El poder de empresas como Google, Apple, Facebook y Amazon (las GAFAM) se expresa en múltiples formas: tienen un monopolio de los segmentos en que operan, absorben las empresas que puedan amenazar su posición dominante y han acaparado el mercado de la información a nivel mundial.
Por: Sergio Mario Del Risco
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Aunque estos fenómenos se remiten a la dominación de estas empresas en el mercado, el concepto económico de monopolio es insuficiente para capturar la magnitud del poder de las GAFAM. En realidad, el poder de estas empresas se deriva de algo más profundo que un mero acaparamiento de grandes porciones de mercado. Un artículo de The Economist expresa esta idea impecablemente: “the (tech) titans do not simply compete in a market. Increasingly, they are the market itself” (The Economist, 2017).
¿Qué significa que una empresa no solo compita en el mercado, sino que sea el mercado en sí misma? Por definición, el mercado es una institución—es decir, una serie de reglas de juego—que busca satisfacer necesidades humanas mediante mecanismos de intercambio. Pues bien, la idea de que las GAFAM se están convirtiendo paulatinamente en el mercado mismo nos remite a un concepto más abstracto: más que competidores, estas empresas están jugando el papel de instituciones que regulan el comportamiento de los mercados en que operan.
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Un caso concreto puede ayudarnos a entender el fenómeno. En agosto, Apple, YouTube, Spotify y Facebook eliminaron las diferentes cuentas de Alex Jones, un estadounidense que difundía teorías de conspiración, podcasts con contenido violento y caracterizaciones ofensivas de población vulnerable. La justificación de las distintas empresas fue que sus políticas contra discursos de odio y acoso no admiten el comportamiento de Jones. Sin embargo, según la primera enmienda de la constitución estadounidense “inclusive los discursos de odio son permisibles dentro de la concepción amplia que la Corte constitucional tiene de la libre expresión” (The Economist, 2017). Aunque el Estado no puede coartar ninguna forma de expresión, una entidad privada puede decidir autónomamente si albergar—o no—contenido o comportamientos que considera inapropiados (Legal Information Institute). Eso fue lo que decidieron hacer las empresas en cuestión.
Una mirada superficial a este problema podría hacernos pensar que se trata de un caso análogo al de una persona a la que le es negada la entrada a un restaurante: a pesar de la imposibilidad de entrar al establecimiento, el sujeto todavía tiene la posibilidad de entrar a una multitud de otros sitios. Pero la situación del ciberespacio es diferente. No tener acceso a las GAFAM es equivalente a tener vedado el acceso a la mayor parte del mapamundi cibernético: en el 2011, por ejemplo, Facebook llegó a tener una porción del mercado del 95% en términos de los minutos gastados en redes sociales. Por esto el caso de Jones es revelador: en determinados marcos jurídicos, los entes reguladores del ciberespacio son las empresas con amplísimas porciones del mercado, con una capacidad de regulación efectiva superior a la del Estado mismo.
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Imaginemos un Estado donde los espacios de acción social están en posesión de un oligopolio de privados: allí los verdaderos determinantes de las reglas de juego para la interacción social son el conjunto de privados que dominan los espacios de interacción. Así, las GAFAM son más que meros competidores: imponen las restricciones para el comportamiento en el ciberespacio y deciden, inclusive, cuál es nuestro conjunto de libertades.
(Digital quarter, 2011)
Existen al menos dos maneras en las que una institución determina el comportamiento de los agentes: primero, mediante la imposición de reglas explícitas, como en el caso de Jones, donde las instituciones restringen algunos comportamientos. Segundo, a través de la construcción de los contextos donde tomamos decisiones, actuamos e interactuamos. Un ejemplo son los reductores de velocidad en las carreteras: la arquitectura del espacio restringe la velocidad a la que podemos andar, es decir, impone restricciones al comportamiento mediante alteraciones en el contexto. Así como un tendero puede decidir el ordenamiento de los productos en el local—y así promover, por ejemplo, el consumo de ciertos productos—, Google también puede crear una arquitectura de mercado que determine la manera como nos comportamos al momento de realizar transacciones. Por ejemplo, las apariciones en las búsquedas de Google no son neutrales. La no neutralidad de estas—es decir, la creación de una arquitectura para la decisión—tiene el potencial de determinar las transacciones que hacemos en el mercado de la información (Guijarro et al, 2012). En otras palabras, la información consumida en el ciberespacio depende del algoritmo de ordenación desarrollado por Google.
Hemos visto, pues, dos maneras en que las GAFAM pueden concebirse como instituciones: a través de la formulación de reglas explícitas para nuestro comportamiento o a través de la construcción de arquitecturas de decisión. He procurado no hacer juicios de valor acerca de estos fenómenos, pues el grado de deseabilidad de las dinámicas que he esbozado está abierto al debate. Como parte final de esta argumentación, intentaré mostrar lo difícil que es hacer un juicio definitivo acerca de la deseabilidad de que las GAFAM operen en la sociedad como instituciones que regulan nuestro comportamiento. Pensemos en el primer mecanismo que analicé: ¿es deseable que un conjunto de privados sean los reguladores efectivos del mundo cibernético? ¿Es deseable que sean empresas como las GAFAM las que determinen cuáles son nuestras libertades en el ciberespacio? Si consideramos que los privados son agentes racionales que—como postula la teoría económica clásica—buscan maximizar su propio bienestar, resulta complicado pensar que el dominio de las GAFAM pueda llevar a resultados socialmente óptimos. Es como si tuviéramos a un formulador de política pública que, en vez de perseguir el bien común, procurara maximizar sus ganancias individuales… en Colombia y en Latinoamérica conocemos muy bien estos casos. Ahora pensemos en el segundo mecanismo. En este caso, me resulta fácil pensar en dos alternativas. Las GAFAM tienen el poder de crear arquitecturas de decisión que sean socialmente deseables o, por el contrario, que insten a las personas a tomar decisiones subóptimas. En este punto me es inevitable recordar el concepto de nudge, desarrollado por el Nobel de economía Richard H. Thaler. Desde la perspectiva de un “paternalismo libertario”, un nudge consiste en darle un pequeño empujón a las personas para que tomen mejores decisiones. Con esto en mente, uno de los principales argumentos de Thaler es que una manera de dar ese pequeño empujón es a través de la creación de mejores arquitecturas de decisión (Thaler, 2008). Resulta posible pensar que las GAFAM pueden crear este tipo de arquitecturas. Por ejemplo, es sabido que Google ofrece resultados de búsqueda que están adaptados para cada individuo, lo que puede contribuir a los procesos de maximización de utilidad individual. En todo caso, el punto es que no hay una respuesta definitiva: la deseabilidad de las GAFAM como instituciones es un tema abierto al debate.
¿Pueden las dos dinámicas descritas llevar a equilibrios que sean socialmente óptimos? Esta es una pregunta que tendrá que abordarse desde una mayor profundización en estos temas. Pero lo enriquecedor de esta reflexión, me parece, es la precisión con que las dinámicas descritas se ajustan a una famosa definición: “las instituciones son restricciones humanamente desarrolladas que estructuran las dinámicas económicas, políticas y sociales” (North, 1991, p. 97). Las GAFAM, pues, son nuevas instituciones económicas, y esto las dota de un poder inconmensurable: la capacidad de crear y regular las reglas de juego de la interacción social.
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Bibliografía
North, D. (1991). Institutions. Journal of Economic Perspectives, 5, 97-112.
The Economist. (2017). Recuperado el 25 de agosto de 2018, de https://www.economist.com/democracy-in-america/2018/08/07/are-facebook-and-youtube-quasi-governmental-actors
Legal Information Institute. (s.f.). https://www.law.cornell.edu. Obtenido de https://www.law.cornell.edu/wex/es/la_primera_enmienda.
Thaler, R. y Sunstein, C. (2008). Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness. New Haven/Londres: Yale University Press.
- Guijarro, V. Pla, B. Tuffin, P. Maillé and P. Coucheney, “A game theory-based analysis of search engine non-neutral behavior,” Proceedings of the 8th Euro-NF Conference on Next Generation Internet NGI 2012, Karlskrona, 2012, pp. 119-124.
Statista. (2018). Statista. Recuperado el 25 de agosto de 2018, de https://www.statista.com/statistics/788109/amazon-retail-market-share-usa/
Digital quarter. (2011). Digital quarter. Recuperado el 25 de agosto de 2018, de https://digitalquarters.net/2011/12/20/winner-take-all-facebook-has-95-market-share/