Por: Diego García (@djgarcia429)
Twitter: @maleconomista
Fuente: http://www.taringa.net/post/info/16889273/Emile-Durkheim.html
La Economía, actualmente, juega un papel esencial en nuestra sociedad. Los economistas ocupan puestos cada vez más significativos tanto en el sector público como en el privado. Pero, ¿a qué se debe esto? Como ciencia social, a la Economía le ha sido entregada una labor bastante trabajosa: el estudio del hecho social más importante del mundo capitalista, el mercado[1]. A pesar de que ha sido estudiado por más de 300 años por intelectuales prolíficos, muchas dudas quedan al respecto del objeto de estudio de la Economía y el dilema no es mucho menor. La gran pregunta que ha generado debate y la polarización de opiniones en la Academia fue planteada por el padre de la economía moderna, Adam Smith. Él no entendía cómo era posible que en medio del caos de individuos libres, racionales y no dirigidos por una institución omnipotente existiera un punto de equilibrio donde las necesidades de todos los agentes económicos se coordinaran, satisfaciendo así sus deseos.
Dada la complejidad de la pregunta de Smith, muchos teóricos plantean modelos matemáticos que traten de representar fielmente lo que ocurre en el mercado. A pesar de la rigurosidad con la que se trabaja en este tema, muchos científicos sociales, inclusive economistas, critican las metodologías de conocimiento de la Economía y por tanto, sus resultados per se. Las lagunas teóricas y epistemológicas se ven reflejadas, por un lado, en los supuestos absurdos que se asumen a la hora de entender el mercado. Dos ejemplos de esto son las preferencias racionales de los individuos y la existencia del agente representativo.
El primero ha sido abiertamente criticado por los psicólogos, pues se ha encontrado un conjunto de investigaciones que demuestra la “irracionalidad” de los agentes a la hora de tomar decisiones (Slovic, 1995). El segundo es una suposición muy fuerte de los economistas, pues en investigaciones como la de Kirman (1992) se evidencia que este agente no alinea sus preferencias con las de cada individuo ni con las de la sociedad que representa. Por otro lado, las otras fallas congénitas de la Economía como ciencia están presentes también en la creación de teorías que no se pueden testear con la realidad. Una ilustración de esto es la Teoría del Equilibrio General que, si bien es la “respuesta” a la gran pregunta de Smith, reposa como una simple demostración matemática que “no se le debe pedir que sea una construcción abstracta para representar un mercado” (Cataño, 1997).
Desde el punto de vista durkheimiano, la ciencia económica presenta problemas tanto metodológicos como cognitivos a la hora de demostrar sus hipótesis. A pesar de que se valgan de la matemática como uno de sus medios, la economía no ha sido lo suficientemente rigurosa para analizar y entender completamente lo que es el mercado y su influencia en la vida social. La construcción de supuestos ad hoc y de modelos no verificables con la realidad muestra la inmadurez de los economistas para resolver problemas respecto a su objeto de estudio, dado la posición tan alta que ocupan en la sociedad.
Por lo tanto, la ciencia económica no ha desarrollado un método científico apropiado a ella misma que le permita saltar esas lagunas epistemológicas que posee y, que a su vez, le permita también producir conocimiento bien fundamentado. Por consiguiente, el ensayo se desarrollará de la siguiente manera: primero, se analizará el daño que causa introducir las prenociones como marco axiomático en la Economía; segundo, se mostrará que las matemáticas, en vez de ser un medio, se convirtieron en el fin último de la ciencia económica; tercero, se entenderá como el autismo de la economía con otras ciencias sociales no le ha permitido a esta disciplina producir un conocimiento mejor cimentado; y por último, se concluirá con las ideas más importantes del texto.
1. LAS PRENOCIONES COMO SUSTENTO DE LA ECONOMÍA
Durkheim (1976) hace referencia a las prenociones como nociones vulgares, pues son “una especie de fantasmas que nos desfiguran el verdadero aspecto de las cosas y que no obstante tomamos nosotros por las cosas mismas”. En el caso especial de la economía, la construcción de modelos se hace a través del establecimiento de un marco axiomático, regulando así el comportamiento de los agentes económicos del modelo. Por lo tanto, este sistema de axiomas se puede asociar con las prenociones de las cuales habla Durkheim, pues en este sentido los economistas quebrantan el principio de la observación del método científico. Lo anterior se debe a que no se trata de suponer cómo se comportan los agentes económicos cuando interactúan en el mercado. Por el contrario, la tarea de la ciencia económica debería ser entender cómo participa realmente cada uno de los individuos en todas las relaciones económicas y de ahí iniciar, el análisis y el desarrollo de todos y cada uno de los modelos propuestos sobre el mercado. El carácter de una práctica o de una institución no se debe jamás suponer (Durkheim, 1976).
Es claro que hoy la economía juega un papel normativo sobre la verdadera esencia de los agentes económicos. En consecuencia, esto genera malestar de dos maneras en los resultados de esta disciplina:
a) El primero se da por la suposición de premisas que no tienen ningún sustento teórico. Partir de un marco axiomático sin fundamentos sencillamente permite la creación de supuestos que permiten ajustar un modelo y que, por tanto, las conclusiones a las que llegan las investigaciones económicas sean particulares a ciertos casos y no generales como se quisiera.
b) El segundo tiene que ver con la regularización de los comportamientos de los individuos, pues esto hace más complejo el menester de la economía. El hecho de no tratar con la verdadera naturaleza del mercado hace que cualquier modelo planteado sobre éste sea completamente inservible pues, si bien se pueden ajustar a situaciones particulares del mundo real, las conclusiones no serán compatibles con el resto de situaciones –que pueden ser infinitas.
En resumen, establecer un marco axiomático de prenociones no solo puede poner en cuestión cualquier resultado, sino que también hace más engorrosa la tarea de la disciplina económica ya que tiene que buscar infinitamente un modelo que sea compatible con los eventos del mundo real.
2. LAS MATEMÁTICAS: ¿MEDIO O FIN?
La economía, en pos de hacer más robustos sus resultados, ha empleado las matemáticas a su caja de herramientas para la construcción de modelos y la sofisticación de los aparatos econométricos. No obstante, se ha observado que la formalidad matemática dejó de ser un medio para convertirse en el fin último de la economía. Esta fue una de las observaciones hechas por Krueger (1991) en un reporte para la Comisión de Estudios Superiores de economía. Una de sus preocupaciones es que los doctorados en ciencias económicas se han encargado de matematizar toda la economía, dejando a un lado la intuición. Un ejemplo claro es la demostración de existencia de la función de utilidad, pues hace necesario tener supuestos absurdos sobre las preferencias de los individuos.
Si bien Durkheim considera que las matemáticas son esenciales para la demostración de tendencias en los comportamientos de los individuos, él a su vez no pretende que la rigurosidad matemática sobrepase lo verdaderamente social. En el caso de la economía, es necesario que, a pesar de que sea una herramienta muy influyente, esta disciplina no abandone sus resultados extraídos del mundo real para convertirse en una rama de las matemáticas.
3. EL AUTISMO DE LA ECONOMÍA
A pesar de las mentes prolíficas que trabajan en la materia, actualmente la Economía posee un problema de comunicación con las otras ramas de las ciencias sociales. Los resultados concluyentes de otras áreas como la psicología, la sociología e, incluso, los de la misma economía heterodoxa nunca han salido a relucirse en los debates del círculo académico economista. Esto puede causar un problema mucho más complejo que es fallar en los planteamientos de modelos económicos por ignorancia. Es por esto que la ciencia económica se encuentra sola en su lucha por entender el mercado.
El aporte de conocimiento de otras ciencias sociales puede ser fructífero no solo porque permitiría plantear mejores modelos que entiendan las relaciones económicas y de poder entre los individuos, sino que también podría vislumbrar algo de luz sobre el establecimiento de un método científico apropiado a la economía para producir conocimiento.
4. CONCLUSIONES
Desde el punto de vista durkheimiano, la ciencia económica actualmente posee serios problemas con respecto a su método de estudio y por tanto, a sus resultados. Lo anterior se debe a que esta disciplina no ha encontrado una metodología correcta que le ayuda a saltar las lagunas epistemológicas que posee. Establecer sistemas axiomáticos partiendo de prenociones, convertir a las matemáticas como el fin último del estudio y ser autistas para comunicarse con otras ciencias sociales son los principales obstáculos que enfrenta la economía para desarrollar un método que le ayude verdaderamente a producir un conocimiento más general. Es necesario que la ciencia económica se empape más de la observación y recolección de hechos que le permita ser más positiva que normativa.
Bibliografía
Cataño, J. (1997). El Modelo de Equilibrio General: ¿Estático o Estéril? Cuadernos de Economía, 9-25.
Durkheim, É. (1976). Las Reglas del Método Sociológico. Buenos Aires: La Pléyade.
Kirman, A. (1992). Whom or what does the representative individual represent? Journal of Economic Perspectives, 117-136.
Krueger, A. (1991). Report of the Commission on Graduate Education in Economics. Journal of Economic Literature, 1035-1053.
Slovic, P. (1995). The Construction of Preferences. American Psychologist, 364-371.
[1] El mercado entendido como el lugar y el momento del tiempo donde las personas, por medio de un misterioso ritual, intercambian bienes y servicios.