El Mal Economista

Publicado el andressastre

¡En el último trago nos vamos!

Maquina EME

… no existe un buen panorama para el futuro de la prensa económica criolla (…)

Por: Andrés Sastre*

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*La presente columna no refleja la posición editorial de El Espectador, el Blog El Mal Economista ni de otros miembros de su Comité Editorial.

Hace varias semanas algunos periodistas encargados de la sección de economía y negocios de los principales medios de comunicación demostraron dos cosas muy tristes sobre el panorama editorial en nuestro país. La primera, que no saben escribir. La segunda, que no saben de negocios. En medio del grandioso anuncio de fusión entre AB Inbev y SABMiller, los pocos colombianos que leemos con frecuencia la mencionada sección fuimos testigos de una serie de errores, imprecisiones y falta de rigurosidad en el proceso investigativo; escenario de pobreza editorial que solo es comparable con el observado en el canal local privado de Bogotá.

Menciono el caso de la fusión cervecera porque mi interés en el tema me llevo a leer cuanto artículo fue publicado por los medios escritos. Fueron horas perdidas, horas en las que fallas en la redacción se mezclaron con datos erróneos, malas interpretaciones de los cables de las agencias internacionales y los comunicados oficiales de las partes. Si tan solo la pobreza de los artículos se debiera a la carencia de conocimiento técnico en el tema de fusiones y adquisiciones, sería un error aceptable, porque es absurdo esperar que un periodista sepa del tema; sin embargo, los párrafos inconclusos, la falta de cohesión en los textos y la burda traducción de las agencias ponen en duda la calidad del periodismo económico en Colombia.

Ese mismo periodismo se ha empobrecido a causa de la escasez de público que lo lee, lo escucha y lo ve. De hecho, es muy común que la sección de economía de cualquier medio se resuma a la interpretación, en muchos casos malinterpretación,  de los indicadores económicos. Casi todos los días hay algún “genio” que escribe sobre la devaluación del peso ― imprecisión menor en el uso del lenguaje, porque en el esquema cambiario vigente en Colombia lo que se observa una depreciación de la moneda―. Este fenómeno no es nuevo, es el resultado de economistas no preparados para escribir y comunicadores que terminan ejerciendo como periodistas que aprendieron por “encimita” de economía y negocios.

Así las cosas, no existe un buen panorama para el futuro de la prensa económica criolla. Parece que el no ser un tema popular entre los consumidores de información generalista ha hecho que la calidad se deteriore y los artículos salgan cada vez con calidad más baja en los medios no especializados, y en algunos especializados, en economía y negocios. Sin embargo, en medio de este océano de prensa económica colombiana inconsistente e inconclusa quedan algunas islas de periodismo riguroso en donde algunos excelentes profesionales logran aterrizar la acartonada y compleja información económica en un análisis accesible al ciudadano promedio. Lo cierto, es que esas islas son la excepción a la regla, y la fusión cervecera pasará a la historia como uno de los tragos amargos del periodismo económico colombiano, como dice la canción: con este último trago nos vamos … alejando de la calidad en el oficio.

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