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Cuente conmigo, presidente Santos

 

Por: Chejo Garcia

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Según las últimas encuestas, el presidente Santos ha tenido un leve aumento en la aprobación de su gestión como primer mandatario de la nación ante la opinión pública1, sin embargo, sigue siendo un personaje que despierta más odios que amores entre sus compatriotas.

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Imagen: Caracol Radio

Sectores radicales de la derecha lo aborrecen y lo acusan de traición a la patria, de querer vender el país al ‘castro-chavismo’, al comunismo ateo, a las FARC, etc… Dentro de la izquierda se le ve como un neoliberal que trata de reducir el gasto público e intervenir en las políticas económicas estatales para favorecer exclusivamente al sector privado.

En el año 2010, cuando los seguidores del entonces presidente Uribe votaron por quien había sido su ministro de defensa, Juan Manuel Santos, pensaron que él llevaría las riendas del país por las sendas del camino labrado a punta de seguridad democrática. Sin embargo, desde los primeros meses del nuevo gobierno, se observó un distanciamiento entre el presidente Santos y el expresidente Uribe. Se dijeron cosas, se enviaron indirectas por twitter, se mandaron razones, se hicieron desplantes. Básicamente como pasa en las relaciones sentimentales: se quemaron las cartas y se rompieron los ositos.

La apertura de una mesa de diálogo entre la guerrilla de las FARC y el gobierno del presidente Santos, fue el detonante para que la relación entre ambos terminara de la peor manera: con el nacimiento del término ‘castro-chavista’. A partir de ese momento todo era ‘castro-chavista’. Si hablabas con la guerrilla para buscar un cese al fuego, eras ‘castro-chavista’; si estabas de acuerdo con los diálogos de paz, eras ‘castro-chavista’. Casi que se podía decir que si no apoyabas al nuevo partido del expresidente Uribe, el Centro Democrático, eras ‘castro-chavista’. Colombia se polarizó.

La división del país se hizo más evidente en las votaciones presidenciales de 2014. Fueron tan cerradas que se necesitó de segunda vuelta. El carismático Oscar Iván ‘Zurriaga’, del Centro Democrático, casi le gana el pulso a ‘Juanpa’. La oposición se hizo fuerte con la llegada de Uribe al congreso, y el proceso de paz sufrió algunos golpes sensibles en esa época.

A lo largo de estos seis años, el presidente Juan Manuel Santos ha tenido que sortear varios incidentes que han deteriorado su imagen como son la pérdida de mar ante Nicaragua, el tal paro que no existió (pero que sí existió y lo hicieron nuestros campesinos), las movilizaciones estudiantiles, las recientes protestas de los transportadores, la venta de Isagen, la mermelada, los escándalos de la policía, etc…

Con este breve repaso busco demostrar que la gente es libre de elegir si lo apoya o no. Ningún funcionario de elección popular está exento de cometer errores y hay que contemplar que cada decisión política siempre afectará a alguien, directa o indirectamente. Ser crítico con los que nos gobiernan es un deber esencial de cada ciudadano. Sin embargo, reitero mi respaldo al presidente en un tema fundamental: la búsqueda de la paz con la guerrilla de las FARC. Pese a que políticamente difiero de algunas de sus ideas, estimo como algo vital el unirme a la voz de millones de compatriotas que no queremos más guerra en Colombia.

Así que, por esta vez, cuente conmigo, presidente Santos. Cuente con que me documentaré bien sobre los acuerdos de La Habana, debatiré con argumentos y no con insultos, votaré de forma libre en el plebiscito, consciente, bien informado y con la convicción de que tengo un criterio propio. Tengo claro que hago parte de la generación de la paz y que no es para mí, es para las generaciones que están por llegar, las que merecen un país en paz.

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