El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

Por la Paz, todo.

Por: Lina María Bermeo

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Durante los últimos meses el gobierno nacional ha sorprendido por su astucia en presentar vía fast track cualquier reforma que consideren necesaria para consolidar Paz. Y a pesar de ser algunas de sus propuestas muy llamativas, no se puede ocultar que es un mecanismo que se ha vuelto políticamente contraproducente, en especial para la Paz, aunque no se crea.

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Fuente: El Tiempo.

Recordemos que el fast track, o vía rápida, abrevia las reglas ordinarias para la aprobación de reformas legales y constitucionales, y para eso obliga saltar los tiempos de profunda deliberación y reflexión. En el caso de los acuerdos de Paz resulta deseable este mecanismo ya que  facilita su  implementación y garantiza su consolidación.

Sin embargo, luego de su aprobación por parte de la Corte Constitucional, la vía rápida   solo ha dejado sinsabores para los colombianos que tienen fe en el proceso de Paz y ha otorgado más razones a los opositores para obstruir el mismo proceso. Veamos por qué. En primer lugar, las propuestas para la implementación de los acuerdos no son los esperados y no están totalmente alineados con el pacto en la Habana. La ampliación del periodo de gobierno y eliminación de una figura como el vicepresidente poco se relaciona con  las normas electorales  para incluir a las Farc en la actividad política.

Aunque algunos consideren que la propuesta sea favorable para la democracia del país, no se debe aprovechar la vigencia de este instrumento para discutir asuntos que por su naturaleza despierta un debate nacional, el cual puede tardar más de seis meses. Proponer estos temas cuando sólo quedan tres meses para realizar los acuerdos a través de este instrumento desvía la atención de temas que realmente son competentes para su implementación.

En segundo lugar, la eficiencia del mecanismo parece disiparse por su abuso. Cuando se esperaba que el mecanismo facilitara la consolidación estricta de la Paz, se convirtió en un instrumento que le ha restado legitimidad a los acuerdos debido a las iniciativas progresistas del ejecutivo y su imagen se convirtió en un ingenio presidencialista. Por tanto, es natural esperar que  los esfuerzos del congreso por aprobar lo refrendado se fragmenten y diezme. Y esto es, el mejor escenario posible para que la oposición alimente una mala imagen hacia el proceso de Paz, ya sea desde la información o desinformación.

“Prefiero una paz imperfecta que una guerra perfecta” Decían por ahí algunos amigos de la Paz. Sin embargo, no  es posible pagar cualquier precio y soportar cualquier carga para asegurar el triunfo de la libertad o Paz, como sea que se venda. En especial, para quienes apoyan la refrendación de los acuerdos debería oponerse a  la tentación de usar desbordadamente  este mecanismo para aprobar reformas que no tienen estrecha relación con los acuerdos ni   necesidad de prontitud. La Corte Constitucional no puede validar todas estas propuestas y necesariamente esto obstruye la legitimidad del acuerdo, ni hablar del aumento de la polarización nacional.

Ahora, cuando nuevas confesiones sobre corrupción y desfalco salen a la luz, los defensores más representativos del proceso de Paz han salido mal librados por estar implicados ¿es posible seguir defendiendo la legitimidad de los acuerdos y su mecanismo de aprobación? no, pero podemos tener la seguridad que se implementarán gracias a la continuación del  actual gobierno nacional. En su momento nos preguntamos, ¿era posible refrendar los acuerdos si ganaba el No? Gano el No, pero logró imponerse el Sí. Hoy, se asegura la implementación de los acuerdos a través de una vía rápida, que se aprovecha para añadir otros acuerdos de dudosa intención y no fueron aprobados en la Habana.

Entonces, ¿Qué sigue? Para los amigos de la paz, el siguiente paso es establecer un gobierno que garantice la vigencia de los acuerdos ¿Es posible pensar en un candidato que no merezca coscorrón?  Lamentablemente la respuesta es no. La Paz estable y duradera está  permeada de inconsistencias e irregularidades,  defender la tesis de perdón es toda una hazaña cuando su proceso no es claro y se aprovecha para oportunismos dañinos. No obstante, a estas alturas,  por la Paz TODO.

 Referencias

¿Abusando del “Fast Track”?, El Espectador, Marzo 2017 http://www.elespectador.com/noticias/politica/abusando-del-fast-track-articulo-682670

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