Por: Nicolas Peña Tenjo
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Hace ya casi 4 meses que el alcalde Enrique Peñalosa puso sobre la mesa la posible venta de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) y, como era de esperarse, la ola de “argumentos” y de malos tratos contra el alcalde le cayó de la misma manera que al presidente Santos por la venta de ISAGEN. Aunque sí existe un debate abierto en la literatura económica sobre si vender activos públicos es buena o mala idea, en Colombia el debate es más bien flojo y basado en un orgullo patriótico ciego. No obstante, intentaré guiar un poco el debate en éste artículo.
Por: Alexander Marroquín.
Para empezar, ¿Es mejor público que privado? No hay una respuesta clara. Hay países donde unos sistemas funcionan bien independiente de quién los gerencia: Suiza y Chile tienen excelentes sistemas de salud pero uno es público y el otro privado. Entonces, ¿Qué lleva a tomar la decisión de si en Colombia es mejor un sistema o el otro? La gerencia estatal en éste país siempre se ha destacado por su falta de eficiencia y no es distinto el caso de ETB. Esta empresa ya va a completar 10 años perdiendo su valor adquisitivo y además en 2015, aumentó sus ingresos en 3% mientras que sus gastos subieron hasta el 30%. Aquello nos lleva a preguntarnos: ¿por qué no mejor invertir en la empresa y mejorarla desde el mismo gobierno?
Ronald Fischer y Alexander Galetovic, en su libro Public-Private parnerships, afirman que en países débiles institucionalmente (con leyes débiles, donde no se verifica que se cumplan las reglas, donde la corrupción es alta y donde es difícil monitorear a los gobernantes), lo mejor es que estas empresas ineficientes pasen a manos privadas. Lamentablemente, la evidencia parece indicar que Colombia es uno de estos países, por lo cual es menos probable que prosperen las empresas manejadas por el Estado.
Otro de los argumentos que rondan por ahí es: “Que peor inversión que vender un activo productivo para invertir en algo que no generará ingresos en el futuro; es dinero que se gastará y desaparecerá”. Tienen toda la razón, desde cierto punto de vista. Pero el error de este argumento está intrínseco en la misma frase, debido a que ellos ignoran que el fin del gobierno es generar mayor bienestar social y redistribuir la riqueza en el país, entonces ¿Qué es más rentable, los ingresos de ETB o invertir en educación? Un estudio de la Universidad de Harvard (Psacharopoulos, 1994) mostró que, al menos hace algunos años, los retornos a la inversión en educación en Colombia para primaria son del 20% y para bachillerato del 11,4%, algo que financieramente es difícil de igualar por parte de una empresa, tanto privada como estatal.
¿Pérdida de activos nacionales? los nuevos colegios también serían un fuerte activo nacional, solo que no tendrán una labor como generador de ingresos para reinvertir en otros rubros como seguridad, educación o salud, sino que estarían directamente afectando positivamente a uno de estos sectores, la educación. De esta forma, el idealista que ésta detrás de no privatizar es uno que se basa en el concepto de un gobierno estable que posee empresas competitivas en el mercado, no obstante los ingresos que dan estas empresas al Estado tienden a ser casi insignificanticas, como en éste caso son menores al 3% de los ingresos del gobierno local. Por otro lado, la mayor parte de los ingresos son tributarios o transferencias del gobierno nacional, entonces la baja de los ingresos anuales que daba ETB al gobierno no afectará mucho el plan de políticas públicas que éste pueda tener.
Para finalizar, las ineficiencias de las empresas públicas siempre las pagamos los consumidores, ya sea por tarifas más altas o porque el Estado debe intervenir e inyectar recursos a esa organización. Entonces, una empresa pública ineficiente es todo menos algo para tener orgullo. ETB no cuenta con el musculo financiero, ni con las eficiencias, ni con el poder de mercado para ser una empresa fuerte, lo que su venta en definitiva la ayudará a recuperarse y que pueda volver a competir en el mercado beneficiando a los consumidores. Esto además le permitirá a la capital obtener unos ingresos para invertir en un proyecto más rentable y que traerá más beneficios a los capitalinos. Cabe resaltar que un análisis aún más profundo ha de hacerse en cada proyecto de privatización, como en el caso de ISAGEN o las que vengan en un futuro.
Bibliografía
Psacharopoulos, G. (1994). Returns to investment in education: A global update. Washington: The World Bank.
Eduardo Engel & Ronald Fischer & Alexander Galetovic, 2009. «Soft Budgets and Renegotiations in Public-Private Partnerships,» NBER Working Papers 15300, National Bureau of Economic Research, Inc.