El Mal Economista

Publicado el harry ramos

El día de las velitas: un milagro económico.

Por: Harry Ramos

En el día de las velitas, las ventas de velas y velones pueden aumentar en un 200% 

El día de las velitas es una de las costumbres colombianas con mayor fuerza en la nación. Las familias colombianas año tras año salen el 7 de diciembre por la noche a encender todo tipo de velas y velones en forma de recordar la concepción de Jesús. Sin embargo, aunque el pretexto es dar comienzo a las celebraciones decembrinas este día no pasa desapercibido para las industrias de las velas en el país.  En épocas de una alta dependencia a los aparatos eléctricos, la industria de las velas solo puede esperar un milagro para sobrevivir a la alta cobertura de electricidad en el país. Ese milagro es el día de las velitas, en donde las ventas de velas y velones aumenta en un 200% aproximadamente.

Aunque la industria está llena de informalidad se cree que existen más de 1000 empresas dedicadas a la producción de velas en el país. Esta industria para el día de las velitas podría llegar a producir ganancias entre 15.000 millones y 20.000 millones de pesos. Es decir, que no es para nada pequeño el mercado de las velas en el país o por lo menos, no para las fechas decembrinas.

Los precios de las velas varían desde los 200 pesos hasta bolsas de velas aromatizadas por 50.000 pesos aproximadamente. Las velas se consiguen en la calle con el niño que absurdamente toleramos que trabaje, hasta las cadenas de supermercados más prestantes del país. Es un mercado casi perfecto en donde el consumidor puede acceder de manera inmediata y rápida a su producto. Un mercado en donde el comprado, al menos que quiera aparentar, conoce o tiene una aproximación muy clara del posible precio del producto. El mercado de las velas es un ejemplo perfecto para una clase de Economía, por su alta competitividad y equilibrio de información entre productor y cliente.

Aunque el mercado de las velas, para esta fecha, busca  suplir una necesidad religiosa esta también cede a las banalidades de la sociedad capitalista.  El pobre no usa las mismas velas que la personas con dinero. En Colombia el uso de velas de 200 pesos  se concentra en la poblaciones populares, mientras que los sectores con mayores ingresos  usan  faroles sofisticados y aromatizados, que pueden llegar a tener costos considerables. Sin embargo, aunque el precio o la forma varié, todas las velas están hechas de la misma materia prima producida por Ecopetrol: La Parafina. Tal vez como una analogía de que sin importar la posición social todos  estamos hecho de los mismo y somos colombianos.

 El símbolo de las velas no solo se refiere a una tradición religiosa sino que denota un hito dentro de la identidad colombiana. El día de las velitas es una excusa para reunirse en familia que no solo tiene un impacto en la religión predominante del país, sino que trae luz a un mercado tan oscuro como puede llegar a ser el de producción de velas.

Es innegable que diciembre es la época en que el rebuscador logra hacerse unos pesitos mientras que el consumidor gasta con la esperanza de que se acabe el año en felicidad, sin dinero pero en felicidad. Sin embargo, lo importante de este día no es el precio o la cantidad de velas producidas. Lo importante en el día de las velitas es  que recordemos que todos podemos ser luz en medio de la oscuridad que nos rodea y aun costo muy bajo.

Fuentes: Latarde.com y ElMundo.com

 

@Harrye29  @Maleconomista 

 

 

 

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