El Mal Economista

Publicado el EME

EL POS CONFLICTO

Por: Javier Ardila Suarez 

 
Siendo el tema de moda, tanto para los que son capaces como para los que primero muertos, me siento obligado a traer a la luz una fasceta, digamosle, no contemplada del tan anhelado posconflicto. Y como es que mucho se ha hablado de todo lo que el país ganará y pocos son los riesgos que nos dibujan, las personas razonables. Les quiero decir que el futuro papel de las fuerzas armadas es algo que en mi opinión deberá tener una mayor importancia de ahora en adelante al punto de que no estaría mal proponer, de aquí en unos años, una reforma significativa a estas. Por qué?, se preguntarán ustedes, que peligro representan nuestras fuerzas armadas? en especial en elidílico escenario del posconflicto. Para dar esta respuesta empezaré por parafrasear a Kissinger en La Diplomacia: “Cuando un país tiene una gran tradición militar le es ineludible una de dos situaciones o una carrera expansionista o conflictos internos por el poder”.

 

Los Rusos históricamente son el caso de estudio que mejor ilustra esta proposición. Con un ejército grande, voraz de batallas y conquistas lograron fácilmente expandirse por toda Asia en cuestión de un siglo nada más, y al final predominó tanto esta tradición guerrerista que incluso, y digamos que más que todo por gallardía que por verdadera ambición, encontraron la derrota al enfrentarse en combate contra todos sus temidos enemigos Europeos a la vez en la primera guerra de Crimea, claro está que ésta como que la van ganando.

 

Y pues bueno aquí es fácil aterrizar esto a nuestra patria, ya que gracias nuestro casi permanente conflicto de baja intensidad nuestro estado ha adquirido una configuración particular que sería preocupante de ser otra nuestra situación como podría serla en el pos conflicto. Por ponerles dos ejemplos concretos somos de los pocos países del mundo donde se dan dos cosas bien particulares primero; el ejército hace operaciones en el territorio nacional, si señor en teoría los asuntos internos de un país los debería resolver la policía u organismos como la defensa civil ya que el ejército por definición está para defender la nación de amenazas externas, ergo el nombre a la cartera a la que pertenece es defensa, y segundo; la policía responde al ministro de defensa en vez de al poder judicial lo que ocurre en la mayoría de países dado que su principal función en muchos lados es llevar control de que las leyes se cumplan y velar por la seguridad. Acá en cambio la inherente necesidad de mayor efectividad y colaboración que ha generado el conflicto armado llevó a que casi todos los grupos que tienen el monopolio legítimo de la fuerza respondan a solo unos cuantos jefes.

 

Además de estas dos  cosas un me parece importante aterrizar un factor agravante de nuestra situación y es la posición denuestra milicia frente a los países cercanos, en especial nuestra vecindad inmediata, ya que somos el que tiene la milicia más experimentada durante con al menos 30 años de operaciones in-interrumpidas. Y si bien entre ellos contamos con el país de los sukhois, aquel en donde la mitad del territorio la manejaba otro y uno en particular donde la armada ha sido reubicada por cuestiones del destino en un lago entre las nubes, La verdad es que no estamos en una posición especialmente débil frente a los demás. Siendo así y retomando la pregunta original, me preocupa el posconflicto porque recordando a Kissinger, cuando hay tradición militar, o en términos físicos un “momento militar”, este termina tirando o para un lado o para otro, y si bien una carrera expansionista de Colombia suena como una locura, problemas internos, digámoslo golpes de estado, una vez analizados los participantes de esta ecuación, en mi opinión se irán convirtiendo cada día más en una posibilidad real.

 

Y es que a la luz de esta teoría se aclara la razón por la cual en este país casi pasamos incólumes por las dictaduras que sufrieron los otros sudamericanos y también es clara, porque ahora en el posconflicto podría convertirse en una realidad. Ah y aclaro, no me refiero particularmente a golpes de estado de ninguna corriente política en particular, ni la derecha ni la izquierda, tanto un Pinochet como un Chávez son  factibles dentro de este escenario, aunque bueno no está de más decir que este país como que siempre  tira para la derecha.

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