El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

¡VAMOS A GANAR, COLOMBIA!

Por: DIANA GUTIÉRREZ PRECIADO

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Dos selecciones, dos equipos, dos conjuntos llenos de disciplina, pasión y amor por el deporte; con un mismo lema, una misma camiseta, un mismo sueño, un mismo objetivo; el fútbol puede ser mucho más que euforia y fiesta; puede ser una estrategia hacia la tolerancia, la igualdad y la paz.

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Fuente:  Fútbolinternacional, Comutricolor.

El 12 de junio se inauguró la Copa América en Chile, celebración que estará presente en todo el continente hasta el próximo 4 de julio, para la selección Colombia representa la oportunidad de demostrar la capacidad, pasión y dedicación de cada uno de sus jugadores, al ser  una de las favoritas para ganar y uno de los principales atractivos de todos los medios de comunicación.  En comparación, el 6 de junio se inauguró la Copa Mundial Femenina de la FIFA en Canadá, grandes estrellas femeninas juegan en busca de un triunfo y de un reconocimiento por todo el pueblo colombiano.

“Para muchos, al fútbol femenino de Colombia aún le hace falta más apoyo de entidades que avalan este deporte, como la Federación Colombiana de Fútbol, Coldeportes, el Comité Olímpico y las ligas departamentales de cada ciudad, sin embargo, la conclusión  muchas veces es que el apoyo puede existir desde el planteamiento de las políticas públicas, pero no ha existido una buena administración para hacer eficientes y efectivos estos apoyos,  impidiendo que el fútbol colombiano crezca y sea reconocido internacionalmente”(Castañeda, Moreno, 2014).  Es así como la selección colombiana femenina ha tenido varios logros que no han sido reconocidos; tales como  un título sudamericano Sub-17,  un subtítulo en el campeonato Sub-20 y un Subcampeonato en la Copa América.

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Fuente:  Fútbolinternacional, Comutricolor.

El mensaje de indignación de muchas personas radica en que la selección femenina no cuenta con la suficiente aceptación por parte de la población colombiana, cuando son los partidos de la selección  masculina todo gira sobre ello, en especial los medios de comunicación. Pareciera que el país se tomara este acontecimiento como una fiesta patria; todos lucen una camiseta, se reúnen en centros comerciales, tiendas, bares; el comercio formal e informal se afecta con la compra de elementos deportivos, afiches, banderas, pitos, entre otros; por 90 minutos el país se paraliza por el juego apasionado de los jugadores masculinos, todos tienen a su mano un televisor sin necesidad de tener un canal internacional o el pago de un precio especial, apoyando desde cualquier lugar ídolos como James Rodríguez, Radamel Falcao, Juan Guillermo Cuadrado, entre otros; jugadores de talla internacional que merecen todo el crédito y todo el apoyo.

No cuestiono ese tipo de apoyos y pasiones por parte de todos los colombianos, ya que la alegría crea un ambiente económico saludable, aumenta las expectativas y genera un mayor consumo en algunos sectores de la economía. Pero: ¿qué pasa con la igualdad de género? Es decir, ¿por qué las “súper poderosas” no tienen este tipo de protagonismo?; cuando ellas juegan nadie se da cuenta, nadie grita con cada gol, nadie se reúne, nadie luce una camiseta o compra un afiche para demostrar su agrado por estas chicas que en cada partido al igual que los hombres, ponen su alma para seguir adelante y representar al país.

Es un problema de machismo que ataca de todas las maneras  posibles a nuestra selección, las mujeres también merecen todo el seguimiento en los procesos competitivos, los medios de comunicación juegan un papel importante pero es la sociedad demandante de los programas que permite incentivar estos sucesos. Por eso, es que el cambio debe empezar desde las semejantes;  las mujeres, que son capaces de tener el control en la enseñanza y pensamiento de los niños que son el futuro. Es por eso, que a pesar de que se trate de un simple deporte es un suceso fundamental para el cambio que tanto se desea.

Para muchos, el fútbol es una capa de humo que puede hacer que muchas veces las situaciones problemáticas y amenazantes para la sociedad colombiana se vean ocultadas en la euforia, para otros es la pasión de sus días y su razón de ser;  pero lo cierto es que los colombianos amamos el futbol, somos un país apasionado por cada partido, por cada gol y eso nunca cambiará. Entonces podemos utilizarlo como estrategia de mercado, para vender la idea de la paz, la responsabilidad al consumir alcohol, la tolerancia a los demás, la equidad de género y todas esas campañas que contribuyan al mejoramiento de la vida de los colombianos del común y corriente.

REFERENCIAS

–          Castañeda, D. Moreno, L. 2014, El estado del fútbol femenino en Colombia, Universidad Sergio Arboleda.

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