El Mal Economista

Publicado el andressastre

Ser Pilo Cuesta

Por: @AndresSastre

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Mucho se ha escrito a favor y en contra del programa de Becas de Pregrado del Ministerio de Educación y el ICETEX ‘Ser Pilo Paga’, iniciativa bandera del actual gobierno que representa una oportunidad de meritocracia en una sociedad tan compleja y cargada de diferencias como la nuestra. Pues bien, a la discusión sobre la pertinencia, el impacto y los costos del programa se le suma una nueva arandela: las recientes publicaciones en redes sociales informales, que agrupan a estudiantes de dos universidades, en las cuales se hacen comentarios desobligantes que denigran a los becarios con palabras despectivas que no vale la pena reproducir en esta nota. Ver artículo de Reconciliación Colombia.

La indignación de la opinión pública ha puesto de manifiesto algunas de las implicaciones colaterales de un programa tan ambicioso, así como los costos implícitos de pretender cambiar las condiciones tradicionales de acceso al sistema de educación sin contemplar el impacto derivado de romper equilibrios históricos de la sociedad colombiana. No obstante, la meta de brindar una educación de calidad a los mejores estudiantes del país con necesidad económica, aunque el proceso de selección tenga un filtro asistencialista, hace que valga la pena invertir millonarios recursos del Estado, recibir estudiantes de manera extraordinaria en las universidades y aceptar con resilencia un cambio de ciudad y/o paradigma socio-económico por parte de los estudiantes.

En cualquier caso, la verdadera pena, la vergüenza monumental, de esta polémica revelación es que estudiantes de universidades de “élite”, como las denominó la revista Semana, que cuentan con facilidades económicas, acceso a oportunidades y a condiciones sociales más favorables que la mayoría de la población, hagan comentarios cargados de prejuicios sobre los becarios y dejen entrever su limitado intelecto y falta de simpatía. Sin embargo, quiero hacer uso de este espacio para aclarar que ese tipo de estudiantes no representan a la mayoría de la comunidad universitaria, por los menos en los Andes.

Cuando estaba estudiando mi pregrado en economía en la Universidad Nacional tuve la oportunidad de cursar algunas materias en los Andes. En particular, debo decir que la experiencia fue enriquecedora por varios motivos, como la calidad académica de la institución y sus profesores, y la conducta mayoritariamente amable de los miembros de la comunidad académica con quienes coincidí, de quienes recibí el mejor trato a pesar de provenir de un contexto socioeconómico completamente diferente. Digo mayoritariamente porque, como en cualquier escenario de la vida, hubo personas cuyo trato no fue el mejor porque cargan con prejuicios ridículos hacia quienes no son como ellos, prejuicios como los que fueron expuestos en el informe de Reconciliación Colombia.

Por eso, aunque resulte preocupante y triste este costo implícito que deben asumir los becarios por cuenta de un grupo de intolerantes, considero que éste será un elemento que , con el debido acompañamiento de las instituciones, permitirá a las comunidades educativas minimizar aquellas voces cargadas de ignorancia y facilitar así que los pilos se adapten a sus nuevas vidas y culminen su proyecto académico sin mayor contratiempo con todas las ganancias académicas y personales posibles.

Poniéndonos serios: El Mal Economista lamenta que algunos medios de comunicación amplifiquen los errores de minorías de estudiantes de los Andes en lugar de difundir las diferentes experiencias positivas que muchos estudiantes becarios, entre ellos varios de los colaboradores de este Blog, han tenido en esta institución. De paso, invita a que el Ministerio de Educación trabaje de la mano con las universidades del Sistema Universitario Estatal para que en la próxima versión del programa de becas se genere un acceso más amplio a éstas.

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