El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

El éxito de las revoluciones en el pensamiento humano y la crisis Mundial: Parte II

Por Jairo F. Gudiño

Twitter: @JFernandoGRE

Twitter: @maleconomista

Facebook: El Mal Economista

No es imposible explicar el éxito de las revoluciones de grandes personajes como Newton, Shakespeare o Einstein en el pensamiento humano. Y después de que muchos economistas no vislumbraron la aparición de dos crisis mundiales ni tampoco el bajo crecimiento económico de los últimos años, es claro que se necesita de una revolución teórica en el pensamiento económico de manera urgente.

 gun1

Melancolía Atómica. Salvador Dalí, 1945.

Las Revoluciones Científicas

Es muy cierto que la fortuna de ser un arquitecto del pensamiento humano como Newton, Galileo o Einstein la tienen muy pocos. La capacidad de inventar diálogos mezclando palabras de forma elegante como la de Shakespeare, construir el esbozo de una teoría monetaria y general de la economía como en Keynes o combinar imágenes a simple vista incoherentes como ocurrió con Dalí es algo que sólo unos privilegiados pueden tener, sin duda. Pero, ¿qué ventajas o circunstancias hicieron que nombres como Dickens, Platón o Kant tengan lugares tan altos en la historia de la humanidad aunque en diferentes campos?

No existe una forma determinística de saberlo, y afortunadamente es así. Sin embargo, existen aspectos más o menos comunes entre todo ese conjunto de personajes, aspectos que los hacen muy diferentes del resto de la humanidad. No sólo es cuestión de genialidad que, aunque es necesaria, no es suficiente. Y esa es la idea central que se defenderá aquí.

Así que de nuevo, ¿por qué tienen éxito?

(1) Existe insatisfacción con el pensamiento convencional de una época.

«Puedo ver que existe una conexión entre no seguir el pensamiento normal y el trabajo creativo. No hubiera tenido buenas ideas científicas si hubiera pensado de forma convencional».

Esta frase de John Nash describe muy bien este punto. Los que impulsan cambios en el pensamiento humano son quienes son más reticentes y radicales en la aceptación de una teoría convencional en una determinada época. Dudan mucho incluso de los pensamientos que muchas personas toman como dados, y reflexionando en ello, son capaces por sí mismos de encontrar contradicciones en las explicaciones convencionales. También es posible que los resultados no sean políticamente convenientes, como también que los hallazgos encontrados de forma sorpresiva resulten en gran medida extraños o por lo menos no explicados fácilmente por las teorías o científicos convencionales.

Ante esa insatisfacción, no es extraño que existan retornos al pasado durante largos años para inspirarse y dar luz a nuevos fenómenos. Los “retornos al pasado” significan aquí que este tipo de personas se convierten en historiadores de alguna manera, porque es tanta la insatisfacción con el mundo actual que se ve más libertad cuando se mira hacia el pasado y se reconstruye de esta manera el presente.

(a)  Para la construcción de obras de literatura universal como Fausto, de Goethe, o escritos que combinan intensamente literatura con filosofía como Así Habló Zaratustra de Nietzsche, es obvio que se requirió un viaje bastante duradero hacia la literatura griega, tratando de encontrar palabras, escenas o poemas que puedan ser modificados a la luz de la interpretación de la época de los autores. En los escritos de Shakespeare esto se hace más que evidente. En la historia de la literatura y arte, como en la de cualquier campo científico, son normales estos retornos al pasado.

(b)  A Keynes, por ejemplo, la idea del pleno empleo y el libre mercado no le parecían suficientes para explicar el mercado en la sociedad moderna. Es por ello que retoma varias ideas de los mercantilistas para tratar de encontrar respuesta a sus insatisfacciones. No existía para él claridad en las propuestas de Smith y Ricardo.

Finalmente, es cierto que en la mala memoria de muchos descansa el poder de unos pocos. En consecuencia, es posible que ideas  muy viejas parezcan nuevas a una sociedad o grupo de científicos con poca memoria de largo plazo. Incluso es posible que se reformulen en palabras de hoy, alterando simplemente los significados de muchas palabras.

 gun2

Negro y Violeta. Wassily Kandinsky, 1923.

(2)Existe invención de nuevos aparatos o ténicas, problemas a resolver o instrumentos.

“Una nueva verdad científica no triunfa convenciendo a sus oponentes y haciéndoles ver la luz, sino porque sus oponentes eventualmente mueren, y crece una nueva generación de manera familiar con ella”.

Quien inventa algo considerado novedoso es quien crea nuevos problemas a resolver o se inventa nuevas palabras técnicas (o un lenguaje propio), resolviendo problemas que las teorías pasadas no podían hacer o por lo menos prometer que los va a resolver.

Para los curiosos, científicos aventureros o niños no existe nada más satisfactorio que encontrar a alguien de autoridad que formule respuestas claras y decisivas respecto de algo. Los científicos necesitan guías. Y si alguien consigue resolver una preocupación inventándose algo simple o por lo menos entendible, es muy probable que muchos curiosos repitan ese mecanismo de resolución y las teorías viejas llegarán a su fin. De hecho no existe una derrota de las teorías pasadas, sino más bien una captura de las mentes más jóvenes para aceptar las nuevas teorías, como lo dijo alguna vez el famoso físico alemán Max Planck en la última cita.

No obstante, es muy probable que la resolución de los problemas por parte de la nueva teoría no sea tan cierta. ¿Qué hacen los seguidores de la teoría nueva cuando algo no empata, o encuentran que la supuesta solución no es satisfactoria? La respuesta convencional sería que todos vuelven a la teoría vieja y abandonan la nueva. Pero no, no es así. Como lo menciona Lakatos (1968), los seguidores de la nueva teoría simplemente declaran que la futura investigación dentro de la nueva teoría resolverá en el futuro ese problema. Lo que se necesita entonces es poder de convencimiento para abandonar las viejas teorías bajo la promesa de un futuro mejor de ese campo científico. De esta manera, la idea de un “futuro mejor” no sólo se proyecta sobre una sociedad, sino también sobre los seguidores de un campo científico.

No es imposible que existan retornos a teorías viejas, por supuesto, pero en la medida que los instrumentos de estas se vuelven más precisos o se desarrollan nuevas perspectivas en una competencia intensa con las nuevas teorías. La competencia por atraer científicos en una ciencia puede ser fuerte.

 gun3

Guernica. Picasso, 1937.

(3)Las condiciones políticas y sociales son favorables para que el cambio de pensamiento tenga lugar.

“Deseo de presionar al mundo hacia una dirección determinada, alterar la idea de otras personas acerca del tipo de sociedad que debería construirse. Ningún libro es genuinamente libre de sesgos políticos. La opinión de que el arte no debería tener que ver con la política es en sí misma una actitud política”.

Muchas ideas viejas persisten en la mente humana, hasta el punto de que gobiernan nuestras acciones. Pero si la fuerza de las viejas ideas es bastante alta, la posibilidad de cambios en el pensamiento humano es mínima.

Se necesita entonces que la aceptación de nuevas ideas tenga el respaldo de una élite o por lo menos de personajes bastante influyentes. No es suficiente la genialidad en la elaboración de ideas, sino se cuenta con suficiente poder de autoridad y carisma para atraer seguidores. La existencia de condiciones favorables es por lo tanto vital.

Como lo mencionaba Orwell (1946) en la cita precedente, los proyectos científicos no están ni pueden estar lejos de un proyecto político. Ambos van juntos. Y los científicos pueden ser conscientes o no de eso.

A veces los proyectos políticos y científicos tienen una clara dependencia mutua, al estilo de Orwell (1945):

(a)  Las ideas de John Nash tuvieron amplia acogida a inicios de los cincuenta no sólo en Economía donde el equilibrio general estaba de moda, sino también en el campo de las relaciones internacionales, en una época donde Estados Unidos y la Unión Soviética competían intensamente por el dominio mundial;

(b)  Durante el gobierno de Stalin, los científicos que no compartían los objetivos de investigación del gobierno central fueron declarados seguidores de una “ciencia burguesa”, siendo llevados a campos de concentración;

(c)   La comunidad científica que respaldó a los nazis se internó en proyectos altamente científicos, donde la creación de armas cada vez más mortíferas y el exterminio de las razas no arias eran temas de suma importancia.

La Crisis Mundial y la Necesidad de una Revolución Teórica en Economía

“Los eventos de la última década deberían precipitar una crisis en el campo de la macroeconomía. Las teorías de los libros de texto convencionales enfatizan que el ciclo de negocios es el fenómeno central que debería ser explicado. El énfasis se  hace sobre el entendimiento de las fluctuaciones alrededor de las medias móviles debido a varios shocks. La experiencia de Japón en los años 90 y ahora la de Estados Unidos y Europa sugiere la necesidad de teorías que expliquen un fenómeno más importante y problemático – tasas de crecimiento sostenidas que se encuentran por debajo de estimaciones o tendencias previas del producto potencial, siendo incompatible el pleno empleo y la estabilidad financiera –”.

Esta cita altamente técnica para no-economistas fue tomada un artículo reciente del American Economic Review, una de las revistas académicas más famosas en Economía. Lo que dice en términos más simples es que: (1) la creencia entre economistas de que después de varios años la economía de un país se recuperará vía ajustes automáticos del mercado y sin ninguna intervención del gobierno no parece tener cumplimiento futuro por lo menos en economías grandes como la de Estados Unidos o Europa; (2) las crisis económicas que han ocurrido en los últimos años demuestran la necesidad de una revolución científica en Economía. Puede que esta revolución tenga lugar o no, porque es posible que ningún economista la apoye, pero es necesaria. Más allá de la cita, la necesidad de incorporar teorías del caos, fenómenos no lineales, complejidad, crisis y ciclos permanentes es urgente (Colander et. al., 2009).

Las condiciones sociales y políticas entonces son favorables para un cambio teórico en esta ciencia social. Pero también es necesario que exista mayor descontento con lo que se entiende como verdad en este campo, así como mayor capacidad de desarrollar ideas e instrumentos en vez de reducirse a una crítica negativa de lo establecido, tal y como se explicó en las secciones anteriores.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Colander, D., Föllmer, H., Haas, A., Goldberg, M., Juselius, K., Kirman, A., Lux, T., Sloth, B., (2009). “The Financial Crisis and the Systemic Failure of Academic Economics”. Kiel Working Papers. Kiel Institute for the World Economy.

Lakatos, I., (1968). “Criticism and the Methodology of Scientific Research Programs”, Proceedings of the Aristotelian Society, New Series, Vol. 69, 149-186.

Orwell, G., (1945). “What Is Science?”, Tribune. GB, London.

Orwell, G., (1946). “Why I Write?”, Gangrel. GB, London.

Comentarios