El Mal Economista

Publicado el juanrubio22

Implicaciones políticas de "El abrazo de la serpiente"

Por: Jairo F. Gudiño R.

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El autor de esta entrada comenta acerca de las implicaciones políticas de la reciente producción de Ciro Guerra “El Abrazo de la Serpiente”. Estas implicaciones no son en absoluto directas por sí mismas e incluso forzosas debido a que la producción tiene finalidades culturales, pero tratan de hilar varios mensajes de película con la falta de apertura a nuevas ideas en el imaginario político de la sociedad colombiana.

El abrazo de la serpiente

A mi parecer, el aspecto más llamativo de la más reciente producción de Ciro Guerra, “El Abrazo de la Serpiente”, es la combinación armoniosa de dos visiones distintas del mundo – la de Occidente y las del pueblo Cohiuano – enmarcadas en la resolución de un problema: encontrar la Yakruna. Mientras las posibilidades de  supervivencia de las historias de muchos pueblos indígenas se reducen con el avance de caucheros y sacerdotes, de la mano de etnógrafos y botánicos se intenta rescatar en libros lo que aun no ha sido destruido.

La lección más importante de esta producción, entonces, sería una que varios profesionales de Ciencias Sociales ya conocen: nunca creer solamente en versiones lineales de la historia, esas historias de triunfo perfecto y divino que son contadas por los vencedores, esas historias que impregnan los discursos presidenciales y las propagandas. Entender diversos puntos de vista sin por ello abstenerse de tomar una posición, ya sea política o económica, es lo que se debería hacer.

Pero este ejercicio es lo que rara vez en las reflexiones políticas de la sociedad colombiana se hace. Ilustraré este punto a través de tres problemáticas, relacionados entre sí:

1. La polarización política y la falta de conclusiones productivas tras un debate político: la pregunta que muchas veces se hace es: “¿A quién apoya a usted, a Santos o a Uribe?, ¿A Petro o Peñalosa?” Y no “¿Qué punto de vista de todos los que listan Santos o Uribe defiende usted?”, “¿Qué propuestas de la izquierda o la derecha le parecen válidas?” Incluso cuando se hacen dichos cuestionamientos rara vez la preocupación es si la respuesta es coherente o no con la pregunta, sino más bien quién lo dice y qué argumento popular utiliza, algo que aplica para todas las posiciones políticas importantes en el país.

Esto es triste, porque entonces lo que muchos olvidan es que entender no significa estar de acuerdo. Por lo tanto, la sociedad actual está dispuesta a adoptar puntos de vista donde importa mucho delimitar enemigos, como pensar que el libre mercado o una regulación absoluta de la economía del Estado constituyen la panacea de todos los males que aquejan al país. Si “El Abrazo de la Serpiente” nos exige una reflexión política, entonces, es desestimar estas perspectivas donde sólo existe lo negro o lo blanco. Incluso algo más: no sólo respetar posiciones que no son compatibles con las de nosotros en vez de calificarlas como “infundadas”, sino también entender dónde existen debilidades en esas otras posiciones y utilizarlas estratégicamente para corregir los errores de las nuestras.

2. El cierre a la existencia de nuevos movimientos políticos: la producción de la que hablo nos deja en claro que conocer ideas y mundos fuera de lo convencional es algo que siempre se debe valorar. Y esto es lo contrario a lo que ocurre con los partidos políticos actuales: como resultado de la polarización política, pocos partidos políticos con ideas y propuestas diferentes a las convencionales pueden ascender. Con una creencia desmedida en que los partidos tradicionales resolverán las necesidades o los intereses particulares o públicos, se excluye esta posibilidad. ¿Por qué no pensar que otros partidos pueden cumplir nuestras expectativas?, ¿Cuándo los viejos ideales que persisten en el ambiente político actual morirán? Es quizás por este cierre que muchos temas de actualidad internacional quedan por fuera de las discusiones más importantes a nivel nacional: nuevas formas de hacer política pública, los efectos de la tecnología más allá del fenómeno de Uber, el rol del Estado en crear mercados, cómo reducir la evasión de impuestos por parte de los más ricos, etc…

3. El rol central de los discursos caudillistas, hechos por políticos o corporaciones que hacen lobbying: el gran mérito de esta producción es haber dado voz a las historias de los indígenas, por fuera de las historias que encontramos sobre la Amazonía en varios libros de texto, donde la voz tradicional proviene de escritores, caudillos y viajeros de Occidente. Pero pasándonos al plano de la política actual, esa voz tradicional impregna los mensajes actuales en forma de discursos populistas: con un público poco crítico, el populismo es caldo de cultivo  de quienes hacen depender su éxito de generalizaciones o frases humorísticas para llamar la atención, marcando un amigo y enemigo. Afirmaciones tales como “todo lo público es malo”, “las únicas críticas a la gestión de Petro provienen de calumnias de la derecha”, “Santos es un castrochavista, aliado de las FARC” tienen la capacidad de ser generalizadas precisamente por transmitir mensajes de un modo simple y concreto, sin perder de vista la existencia de un enemigo. La repetición y el acceso a grandes medios de difusión refuerzan el poder de estos mensajes. Lo que contarán los historiadores, de seguir estas líneas, serán sólo las historias de los vencedores, ya sean políticos o empresas con intereses personales.

Estos tres problemas, a mi parecer, se derivan una vez se reflexiona, a modo de Alicia en el País de las Maravillas, sobre los aspectos políticos de esta excelente producción.

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