El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

¿Surgirá un nuevo reggaeton para bailar solito por la pandemia?

Los compositores tendrían incentivos para escribir estas canciones por las ganancias que recibirían por streaming, y el circulito que se forma en las rumbas podría ser la modalidad de baile de este nuevo ritmo.

Foto tomada de pixabay.com

El reggaeton es tal vez  el género para rumbear más amenazado por la pandemia, pues su principal valor agregado, “el perreo”, implica un alto grado de contacto físico. Por esto, ahora que prima el distanciamiento social y la bioseguridad, el ritmo podría verse obligado a reinventarse ¿Surgirá un nuevo tipo de reggaeton para bailar solito?

Espacio para perreadores solitarios

En ciertos países, y regiones de Colombia, es impensable bailar reguetton solito. Es más, para algunos es contradictorio para este ritmo en particular. Pero la pandemia ha obligado a siquiera considerar las nuevas alternativas, que van desde la implementación de nuevas tecnologías o incluso la mayor tolerancia a ciertas modalidades de baile.

Por un lado, plataformas como House Party tomaron fuerza en pandemia para las fiestas por videollamadas. Es precisamente eso, una videollamada en la que los integrantes hablan, toman y bailan con música que ponen por medio de plataformas de streaming. Incluso, ya hay algunos emprendimientos para optimizar esta experiencia: que consiste en enviar kits de fiesta a todos los integrantes de la reunión.

Por otro lado, el reggaeton para bailar solito podría tener también un espacio cuando abran de nuevo los rumbeaderos. Antes de la pandemia ya existía una propuesta para bailar sin ninguna pareja: el circulito. Es bastante común en Bogotá (pero muy criticada en el resto del país), y consiste en que un grupo de personas formen un círculo para bailar todos juntos, prácticamente sin contacto. Por lo que puede ser la modalidad de baile del nuevo reggaetón.

Si bien pueden ser muy cuestionadas, el hecho es que sí hay alternativas para que las personas bailen reggaeton solitos. Es decir la demanda tiene forma de existir. Pero la gran pregunta es si son bienes sustitutos, rivales o complementarios frente a la rumba tradicional. De esta manera se sabrá si este mercado será sostenible, pues la pandemia no durará para siempre.

La rumba por video llamadas pueden ser considerados sustitutos, pues sí satisface la misma necesidad que la rumba tradicional. Aunque tal vez no perfectamente sustitutos, pues incluso los jóvenes dudan de esta alternativa.

“No sé si es rumba. En lo personal me parece pésimo, todos hablan al mismo tiempo y no se entiende nada. Creo que funciona más que nada para saludar cuando alguien cumple años”, indicó Gabriela Castañeda, una joven de 21 años. Entonces, las videollamadas  no serían una amenza grande para la rumba tradicional.

Por su parte, el circulito se puede considerar como un bien complementario al baile en pareja, pues incluso antes de la pandemia ambas modalidades co-existían. Es más, a veces en un mismo grupo de amigos se formaba tanto circulito como parejas, por lo que en efecto eran bienes complementarios. Sin embargo, se trataba de una convivencia en tensión constante.

“Antes de la pandemia cuando salía a rumbear con mis amigos me gustaba siempre bailar de a parejas, máximo de a tres. Sin embargo, reconozco que en ciertos sectores de Bogotá, como la 85, sí era común que la gente bailara en circulito. Era más que nada entre personas que preferían tomar a bailar. Yo lo odiaba la verdad, era super frustrante porque preferían bailar en grupo aunque hubiera el mismo número de niños que de niñas”, explicó una estudiante universitaria que reside en Bogotá que pidió no ser citada.

De hecho, esta tensión entre estilos de baile también podría deberse a una cuestión de rivalidad por el principal activo para “azotar baldosa”: el espacio de baile. En cada rumbeadero hay metros cuadrados limitados para bailar. Y mientras bailar en pareja puede ocupar menos de un metro cuadrado, bailar en circulito puede ocupar una circunferencia igual a “𝛑 x el diámetro” que forme el grupo de amigos.

Esta rivalidad por el espacio en los rumbeaderos sí podría representar un problema de supervivencia para el reggaeton para bailar solito. Lo que implica que un estilo de baile podría desplazar a otro, o que habrá un proceso de ajuste (tal vez tormentoso) para que ambos estilos encuentren el espacio que necesitan (y así sean complementarios).

El nuevo negocio de escribir reggaetón

Keythin, artista reconocido por componer Tusa (interpretada por Karol G feat Nicki Minaj), indica que “los compositores solemos recaudar regalías por varias vías. Por ejemplo, “publishing”, que son ganancias por cada vez que la canción suena en la radio, en shows en vivo, o por cada vez que la pongan en un bar o discoteca. Otras ganancias muy importantes vienen por concepto del “master”, que nos permite participar de los ingresos que surgen cuando la canción se reproduce en las plataformas digitales (Spotify, youtube, etc)”.

Keythin también explica que antes de la pandemia se enfocaba mucho en lograr un buen porcentaje por concepto de “publishing”, pero ahora por los confinamientos las ganancias por este concepto se han caído. Por esto, “ahora la clave es lograr que nos den al menos un punto por regalías por concepto de «master», ya que así participamos en el negocio de las reproducciones por streaming”.

En efecto, la pandemia podría cambiar el negocio de escribir reggaetón. Y como los compositores ya tienen forma de explotar las ganancias por streaming, hay incentivos para escribir canciones de reggaeton que podrían bailarse en fiestas por House Party, por ejemplo. Es decir, la oferta de este negocio es factible.

Por esto, ahora los compositores tendrían incentivos a negociar diferente con las disqueras: podrían estar dispuestos a tener menor porcentaje de regalías por “publishing” (conciertos, sonadas en rumbeaderos, etc) con tal de tener mayor participación en los ingresos por “master”, es decir por streaming.

De hecho, este segmento de ingresos ya era uno de los más importantes. Según un reportaje de la revista Forbes, las ventas por streaming de reggaeton ascendieron a más de US$3.000 millones durante el 2019.

Si bien todavía no hay una apuesta clara de la industria para producir reggaeton para bailar solito, al menos se sabe que es factible pues hay potencial tanto en la demanda como en la oferta para este nuevo ritmo.

Comentarios