Los que no puedan apoyarse de la banca tradicional para mercar y financiar los demás gastos de la cuarentena, podrían verse obligados a recurrir a los préstamos gota a gota en los que se paga dos o tres veces la deuda y se arriesga la vida.
- Por: Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092
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Pagar el mercado con tarjeta de crédito a más de una cuota es uno de los errores fatales a la hora de cuidar las finanzas personales. Los tarjetazos deben hacerse con bienes o servicios que duren más que el crédito: un computador, un curso de varios meses (mayor a la cuotas), o incluso la ropa. Sin embargo, en situaciones de emergencia, como la que ha desatado el coronavirus en Colombia, es válido pagar alimentos y otros bienes de primera necesidad para financiar la cuarentena de casi 20 días. Es una situación extrema en la que se pueden romper algunas reglas. Sin embargo, no todos tienen esa flexibilidad para sobrevivir, ¿qué pasa con los “parias financieros”?
La primera vez que escuché este término fue cuando realicé las entrevistas para escribir mi libro (Guía para no estar pelado). Para la investigación de unos capítulos tuve la oportunidad de conocer a personas en quiebra que se habían acogido a la Ley de Insolvencia, un recurso legal que permite renegociar las deudas con los acreedores antes del embargo del sueldo o el desalojo de la vivienda, en el caso de un crédito hipotecario.
“Soy un paria para el sistema financiero”, así describió su relación con los bancos una de las personas con las que hablé. Tal vez en la calentura de la entrevista se ignoró la semántica de la palabra “paria”, pues en realidad hace referencia al sistema de castas de La India. Pero el comentario estaba encaminado a las altas limitaciones y restricciones que implica acogerse a Ley de Insolvencia, no les dan ni una tarjeta de crédito de bajo cupo. De hecho, la misma ley colombiana prohíbe darles nuevos préstamos (con pocas excepciones). Entonces, quienes estén en esta situación no tienen mucho margen de maniobra para financiar la cuarentena.
De hecho, Luis Benítez, director de Insolvencia Colomba, firma que se especializa en asesorar personas y empresas con serios problemas financieros, explica que “los acuerdos de pago que logran quienes se acogen a la Ley de Insolvencia son muy apretados para el deudor, les dejan lo justo para vivir. Lo que los pone en una mala situación en momentos como el actual en el que deben hacer gastos adicionales para vivir durante el confinamiento”.
No son los únicos quienes presentan restricciones y limitaciones similares: los morosos que no han podidos renegociar o saldar sus deudas, y los trabajadores informales a quienes ni les dan una tarjeta de crédito, también podrían pasarla mal en los tiempos del coronavirus.
Los morosos claramente tienen su historial crediticio en rojo, lo que los deja en una mala posición para pedir cualquier tipo de financiamiento. Y aunque paguen sus deudas ya, el mal puntaje en centrales de riesgo puede tardar al menos seis meses en desaparecer (o incluso más de dos años según algunos casos establecidos la Superintendencia Financiera).
Por su parte, los trabajadores informales de ingresos medios-bajos, que no clasifiquen a los programas del Gobierno, tienen un perfil que lo bancos consideran difícil de financiar. Los que tienen un contrato laboral a término indefinido ignoran las puertas que se les abren a la hora de pedir préstamo. En algunos casos la capacidad de endeudamiento puede ser de más de 15 veces el salario mensual: alguien que gane $3 millones, puede endeudarse por hasta $50 millones a un plazo de cinco años por el simple hecho de tener un trabajo estable. Y si es por libranza, puede que el banco ni le pida algún tipo de garantía.
En cambio, para que los trabajadores informales puedan obtener algún financiamiento similar sí deben darle varias garantías a banco: fiador, codeudor, y hasta prendas (propiedades o cualquier otro tipo de posesión que el banco acepte como colateral). Lo que parece una opción poco práctica para que este segmento de la población pueda financiar su cuarentena, tal vez cuando acaben el papeleo ya habrá pasado el periodo de confinamiento obligatorio.
¿Y los nuevos auxilios?
Si bien el Gobierno anunció alivios financieros mientras se mantenga la emergencia por el coronavirus, como la suspensión de dos cuotas de pagos con la posibilidad de refinanciar la deuda sin afectar el historial crediticio, no hay muchas esperanzas estas medidas beneficien a los morosos o que están dentro de la Ley de Insolvencia.
“El Gobierno ha mencionado que la suspensión de las cuotas es para clientes con máximo 30 días en mora, y los insolventes no entran en esa condición sino con ciertos bancos específicos, tal vez solo dos. Es decir en la mayoría de los créditos que tienen no podrían acceder a las beneficios que ofrece el Gobierno”, indicó Benítez.
¿Cómo se financiarán sin la banca tradicional?
Si no pueden financiarse por familiares o amigos, la solución inmediata parece ser sistema financiero informal. Un mercado que muchos deben conocer por sus limitaciones y restricciones en la banca tradicional. De hecho, un estudio de la Universidad de los Andes, realizado por medio de la Encuesta Longitudinal Colombiana (ELCA), revela que quienes no tienen tarjeta de crédito son los que más acuden a los préstamos informales.
Lo más preocupante es que se vean obligados a recurrir a los préstamos gota a gota que, además de ser inseguros porque lo suelen manejar bandas criminales, cobran intereses por encima de lo permitido por ley. La Policía ha denunciado organizaciones que exigen tasas de más del 10 % mensual, es decir 213 % efectivo anual. Para un crédito de $2 millones a dos años, se terminaría pagando $3,3 millones tan solo en intereses. Es decir, en total se pagaría más de $5,5 millones con cuotas de $222.186. Mientras que con un crédito formal, que cobre máximo la tasa de usura (cercana al 28 % E.A.), el pago total sería de menos de $2,6 millones con pagos mensuales de $106.684.
Por esto, es claro que los que se acogieron a la ley de insolvencia, los morosos, y los trabajadores informales la tendrán difícil para financiar su cuarentena. Es poco probable que puedan beneficiarse de los alivio financieros. Y las restricciones y limitaciones que tienen los pueden obligar a recurrir a préstamos informales, como los gota a gota en los que pagan dos o tres veces la deuda y arriesgan su vida. Deberán enfrentar el coronavirus sin el apoyo de la banca tradicional.