Por: Guillermo García Parra
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Las exportaciones colombianas disminuyeron dramáticamente en 2015 a causa de la disminución de los precios de las materias primas. El panorama es oscuro, pero las ventajas competitivas del país son tan evidentes, que, a largo plazo, es posible y viable aumentar la oferta de productos exportables.

La semana pasada, el DANE publicó las estadísticas de exportaciones de diciembre de 2015. Según estas cifras las ventas externas del país disminuyeron 32,5% con relación al mismo mes de 2014, pues pasaron de US$3.768,1 millones FOB en diciembre de 2014 a US$2.543,0 millones FOB en diciembre de 2015. Al mismo tiempo, en 2015 las exportaciones colombianas cayeron en un 34,9%, pasando de US$54.795,3 millones a US$35.690,8 millones en ese mismo año. El DANE ha explicado estas variaciones como consecuencia de reducciones en las ventas externas de combustibles y productos de las industrias extractivas (47,1%), de manufacturas (11,0%), de productos agropecuarios, alimentos y bebidas (5,6%), y de otros sectores (31,0%). Como se puede observar, las exportaciones que más disminuyeron fueron las del petróleo.
Estas cifras no deberían sorprender a nadie. La difícil situación que hace varios años experimentan la agricultura y la industria impide albergar expectativas optimistas respecto a las cifras de comercio exterior. El país no es internacionalmente competitivo debido a la falta de políticas que remedien la crisis estructural de la industria y la agricultura; por eso, últimamente hemos dependido del petróleo. Además, desde hace muchos meses se justificaba predecir que la caída en los precios de las materias primas, especialmente del petróleo y los metales, seguiría afectando negativamente las estadísticas de las exportaciones, tal como lo ha hecho monetariamente, aumentando escandalosamente el precio del dólar respecto al del peso colombiano. Lo importante, entonces, consiste en establecer qué implicaciones puede tener la caída de los precios de las materias primas y qué puede hacer el gobierno nacional para enfrentarla. El panorama es oscuro, pero las ventajas competitivas del país son tan evidentes que a largo plazo es posible y viable aumentar la oferta de productos exportables por medio del impulso a la agricultura y la industria.
Como bien se sabe, la caída mundial en los precios de las materias primas es resultado del concurso de tres factores interrelacionados: (i) la desaceleración de China, que el año pasado devaluó su moneda, debilitando con ello las monedas de los países emergentes como Colombia; (ii) la inesperada debilidad de la economía mundial, que se caracteriza por un crecimiento de 2,9% (0,3 puntos por debajo de las proyecciones), debido a lo que las economías avanzadas están importando muchas menos materias primas; y (iii) la superproducción de materias primas, principalmente de petróleo, metales y alimentos, que ha puesto a competir a los países productores de dichos bienes con precios más bajos en los mercados internacionales. Debido a la acción conjunta de estos tres factores externos, Colombia está exportando mucho menos bienes.
En este momento no son completamente evidentes todas las repercusiones de la caída en los precios de las materias primas en los países emergentes, cuyas economías enfrentaron exitosamente la crisis de 2008 debido a que en ese periodo creció la demanda y los precios de los commodities, pero aún no han encontrado otra fuente de impulso económico. Aunque muchos temen que los problemas de China lleven a una crisis económica a los países emergentes, no es claro que eso vaya a suceder, pero tampoco es muy evidente cómo se recuperarán sus exportaciones.
EVOLUCIÓN MUNDIAL DE LOS PRECIOS DE LAS MATERIAS PRIMAS

Esta realidad es muy evidente en Colombia. Aquí, debido a la caída de los precios de las materias primas, especialmente del petróleo, se han dejado de recibir recursos fiscales importantes en los últimos años, viéndose especialmente afectadas las regalías de las regiones y el Presupuesto General de la Nación. Al mismo tiempo, la situación ha obligado a las empresas y los inversionistas a invertir con mucha mayor cautela. El gobierno, por su parte, se ha acomodado a la disminución del precio del petróleo aplicando reglas fiscales específicas. No obstante, es posible que hacer lo mismo otra vez no sea suficiente este año. La situación de los mercados financieros internacionales se ha tornado mucho más complicada en los últimos meses. Hay mucho temor financiero puesto que no es claro qué implicaciones pueden ocasionar en los mercados emergentes los eventos económicos que están teniendo lugar en China. En este momento, debido a dichos eventos, no solo el país ha dejado de recibir recursos por sus exportaciones, sino que también está pagando un precio mucho más alto por las importaciones y los servicios internacionales. Es posible que esto solo sea la punta del iceberg de las completas repercusiones que ocasionarán este año los tres factores antedichos. Si la situación se agrava, el gobierno va a tener que hacer mucho más que acomodarse fiscalmente a la situación.
El FMI les ha recomendado a los países emergentes frenar el gasto público. No obstante, seguir esta sugerencia crea varias dificultades tributarias en Colombia. El gobierno de Juan Manuel Santos necesita recursos para solucionar problemas como cubrir el “hueco fiscal” o cumplir con inversiones que se comprometió a realizar –por ejemplo, en el campo y la educación-, sin hablar del postconflicto, que implicará un fuerte gasto público en los próximos años. Esto implica un serio problema de ajuste que, hasta el momento, se ha pensado resolver por medio de una nueva reforma tributaria. Es difícil que el gobierno implemente esa reforma sin gastar más.
El problema central consiste, sin embargo, en que el país debe dejar de depender del petróleo. Las proyecciones estiman que los precios del petróleo se mantendrán bajos a mediano plazo, independientemente de lo que haga la OPEP, que, en lugar de controlar los precios o la oferta, ha decidido dejar que el mercado los regule por sí mismo. Pero ¿Cómo puede dejar el país de depender del petróleo? La respuesta es sencilla: aprovechando las evidentes ventajas comparativas que el país posee.
Como ha señalado la FAO, Colombia es uno de los pocos países que cuentan con frontera agrícola disponible para aumentar su producción agrícola. Además, tiene una impresionante diversidad climática y es el tercer país que más tiene agua. Dadas estas condiciones, no resulta muy honesto sostener, como lo hacen algunos, que el país puede vivir de la minería, o que, debido a los cambios en la economía mundial, la agricultura no es relevante. Aunque es cierto que la agricultura y la industria han perdido peso internacionalmente respecto a los sectores de servicios, el tamaño de la población mundial es tal que le ofrece oportunidades económicas muy interesantes al país si desarrolla la agricultura.
En este sentido, no solo merece la pena aumentar la oferta agrícola debido a los bajos precios del petróleo, sino por las oportunidades económicas que ello implica para los colombianos, especialmente para la población rural, donde se concentra la mayor parte de pobreza del país.
¿Qué medidas específicas debe diseñar e implementar el país si quiere, pues, aprovechar las ventajas comparativas que he descrito? A mi juicio, el país debe alterar significativamente sus políticas económicas. En los últimos 25 años, el país ha buscado promover el desarrollo económico prácticamente solo por medio de la apertura económica. Sin negar los evidentes beneficios de la liberalización de la economía, y precisamente para que esta funcione bien, es preciso que el gobierno impulse el desarrollo de la industria y la agricultura con acciones específicas por medio de las que se cumplan objetivos como los siguientes: mejorar la educación de la población rural; fortalecer las capacidades de investigación científica y de desarrollo tecnológico aplicados a la producción; modernizar la infraestructura vial; organizar los títulos de propiedad de los ciudadanos rurales; o promover el acceso a tecnología por parte de pequeños campesinos.
Si se trabaja para cumplir estos objetivos es posible que, en las décadas inmediatas, en el país emerja un conjunto de empresas agrícolas e industriales, pequeñas, medianas y grandes, que ofrezcan diferentes productos agrícolas e industriales, los que, más allá de la presente situación de la economía mundial, necesita el mundo.
Por lo pronto, no hay muchas razones para creer que a este gobierno le interese aprovechar las ventajas comparativas del país. Para no ir muy lejos, el domingo pasado el Ministro de Agricultura Aurelio Iragorri, en una entrevista de El Tiempo que le ofreció a Yamid Amat, imitando el estilo de Maduro o Chavéz, acusó a los supermercados de haber producido una carestía de alimentos “Hay demasiados intermediarios en el negocio de la comida en Colombia. Ganan los de escritorio y se empobrecen quienes sudan la tierra. El campesino sufre por producir y produce para apenas sobrevivir. Al final solo le quedan las manos callosas y los bolsillos vacíos. No es justo”. En realidad, esa carestía de alimentos se ha producido debido al fenómeno del niño. Increíblemente, parece que solo en Colombia los alimentos escasean y se encarecen justo cuando abundan y se abaratan en los mercados internacionales. Pero eso sucede porque gobiernan personas como Iragorri, que, en lugar de aplicar políticas industriales y agrícolas, usa una retórica seudo populista para camuflar una política económica que, si bien implica liberalización de mercados, consiste en darle tratamiento especial a grandes negocios agrícolas, violando impunemente los derechos individuales de la población rural y olvidando que las exportaciones agrícolas mejorarán si se promueve una verdadera competencia económica como resultado de la cual se aprovechen verdaderamente las ventajas comparativas del país. ¿Es posible que este panorama cambie? Claro que sí, solo que ello depende del gobierno.
Bibliografía
http://www.eltiempo.com/economia/sectores/aurelio-iragorri-pide-a-superindustria-verificar-precio-de-alimentos/16502957
http://www.bdigital.unal.edu.co/2021/1/TESIS_ORIGINAL_OCTUBRE_12_(1).pdf
http://www.semana.com/especiales/pilares-tierra/futura-despensa.html
http://www.semana.com/economia/articulo/colombia-potencia-alimentaria-y-agricola/459490
http://www.elpais.com.co/elpais/economia/noticias/desafios-enfrentara-colombia-por-caida-petroleo
http://www.imf.org/external/pubs/ft/reo/2015/whd/eng/pdf/chap3.pdf