El Mal Economista

Publicado el EME

Reducción del Salario Mínimo: Remedio para nuestro país

Diego García
@djgarcia429

 

A pesar de que las cifras del desempleo en Colombia se están reduciendo paulatinamente, es necesario pensar qué tipo de empleo se está generando. Por un lado, muchos están en desacuerdo con Mauricio Perfetti y sus métodos mágicos para aumentar las tasas de ocupación, pues para él, una persona que trabaja una hora a la semana no pertenece a la masa de desempleados de Colombia; y por otro, esas caídas en el desempleo no se reflejan en empleos formales sino en informales, es decir, empleados que no están cotizando a la seguridad social. En consecuencia, es obvio deducir que el mercado laboral posee distorsiones y problemas estructurales que no lo permiten ser eficiente. Pero, ¿Cúal será el problema? Yo me pido alzar la mano para responder la pregunta. Si bien fue creado para defender a los trabajadores de los posibles abusos de las fuerzas del mercado, la institución del salario mínimo es uno de los flagelos que permite la existencia de desequilibrios entre el número de personas que ofrecen su mano de obra y el número de empleados que una empresa contrata. No siendo suficiente con esto, Mauricio Santamaría –ex Director del DNP- afirma que nuestro país posee uno de los más altos impuestos a la nómina no asociados a la Seguridad Social de Latinoamérica, agravando el problema de tener un límite mínimo del sueldo de un trabajador. Esto tiene graves implicaciones: primero, menos personas pueden conseguir un empleo en el sector formal; segundo, menos personas estarían disfrutando de ventajas como estar incluido en el sistema de salud y pensiones; y por último pero no menos grave, es que los más afectados de todo esto son las poblaciones con menos recursos. Es por esto que me atreveré a hacer una propuesta para aliviar este dilema: Hacer reducciones del salario mínimo real. Para sustentar la medida, primero es obligatorio explicar cómo se implementaría este cambio y segundo, mostrar los beneficios que traería aplicarla.

Para causar caídas en el salario mínimo real, la medida propone que los aumentos del último sean menores que los mismos de la inflación. Muchos pensarán que esto es inconstitucional pero no es así, ya que esto no está estipulado en la Carta Magna colombiana y los aumentos del salario mínimo dependen de la productividad de los trabajadores. Además, esta medida no posee grupos focales y en consecuencia, es más factible que tenga éxito a nivel legislativo como social. Para ejemplificar, tomaremos el caso de Estados Unidos, donde se han aplicado estas reducciones de manera lenta, dejando el salario mínimo como una norma inocua.

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Con la implementación de esta política para el mercado laboral, los colombianos tendrán beneficios tanto a corto como largo plazo: En primer lugar, como lo muestra la gráfica anterior, existe un correlación negativa entre el nivel del salario mínimo y el número de ocupados, lo que permite inferir que caídas del primero se reflejará en mayores tasas de empleo formal; Segundo, los ingresos de los hogares van aumentar debido a que las personas que trabajan son más. Ahora tanto padre como madre e hijos mayores de dieciocho años podrán obtener un empleo remunerado. Por último, otra de los beneficios de esta medida es que reduce las tasas de informalidad y ahora, más trabajadores pertenecerán al sistema de salud y de pensiones, lo cual reducirá sus gastos en estos ámbitos.

En conclusión, reducciones del salario mínimo tendrían más beneficios de los que los colombianos piensan. Si bien esta medida no será la panacea de todos los problemas, permitirá corregir los errores presentes en el mercado laboral. Cabe resaltar que la intención no es eliminar el salario mínimo sino reducirlo porque de lo contrario, los trabajadores se verían muy vulnerables a la hora de negociar.

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