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¡No más propinas!

Por: Sebastián Mayor

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Más allá del aspecto cultural, las propinas han traído consecuencias negativas en algunos lugares como en EEUU, donde han generado una mayor inequidad además de otros problemas de discriminación.

propina

Llegar a un restaurante o a un bar y tener que pagar una propina se ha convertido en una obligación en muchos lugares. Hay sitios en donde sin importar el tipo o la calidad del servicio que se reciba, el no dar una propina es algo mal visto. El pago de la propina se ha convertido en algo cultural, pues dependiendo del país en el que se esté, cambia la percepción que hay sobre estas. Dicen que en lugares como Japón, dar una propina es algo mal visto, mientras que en otros sitios como Estados Unidos hay restaurantes en donde incluso se colocan carteles diciendo que si no va a dar propina es mejor que busque otro sitio en donde comer. Sin embargo, más allá del aspecto cultural, las propinas han traído consecuencias negativas en algunos lugares como en EEUU, donde han generado una mayor inequidad además de otros problemas de discriminación.

Recientemente en algunos estados de Estados Unidos ha comenzado un debate con respecto a los salarios mínimos y las propinas. En ese país, en la mayoría de los estados, las personas empleadas en trabajos en los que se puede recibir una propina, por ejemplo los meseros, baristas etc. tienen un salario mínimo menor al del resto de los trabajadores; es decir, hay dos salarios mínimos. Esto funciona de esa manera debido a que supone que por medio de las propinas estos empleados pueden compensar los menores ingresos que reciben por su trabajo. hace poco tiempo se inició un debate para aumentar el salario mínimo en el estado de Nueva York hasta los 15 dólares por hora, siendo este el octavo estado que adopta estas medidas, y hasta último momento se pensó que esta medida no cobijaría a los trabajadores de propina.

Los argumentos en contra de la diferenciación de salarios entre empleados que reciben propina y los que no tienen que ver con la desigualdad que esta medida genera. Un estudio realizado por el Restaurant Opportunities Centers United[1] (ROC) muestra que en Estados Unidos más de la mitad de las personas que tienen empleos de propina hacen parte de minorías étnicas y más del 20% vive por debajo de la línea de pobreza. Además, en ese tipo de trabajos, aproximadamente el 70% de los empleados son mujeres, que además ganan menos que los hombres que hacen lo mismo, lo que hace que se aumente la inequidad de género. También este tipo de empleados tiene unas peores condiciones laborales, con poca movilidad, malos horarios entre otros. Pero lo peor de todo es que las mujeres que tienen este tipo de trabajos sufren acoso sexual en mayor proporción que las que trabajan en otras industrias. A su vez, el cobro de propinas ha generado una disparidad entre los salarios de quienes trabajan como meseros y los que desempeñan otras funciones en los restaurantes.

Adicionalmente, estos estudios han mostrado que en los estados en donde se pagan salarios iguales a todos los trabajadores, no ha habido una reducción en el empleo como se podría pensar que ocurriría ante unos mayores costos de contratación. Por el contrario, se ha aumentado el empleo en este tipo de trabajos y además han aumentado las ventas que realiza cada empleado.

Por todo lo anterior, en Estados Unidos ya hay algunas cadenas de restaurantes que han decidido eliminar el pago de propinas. Sin embargo, para mejorar el pago de todos sus empleados han aumentado el cobro de sus platos, y el adicional es distribuido entre todos los empleados. De esta manera, han logrado aumentar el salario de todos los empleados, haciendo que tengan un ingreso mensual fijo y además han generado una mayor igualdad entre todos. Esto además, es una medida más justa pues es el empleador quien le paga a sus empleados y no el cliente dependiendo de su experiencia.

Este no es el caso de Colombia, pues en el país existe un único salario mínimo independientemente de que se realice un trabajo en el que se reciban propinas y uno en el que no; son experiencias no comparables. Sin embargo, deben observarse los resultados que obtuvieron las cadenas que decidieron quitar las propinas, para ver si también podría aplicarse en Colombia, aumentando el pago de los empleados y además quitándoles ese peso a los consumidores. Además, esto podría servir como una oportunidad para pensar si las propinas dan un valor agregado sobre los servicios recibidos, o si hay una manera más eficiente de  incentivar que haya un buen servicio y que además sea más justa.

 

 

 

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