente el departamento del Chocó, por parte de empresas de dudosa creación, están causando la destrucción de biodiversidad, la pérdida creciente de ríos y quebradas, las cual se evidencia en imágenes de informes periodísticos o incluso en las imágenes de operativos por parte de la policía donde destruye la maquinaria que se utiliza para ese negocio ilícito. ¿Qué estarán haciendo las corporaciones autónomas ambientales de esas zonas para recuperar y mitigar los impactos ambientales que causa esta minería? ¿Dónde está la ejecución del presupuesto que están recibiendo para este tipo de programas?

El aumento de las áreas de cultivos ilícitos y el programa de desminado son parte fundamental del postconflicto ambiental, y están en el ojo de huracán, ya que la degradación ambiental de ciertas zonas del país es principalmente gracias a estos dos inmensos problemas. Ahora bien, se me ocurre preguntar como citadino que soy, ¿qué pasaría si por cada mina antipersonal erradicada, se sembrara un árbol propio de la región donde se realiza este desminado y se desarrolla un verdadero y óptimo programa de sustitución de cultivos con productos que si se puedan cultivar y comercializar rentablemente por parte de los campesinos?

 En conclusión y en respuesta a la pregunta objeto de este artículo, ¿y el postconflicto ambiental qué? Considero que se debe buscar una  sostenibilidad ambiental para las zonas donde se van a desarrollar los acuerdos del postconflicto, porque no hay problema entre crecimiento del PIB, medioambiente, bienestar y el desarrollo, siempre y cuando se deje de una vez por todas el famoso “como voy yo” (C.V.Y) que tanto ha estado presente durante años en las negociaciones entre las ramas ejecutiva, legislativa y jurídica del país a través de sus “mediaciones” en los proyectos que se desarrollan por toda Colombia, (Quimbo, ISAGEN, vías 4g, recuperación del río Magdalena, delimitación y protección de Paramos, reestructuración de reservas forestales, entre otros pequeños ejemplos)

Lo más importante es determinar cómo se va a desarrollar la intervención de los firmantes de la paz en las zonas forestales del país, ya que las personas que están inmersos en el conflicto no son solo los que están en la Habana, ya que este proceso no es para la paz de una sola persona con los jefes de las FARC, es la paz de todos y para todos, especialmente para esos colombianos que se encuentran en la selva, en el campo, esperando el resultado final de este largo, trágico e inservible conflicto armado.

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