El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

Carta a los revocadores de Peñalosa

Ustedes han comenzado una valiente y aparentemente difícil batalla por sacar del poder al alcalde Peñalosa. Quiero reconocer que actúan en democracia y que están en su derecho. Sin embargo, ¿no creen que el ejercicio de la democracia requiere de responsabilidad?

Tomado de El Espectador.
Tomado de El Espectador.

Por Juan Manuel Monroy

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Respetados y valorados revocadores:

Ustedes han comenzado una valiente y aparentemente difícil batalla por sacar del poder al alcalde Peñalosa. Quiero reconocer que actúan en democracia y que están en su derecho. Las expresiones ciudadanas validadas en nuestra carta política siempre deben ser exaltadas.

Ustedes han conseguido reunir las firmas necesarias para convocar la revocatoria del alcalde y es absolutamente claro que esas firmas pueden superarse con creces ante el descontento generalizado. He podido ver que sus colaboradores, interesada o desinteresadamente, recorren la ciudad entera hablando con la gente en las calles. Por fortuna, el respeto los acompaña. Sin embargo, quiero decirles que no la responsabilidad con la democracia.

Antes de argumentar el porqué de la última afirmación, debo contarles que yo voté por Peñalosa.  Salí a las urnas convencido de lo que él podría hacer como alcalde de Bogotá. Nadie compró mi voto ni mi conciencia. No pertenezco a ningún partido. Pese a que me incomodaba la presencia de banderas siniestras que rodeaban su campaña, como fue el apoyo frontal de Cambio Radical, tenía claro que podría gobernar con un equipo de conocedores de los principales problemas de la ciudad. Consideré que la ciudad necesitaba una administración eficiente que optimizara recursos para enfocarlos en unos puntuales problemas como lo son la movilidad, la infraestructura y la cultura ciudadana. Era claro que Peñalosa era un candidato polarizador que, como alcalde, generaría un revolcón en una ciudad estancada por las mezquindades políticas de unos pocos bandos ideologizados al extremo.

Pero eso no es lo importante. Al final, fuimos 906.052 los que optamos por esa opción, el 33.10% de los votantes. Es claro que el alcalde por el cual voté no está incumpliendo su plan de gobierno. El mismo ex alcalde Paul Bromberg, un personaje ecuánime quien no apoyó a Peñalosa en las elecciones, así lo considera. Entonces, ¿por qué revocarlo? En esto existen razones que uno puede controvertir, como lo es la falsificación de su título de doctorado, cosa que me parece inaudita pero que no justifica una revocatoria en tanto la elección de un político no se basa en sus títulos.  Pero esto no es el punto central de esta carta.

Ahora, ¿por qué los tildo de irresponsables? En primer lugar, la campaña librada por ustedes lastimosamente está llena de tergiversaciones y verdades a medias (ver ejercicio desarrollado por la Silla Vacía en donde de 13 afirmaciones 2 son verdaderas (1)) que se traducen en desinformación y en mentiras. Lo he podido comprobar viendo los videos con citas fuera de contexto que difunden sus colaboradores en redes sociales y también con sus colaboradores en las calles quienes afirman cosas salidas de los cabellos: “Peñalosa es dueño de Volvo y por eso tiene paralizada la movilidad de la ciudad”, “va a llenar de cemento una reserva natural”, “está acabando con los hospitales de la ciudad”, etc. ¿no tienen ustedes un manual de ética que indique a sus colaboradores qué es verídico y qué no?

Parte de ser responsable con los valores democráticos está en decir la verdad. Evidentemente, la gente no está contenta en general con los políticos. Es una realidad a voces que nadie puede ocultar. De hecho, yo no estoy totalmente de acuerdo con todo lo que hace un político como Peñalosa, pero hay que tener cuidado con una cosa. En estos tiempos en donde el escepticismo soterrado pesa más que los esfuerzos por reformar la oscura realidad, todo ciudadano poco informado y desesperado por la penosa realidad que vive es presa fácil de la manipulación. En esa dirección, anunciar desastres y alentar la insatisfacción generalizada es un juego en donde ganar adeptos es fácil. Yo creo que ustedes tienen ideales bastante valiosos para nuestra sociedad pero siento que sostener una bandera política con manipulación nos haría mucho daño.

Los que elegimos a Peñalosa, y los otros muchos que no, queremos que termine su mandato, ese que prometió. Ese que está cumpliendo. ¿Han pensado en las consecuencias de una revocatoria? No hablo de las celebraciones entre ustedes el día en que esto ocurra, ni de las fichas políticas que pondrán en el tablero electoral. Hablo de la catástrofe institucional al día siguiente de la victoria de ustedes: las obras paralizadas, un gobierno interino impuesto por el presidente, el tiempo en contra de la administración que venga, otra disputa electoral, mayor crispación social, mayor falta de confianza en las instituciones, congelamiento del presupuesto distrital etc.

Hacen bien en defender sus banderas, lo reitero, pero la revocatoria no debe ser un instrumento con el cual alimenten su capital electoral. Es decir, el mecanismo de revocatoria no debe ser usado con un espíritu de revanchismo electoral (2).  Hacerlo así es un acto irresponsable con la democracia y más cuando todo se sustenta en afirmaciones poco verídicas.

De ustedes,

Juan Manuel Monroy

Referencias:

  • (1) http://lasillavacia.com/historia/detector-de-mentiras-las-razones-de-los-estudiantes-para-revocar-penalosa-59904
  • (2) http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/10097-la-recolecci%C3%B3n-de-firmas-auge-o-instrumentalizaci%C3%B3n-de-la-participaci%C3%B3n-ciudadana.html

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