Por: Javier Ardila @derjavi | Twitter: @maleconomista | Instagram: @maleconomista
Al final pasó lo que tenía que pasar: igual que un rockstar Richard Branson salió a saludar con un vigor y una alegría que harían creer a un desprevenido que Mick Jagger se había quedado después de su concierto en Bogotá y que ahora se dedicaba a dar conferencias. La adulación a los locales, típica en estos personajes, tampoco faltó. El magnate llevaba puesta la camiseta de James, sombrero vueltiado y una bufanda de la selección Colombia que nos mostró orgulloso mientras la multitud aplaudía y casi vitoreaba. Aunque para muchos Richard Branson fue el gancho principal del evento, el WOBI Bogotá fue mucho más que eso.
¿Qué tienen en común un campeón olímpico de waterpolo, un granjero del barrio más deprimido de EEUU, un profesor de Harvard y quizas el más famoso billonario inglés? Aunque parezca improbable en algún momento esta fue la pregunta a la que se enfrentaron los organizadores del WOBI Bogotá 2016, sin embargo estaba clara la respuesta: cada uno es a su manera y en su campo un gran ejemplo de emprendimiento y sobre todo de éxito. Es así que aprendimos desde cómo educar emprendedores en barrios deprimidos, pasando por el proceso creativo detrás de una película, hasta como sobrellevar la vida luego de un atentado terroristas. Tan acertada fue esta mezcla que ninguna de las charlas decepcionó y cada uno tuvo su audiencia. Si a esto le sumamos la puntualidad con la que se cumplió el cronograma, el evento fue una gran muestra de que en Colombia se pueden hacer cosas de gran categoría. Es así que el panorama es seguramente alentador, y es de esperar que las cosas sean aún mejores en las próximas ediciones.
Además el WOBI Bogotá también fue un excelente lugar para que pequeños, medianos y grandes empresarios hicieran netwroking durante dos días completos en el auditorio con el nombre más acorde para tal fin: el Julio Mario Santo Domingo. Da gran gusto ver a tanta gente joven y emprendedora compartir esos espacios con pesos pesados sin reparar en el tamaño de sus compañías. Como lo decía Mónica Flores, una de las panelistas y jefé de Mannpower: “debemos crear una cultura corporativa multi generacionlal”.
La participación de varios personajes nacionales aunque positiva me causó algo de curiosidad. Por un lado fue bastante positivo contar con la presencia del presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverri. Al ver que asistió los dos días pensé que él iba a utilizar el WOBI como plataforma para lanzarse de Ufólogo y ser el Jaime Maussan que los Colombianos necesitan. Pero al no hacer mención siquiera de su última busqueda en google me convencí de que su participación era una manifestación de que las cosas en Ecopetrol ya están lo suficientemente bien para prescindir del capitán por dos días: «No se si usted lee las noticias pero eso ya se maneja solo príncipe».
También descubrí que Bruce McMaster tiene tanto optimismo que haría una mejor labor dedicándose a animar enfermos terminales en vez de dirigir la agremiación de empresas más importante del país. A los ojos de Bruce la industria colombiana “se encuentra en su mejor momento”, y los efectos del dólar caro son “enteramente positivos”. Palabras motivacionales que pasan por alto el encarecimiento de la materias primas que tiene en dificultades a varias industrias.
Está bien, que cuando se trata de un conservatorio o un evento publico se le pueda bajar un poco a la rigurosidad con tal de dar buenas perspectivas, pero se corre el riesgo de que se vuelva costumbre, o peor aún, que se pierda el contacto con la realidad. Por último me gustó la honestidad del gerente de SURA quien cuando le preguntaron si su empresa trataba de llegar al sector más deprimido de la sociedad ella respondió: “Es una empresa con animo de lucro, se hace negocio donde se puedan obtener ganancias”. Como quisiera ver más empresas cuyos directivos hablan las cosas como son y no como la gran mayoría que se muestran: tan altruistas.
Stephen Ritz, educador del Bronx en Nueva York y quizás una de las presentaciones más memorables del WOBI Bogotá 2016
Para concluir existe una frase en inglés que ejemplifica claramente lo que pienso del WOBI Bogotá 2016. “No hemos hablado del elefante en el cuarto”. Y es que el World Business Forum es un evento de talla mundial mientras que Colombia sigue siendo un país bastante al margen del mundo. Esto se dejó ver entre líneas en el discurso de varios de los panelistas, a quienes se les notó su desconocimiento de nuestro país. Para no ir más lejos el mismo Branson, quien se precia de ser un libre pensador que ayuda el mundo y quien cuenta con multiples iniciativas en paises africanos dijo: «Desconocía que Colombia quedara tan cerca del Caribe». Sumándose este a los demás testimonios que tan solo unas horas antes la ministra Lacoutre había dado recontando las penurias que tuvo que pasar para convencer a grandes empresarios internacionales de siquiera venir a Colombia. La realidad, nuestro elefante, es que para muchos extranjeros Colombia sigue siendo un huequito en el mundo cuyo nombre causa más prevención que la palabra “metastasis”. Pero embargo es solo mediante eventos como estos es que el mundo de los negocios podrá entrar en contacto con lo que es Colombia, siendo el WOBI Bogotá quizás el primero en una larga fila de pasos para cambiar de manera definitiva la imagen del país y ponerlo finalmente en el mapa por una cosa distinta al narcotráfico o la violencia.
Disclaimer: El Mal Economista agradece enormemente la invitación de Master Card a participar en el WOBI Bogotá 2016.