¿Fracasó la izquierda latinoamericana? La respuesta la proclaman tanto los románticos y militantes de ese lado del espectro político, así como sus detractores acérrimos, quienes, ensimismados en la caída de la izquierda, ganan escaños políticos.
Tomado de http://bit.ly/2mqjj8A
Por Juan Manuel Monroy
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En la primera década del siglo XXI la oleada de gobiernos revestidos de ‘nueva izquierda’ llegó a significar el 84% de los países de América del Sur. Fueron Argentina y Brasil, para el 2003, los primeros países en elegir democráticamente a presidentes de izquierda. Un nuevo aire se respiraba en el patio trasero de E.E.U.U., decían.
De cierta forma, estos gobiernos alternativos pudieron despertar la esperanza de una población que solo esperaba un cambio, ¿o un gran cambio? Sin embargo, como lo identifican Blanco y Glier (2014), su ascenso al poder lo posibilitó en cierta medida el boom de comodities en los sectores agrícola y minero energético, así como la crisis de los gobiernos de cortes ideológicos de derecha que ostentaban un desgaste político importante, recibiendo estos últimos el castigo de los electores.
La clasificación del espectro político nos ha dado a entender que un elemento de economía política determinante que diferencia a los dos antagonistas, derecha e izquierda, radica justamente en esa aparente dicotomía entre equidad y eficiencia. Mientras que la izquierda se enfoca en la redistribución del ingreso, la derecha hace énfasis en el crecimiento económico, en la eficiencia (Garcé, A., y Armellini, M., 2008). Y digo aparente dicotomía porque también una alta desigualdad incide en los conflictos sociales y políticos, en bajos niveles educativos y de salud e incluso incrementa la criminalidad (Thorbecke y Charumilind, 2002), hechos que frenan la eficiencia económica.
La última década dio cuenta de que se puede tener crecimiento económico y disminución de la desigualdad de ingresos. En particular, la tendencia a la baja en la desigualdad de ingresos es evidente en la región, tal como lo confirma el reciente estudio de Bogliacino y Rojas (2017) (ver gráfico 1). De hecho, según el laboratorio de la desigualdad del Banco Mundial, pese a que la región ostenta una desigualdad relativamente elevada, el 10% más pobre en América Latina, entre 2001 y 2013, aumentó su participación en el ingreso cuatro veces. Quizá el gran legado de la izquierda y/o centro-izquierda recae en lograr que la desigualdad de ingresos haya caído durante el siglo XXI.
Gráfico 1.Coeficiente de Gini del ingreso en 2000 y variaciones 2000-2010 y 2010-2013.
Fuente: Tomado de Bogliacino y Rojas (2017)
Si bien es cierto que aún existe mucha desigualdad, veinte años atrás existía un agobiante panorama de crispación social entre clases. Según el mismo Banco Mundial, hoy, los pobres y vulnerables, quienes representan el 63% de la población, acumulan el 25.2% del ingreso en contraste con el 3% de la población más rica que captura el 22% del ingreso. Por su parte, la clase media no solo amplió su participación en el ingreso sino que aumentó en tamaño.
Ahora bien, si claramente los datos sugieren cierta correlación entre la caída en la desigualdad y la existencia de gobiernos de izquierda, no es posible atribuirle a este actor político del todo esta mejora redistributiva de manera causal. Aun así, algo parece muy cierto, y es que el ajuste de algunas políticas redistributivas para aquellos con ingresos inferiores puede explicar esta mejora.
Pero la implementación de políticas de bienestar social para los más pobres fue transversal a toda América Latina. Buena parte de los gobiernos de izquierda se enfocaron en los programas sociales tales como el Bono Juancito Pancito en Bolivia, Chile solidario, Bono solidario en Ecuador, Juntos en Perú y tarjeta Uruguay Social, entre otros programas. Mientras en países tradicionales de derecha como Colombia, Familias en Acción fue el derrotero del gobierno Uribe y Oportunidades hizo lo propio en México. Sin embargo, los cambios en el coeficiente de Gini son muy sensibles en países con gobiernos de izquierda y/o centro izquierda (ver gráfico 1).
Vale la pena decir que el contexto macroeconómico e incluso internacional fue favorable a la caída de la desigualdad. En particular, la mayor educación reconfiguró el mercado laboral aumentando la demanda de trabajadores calificados, disminuyendo la desigualdad en educación.
Entonces, uno podría conjeturar que la izquierda hizo lo que por definición se plantea: mejorar las desigualdades. Pero ¿por qué ha venido perdiendo escaños en la política, en los grandes cargos públicos? El último gran revolcón lo dio Argentina con la victoria de Macri como presidente y se especula que Ecuador podría ser el siguiente, en una reconfiguración de las fuerzas políticas internas de este país en contra del sucesor de Correa. Esto dejaría a la izquierda latinoamericana como la gran perdedora electoral de los últimos dos años.
Seguramente la izquierda latinoamericana, para bien o para mal, fracasó en el sentido de la incapacidad de responder a las demandas sociales, demandas que ella misma incentivó, e incluso malogró tan pronto como empezó a parecerse a todo aquello que alguna vez juzgó. Tan fue así que en los medios masivos se habló de populismo, corrupción, tiranía y censura. Es como si cada gran líder fuese una fiel réplica orwelliana. Aún con todo esto, esa preocupación por la equidad parece tener un fiel representante con resultados a la vista.
Bibliografía.
Blanco, L y Glier, R (2014). Explinng the rise of the left in latin america. Latin American Research Review, Volume 48, Number 1, Spring 2013, pp. 68-90
Bogliacino, F y Rojas, D (2017). LA EVOLUCIÓN DE LA DESIGUALDAD EN LATINOAMÉRICA EN EL SIGLO XXI: PATRONES, DETERMINANTES Y CAUSAS. Escuela de Economía. Universidad Nacional de Colombia. Documentos CID No 80
http://www.fcenew.unal.edu.co/publicaciones/images/doc/documentos-economia-80.pdf
Garcé, A., & Armellini, M. (2008). Democracia y desarrollo: un enfoque partidista. Revista Uruguaya de Ciencia Política, 71-86.
Lustig, N., Molina, G., Higgins, S., Jaramillo, M., Jimenez, W., Paz, V., & Yanez, E. (2012). The Impact of Taxes and Social Spending on Inequality and Poverty in Argentina, Bolivia, Brazil, Mexico and Peru: A synthesis of results. Tulane University.
Thorbecke, E., & Charumilid, C. (s.f.). Economic Inequality and Its Socioeconomic Impact. World Development 1477, 2002.