El Mal Economista

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El “Nobel en Economía” no es un Premio Nobel.

Por: Iván Solarte Sarasti

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Aunque bien conocido para estudiantes y profesionales en economía que el llamado “Premio Nobel de Economía” en realidad no forma parte de los Premios Nobel, gran parte del público general lo desconoce. Además, parece haber un verdadero esfuerzo por relacionarlos artificialmente y para no difundir esta información. Crear un premio en economía que se aprovecha de un prestigio ajeno podría tener objetivos específicos.

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Fuente: https://blogs.elespectador.com/el-mal-economista/files/2016/04/images.jpg

Uno de estos premios no es como los otros, es diferente de todos los demás, piensa en el Nobel de Economía y lo adivinarás. ¿Lo leyó cantando?

Alfred Nobel, fue un químico sueco que consiguió fama y fortuna al inventar la dinamita, una forma de usar la nitroglicerina en forma estable y manejable. Es aun más famoso por ser el creador del premio más prestigioso de la humanidad, a pesar de que el único esfuerzo para crear los premios fue consignar unas instrucciones en su testamento, nada más.

Según el testamento, se usaría toda su fortuna remanente para construir un fondo, cuyo interés se distribuiría anualmente en cinco premios: Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura, y de la Paz.

En la voluntad que dio inicio a los Premios Nobel no se incluye un premio por aportes en economía, ni tampoco da lugar a que se constituya uno en el futuro. Alfred Nobel tenía varias aficiones, pero no incluían a la economía.

Coloquialmente conocido como “Premio Nobel en Economía” no tiene el derecho legal de llamarse así. Su nombre oficial es Sveriges Riksbanks pris i ekonomisk vetenskap till Alfred Nobels minne, traducido del sueco es “Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel”, es lo suficientemente largo como para ser conocido por un nombre extraoficial más corto y algo vago como para dar lugar a dudas.

La mayor parte de su prestigio reside en el esfuerzo que se ha hecho por relacionarlo con los verdaderos Premios Nobel. Las similitudes en que el premio en economía imita a los Premios Nobel son:

  • Se origina en Suecia, sede de cuatro de los cinco premios;
  • El laureado es elegido por la Real Academia de las Ciencias de Suecia, la misma que elige los premios por Física y Química;
  • Puede otorgarse a un máximo de tres personas;
  • La suma de dinero que se entrega es exactamente la misma y
  • Tanto el anuncio de los ganadores como su ceremonia de premiación se hace coincidiendo las fechas de cada año.

Pero las diferencias son más importantes, ya que son premios completamente diferentes e independientes. Un premio en economía no fue voluntad de Alfred Nobel, por lo tanto el dinero del Premio no proviene de la Fundación Nobel, sino directamente aportado por el Banco Nacional de Suecia. Además, los Premios Nobel se constituyeron en 1900 y empezaron a entregarse en 1901, tan solo cinco años después de la muerte de Alfred Nobel; mientras que el premio en economía es constituido apenas en 1968 y empezó a entregarse en 1969.

La creación de este premio genera algunas preguntas: ¿Si ya existía un Premio Nobel en Física y otro en Química, por qué no se creó un premio asociado al Nobel en Matemática o Biología?, ¿Por qué no crear premios para Ingeniería o Tecnología? ¿Por qué se dejaron de lado premiaciones en filosofía, sociología, historia o geografía, las otras ciencias sociales o en ciencias humanas integradas?

La versión oficial cuenta que el Banco de Suecia quiso celebrar los 300 años de su fundación con la creación de un premio que reconociera los más importantes aportes en ciencias económicas. Pero esa versión puede no ser satisfactoria ni responder a las preguntas planteadas.

Si se va más allá y se atribuye otra intención en su creación, se puede suponer, como conjetura, que uno de los objetivos del premio sería escoger selectivamente a individuos representativos de una escuela o tipo de pensamiento económicos, beneficiando al pensamiento económico “ortodoxo”, por encima del pensamiento “heterodoxo”. Así se favorecería la vigencia y la influencia de teorías económicas tradicionales, ortodoxas o mainstream, por sobre teorías económicas marginales, emergentes, alternativas o contracorriente.

El paso del tiempo sugiere que la existencia misma de un premio de gran prestigio en economía pudo generar un desequilibrio en la investigación en ciencias económicas.

Así, el mal llamado “Nobel en economía” también influiría en la vida diaria, debido a que las teorías económicas de los premiados tendrían más posibilidades de ser aplicadas en políticas públicas o en las relaciones comerciales de países, empresas y personas.

Así que la próxima vez que escuche o lea en las noticias sobre la entrega anual del “Premio Nobel de Economía”, recuerde que es errado llamarlo así, que no es para nada un Premio Nobel.

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