Por Jairo F. Gudiño
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Venezuela ha dependido históricamente de las rentas provenientes del petróleo y los últimos gobiernos difícilmente han reversado esta tendencia. Ahora que los precios del petróleo cayeron, los espirales de inflación y depreciación son fuertes y la producción industrial no recupera su actividad.
Conforme los precios del petróleo caen, los programas sociales son acortados. Fuente: Meridith Kohut, The New York Times.
El panorama económico de Venezuela tras la caída de los precios del petróleo no es para nada alentador actualmente, y el gobierno de Maduro ha sido objeto de duras críticas por basar su programa de gobierno en las rentas que obtiene por barril. El grueso de las exportaciones venezolanas es la producción de petróleo, y es una tendencia histórica que ninguno de los dos últimos gobiernos ha modificado. En esta entrada se realiza un análisis de lo que está ocurriendo con la economía venezolana, utilizando variables macroeconómicas para entender con mayor profundidad por qué está así.
- 1. La tendencia histórica
Figura 1. Productos de exportación de Venezuela. Tomado de Hidalgo y Hausmann (2011).
Venezuela es un país que se ha beneficiado de las rentas del petróleo desde hace varias décadas. En la Figura 1 se puede observar la composición de las exportaciones de este país. El color café, que representa la producción de petróleo, es predominante a lo largo de toda la serie de exportaciones. En comparación, la producción de otros productos cereales y aceites vegetales o de otros metales como hierro y aluminio, de colores distintos al café, es mínima. Desde el año 2003 hasta el 2008, sin embargo, la producción de petróleo se disparó como en el resto de economías latinoamericanas al igual que la producción de otros metales, de manera que una caída en el precio del petróleo afectaría gravemente al componente de exportaciones.
Las caídas de los precios del petróleo en los últimos años dan cuenta de lo que está ocurriendo en ese país. En la Figura 2 se muestra la evolución del precio internacional del petróleo WTI, donde los períodos de aumento están marcados en blanco y los de disminución en gris. Los episodios de disminución han sido más recurrentes en los últimos cuatro años, haciendo que las rentas obtenidas por los barriles de petróleo no estén aseguradas y por consiguiente haciendo más incierta la posibilidad de incrementar el consumo y la inversión nacional. Desde el año pasado los pronósticos para Venezuela han sido aún más pesimistas cuando el precio de dólar cayó a 50 dólares por barril.
Figura 2. Precio de petróleo West Texas Intermediate mensuales. Datos suministrados por el U.S. Energy Information Administration. Algoritmo de Harding y Pagan para calcular escenarios de auge y caída.
Esta fragilidad es mayor si se tiene en cuenta que Venezuela exporta la mayor parte de barriles de petróleo a Estados Unidos, y como se observa en la Figura 3, este último país está diversificando su canasta de países proveedores. El desafío que enfrenta Venezuela es aumentar el abastecimiento de petróleo hacia países como China e India (que son sus socios más importantes), un objetivo que es más difícil de lograr en la medida que éstos últimos dos países experimenten episodios recesivos de demanda agregada y caídas en las exportaciones de materia prima hacia Europa y Estados Unidos.
Figura 3. Exportaciones de petróleo y otros líquidos desde Venezuela e Islas Vírgenes a Estados Unidos. Tomado del U.S. Energy Information Administration.
- La complejidad de los productos exportados venezolanos y la estabilidad económica
Incluso si los precios del petróleo aumentaran rápidamente en los próximos años, es muy dudoso que un país recupere su nivel de estabilidad económica si depende, exclusivamente, de este producto. ¿Por qué? Porque las posibilidades de desarrollar productos complejos y sofisticados como equipos de alta tecnología, maquinaria de precisión e invención de nuevos productos son muy reducidas si sólo se da prioridad a la producción petrolera (Hidalgo y Hausmann, 2011). Los subsidios gubernamentales se centran en la protección a la industria petrolera y no al desarrollo de tecnologías de punta; no existen en Venezuela esfuerzos por adaptar tecnologías foráneas incluso dentro de la industria petrolera ni mucho menos por darle importancia a programas de investigación y desarrollo gubernamentales.
Los países que exportan productos como maquinaria pesada, equipos electrónicos, productos químicos, materiales para la construcción e industria textil tienen mayor posibilidad de desarrollar productos complejos y por lo tanto mayor crecimiento económico (Hidalgo y Hausmann, 2011). De esta manera, la posibilidad de aumentar la interacción con el sector privado y la búsqueda de productos de exportación alternativos al petróleo constituyen objetivos para Venezuela, y en realidad para todos los países petroleros. Pero esto no es lo que ocurre en el país vecino. Para verlo, considérese la evolución de la producción de bienes y servicios no petroleros exportados desde el año 200 hasta el 2014 en las Figuras 4 y 5.
Figura 4. Producción de bienes de exportación no petroleros. Datos tomados del Banco Central de Venezuela.
Figura 5. Valor de servicios en el exterior no asociados al sector petrolero. Datos tomados del Banco Central de Venezuela.
En ambas figuras se puede observar fácilmente que la producción de bienes y servicios por parte del sector público no ha tenido incrementos sustanciales, así que el gobierno no ha incentivado la exportación de bienes alternativos al petróleo. Además, la exportación de bienes del sector privado distintos del petróleo cayó, mientras que el valor de los servicios de este mismo sector aumentó sólo hasta el 2006. Se puede concluir entonces que el sector público no logró compensar la caída de las exportaciones alternativas al petróleo por parte sector privado,
3. Consecuencias macroeconómicas de la caída de los precios del petróleo
Es muy importante analizar las consecuencias económicas que tiene para Venezuela depender excesivamente del petróleo. Y para ello, es vital la realización de un análisis empírico. Con datos mensuales desde el 2000 hasta el 2013 suministrados por el Banco Central de Venezuela se puede realizar un análisis de algunas variables de interés. A continuación se presentan las conclusiones obtenidas.
(1) La tasa de desempleo tiende a variar poco y no se afecta de manera sensible ante la caída de los precios del petróleo.
Figura 6. Evolución de la tasa de desempleo de Venezuela. Datos tomados del Banco Central de Venezuela.
Como se observa en la Figura 6, desde el año 2003 en el país vecino se ha venido experimentando una caída de la tasa de desempleo hasta el año 2008, a partir del cual la tasa de desempleo tiende a permanecer estable. Por lo tanto, se puede afirmar que el desempleo se ha logrado controlar ante las caídas intermitentes de los precios del petróleo (presentadas en la Figura 2), pero no reducir. Esto es crítico porque indica que el progreso inicial que se había logrado en los primeros años del 2000 se convirtió en estancamiento.
(2) La producción industrial venezolana aumenta lentamente pero disminuyó notablemente la actividad de este sector desde la caída de los precios del petróleo en el 2008.
Figura 7. Índice de Producción Industrial de Venezuela (Base: Enero del 2008 = 100). Datos tomados del Banco Central de Venezuela.
Como se indica en la Figura 7, la producción industrial venezolana experimentó un período de auge desde inicios del 2004 hasta inicios del 2008. No obstante, la Gran Recesión en el 2008 reversó rápidamente esta tendencia hasta mediados del 2010, aumentando de nuevo hasta el 2013 lentamente, de manera que el desarrollo de productos complejos y sofisticados para exportar se encuentra obstaculizado.
(3) Los rendimientos accionarios han aumentado de forma notoria en los últimos años a pesar de que la caída de los precios del petróleo reducen la velocidad a la que se incrementan.
Figura 8. IBC (Índice accionario). Datos mensuales obtenidos de la Bolsa de Valores de Caracas.
Los altos niveles de riesgo soberano junto con la alta rentabilidad que se obtiene de la compra de títulos soberanos de alto riesgo han impulsado al alza el índice accionario a pesar de los niveles de inflación en la economía venezolana. En la Figura 8 se observa esta tendencia desde el año 2010.
(4) La caída de los precios del petróleo ha disparado episodios de aumento de los precios en los últimos años.
Figura 9. Tasa de crecimiento porcentual mensual del Índice de Precios al Consumidor. Datos tomados del Banco Central de Venezuela.
En la Figura 9 se observa que las tasas a la que crecen los precios al consumidor en la economía venezolana han sido fuertes en los últimos años, sobre todo al inicio del 2013 con picos que sobrepasan a los incrementos en el IPC a finales del 2002.
(5) El bolívar fuerte en el mercado negro se ha depreciado exorbitantemente en los últimos años aunque la caída de los precios del petróleo hasta el año 2013 estabilizaba un poco esta tendencia ascendente.
Figura 10. Dólares por unidad de bolívar fuerte en el mercado negro. Datos tomados de dolar-paralelo.info.
Por último, la cotización del dólar en el mercado negro muestra que Venezuela enfrenta episodios de intensa depreciación, como se deduce de la Figura 10. Se tomó la cotización del dólar en el mercado negro puesto que la cotización oficial del dólar por unidad de bolívar fuerte se encuentra bajo controles regulatorios de tasa constante y no representa las condiciones del mercado venezolano ante shocks en los precios del petróleo. Hasta el 2013 estos shocks hicieron que la depreciación se volviera más lenta.
Sin embargo, la intensa depreciación del dólar en el mercado negro desde el año pasado ha mostrado que este último efecto ya no se mantiene. El precio WTI ha descendido a niveles demasiado bajos, en los países importadores el crecimiento del consumo agregado es muy débil y la implementación de política monetaria expansiva no convencional no ha tenido el efecto esperado. La escasa diversificación de las exportaciones venezolanas ha hecho imposible que esta economía se recupere aprovechando la depreciación del dólar.
- 3. Síntesis
La economía venezolana afronta una situación difícil debido a la reducida diversificación de sus exportaciones. La producción industrial y la posibilidad de exportar productos de alta tecnología para competir en el exterior son aspectos que se dejaron de lado. Difícilmente se puede defender la existencia de un estado creativo en el sentido de Mazzucato (2015), donde el estado desempeña un rol importante en la financiación de nuevos productos y favorece la interacción con el sector privado en la expansión de mercados. Las posibilidades de competir con otros países por medio de acuerdo de libre comercio son mínimas porque la estructura económica está debilitada. Si bien la tasa de desempleo se ha logrado controlar por programas de subsidios, los espirales de devaluación e inflación hacen más difícil que esta economía se recupere, como se encuentra empíricamente siguiendo la metodología de Bjørnland (2009).
No sólo el gobierno actual sino también los pasados han hecho pocos esfuerzos por resolver este problema estructural. La diferencia es que los dos últimos gobiernos han intensificado la dependencia del petróleo para la ejecución de proyectos de corto y no de largo plazo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bjørnland, H., (2009). “The Dynamic Effects of Aggregate Demand, Supply and Oil Price Shocks: A Comparative Study”, The Manchester School of Economic Studies, Vol. 68 (5), 578-607.
Hausmann, R., Hidalgo, C., (2011). The Atlas of Economic Complexity. Puritan Press, Hollis New Hampshire.
Mazzucato, M., (2015). “The Innovative State”, Foreign Affairs. Comments. Issue January/February.