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¿Cambiará Trump la libertad de prensa?

Por: Sebastián Mayor

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Es preocupante la reciente actitud que el Presidente Trump ha tomado contra los medios de comunicación. Sus ataques a la prensa dificultarán la labor de control política que ésta históricamente ha realizado.

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Fuente: businessinsider.com

Las polémicas generadas por el Presidente Trump no cesan, y continúa disparando desde su cuenta de twitter a todo aquel que diga algo en contra suyo o quien no esté de acuerdo con su postura política. Esta viene siendo su técnica desde que comenzó su carrera a la presidencia, y le dio los resultados necesarios durante la campaña, generando debates sobre sus opositores que al final terminaron determinando el resultado de la elección en la que ganó. Sin embargo, es preocupante la reciente actitud que el Presidente Trump ha tomado contra los medios de comunicación, los cuales se supone deberían cumplir un papel importante en cuanto al control político de un país.

En Colombia ya hemos visto la importancia de la prensa en hacer control político y en sacar a la luz situaciones indeseables que ocurren en la política. Por no ir muy lejos, la semana pasada fue condenado a 55 años de prisión el ex gobernador de La Guajira Kiko Gómez, acusado de participar en tres homicidios y además se comprobó que tenía vínculos con narcotraficantes.

En esa investigación, tuvo una gran participación el periodista Gonzalo Guillén, que hasta recibió amenazas por sus denuncias. Lo mismo se puede decir de otros casos, como Agro Ingreso Seguro, que fue conocido públicamente por el trabajo periodístico de la revisa Cambio, que después de la denuncia fue cerrada.

En EEUU, la prensa también ha tenido un importante papel en sacar a la luz verdades incómodas; el caso más famoso, fue en la década del 70, gracias al trabajo investigativo de dos jóvenes periodistas del Washington Post que investigaron y dieron a conocer el escándalo de Watergate. Debido a este trabajo periodístico se conocieron los abusos del entonces Presidente Richard Nixon, que tuvo que renunciar a su cargo después del escándalo.

Sin embargo, el rol de la prensa en EEUU podría cambiar bajo la presidencia de Trump. Desde la campaña acusó a varios medios de distorsionar la verdad, haciéndolo quedar mal frente a su audiencia. Pero más allá de las acusaciones, Trump incluso llegó a reunirse con el New York Times, para tratar diferentes temas después de la elección, ayudando a mejorar el ambiente.

No obstante, en la primera rueda de prensa posterior a la elección, Trump mostró una actitud hostil frente a algunos medios, por ejemplo, CNN, y no quiso responder sus preguntas. Además, durante la rueda de prensa dijo que no respondería porque eran medios corruptos, que mediante noticias falsas habían creado una imagen incorrecta sobre él y sobre lo que será su presidencia. En conclusión, solamente les respondió a los medios que él considera que dicen la verdad, y que casualmente no han sido tan críticos de su presidencia.

Lo preocupante de esto es que todo medio que haga críticas a Trump va a perder su derecho a hacerle preguntas, además va a ser catalogado de corrupto y mentiroso. De esta forma, todas las críticas que se le hagan al nuevo presidente de los Estados Unidos desde los medios van a carecer de legitimidad y se va a poner en duda si tienen razón de ser o si por el contrario son parte de una campaña de desprestigio como él mismo lo ha mencionado. Adicionalmente, teniendo en cuenta la posición de poder del mandatario sus declaraciones podrían afectar la forma en que trabajan los medios de comunicación.

Además de los medios de comunicación, Trump también ha rechazado las encuestas de favorabilidad, que no lo dejan bien parado. Según las más recientes encuestas, menos del 40% de los estadounidenses tienen una opinión positiva del presidente. Las cifras de aprobación de Trump contrastan, por ejemplo, con las de Obama, que eran de casi 80% o las de Bill Clinton, cercanas al 70% al inicio de su mandato.

 Las encuestas de aprobación son una manera en la que el público puede manifestarse frente a un mandatario y de alguna manera influenciar su forma de actuar. Es lógico que un mandatario con bajos índices de popularidad no quiera tomar decisiones que puedan afectar aún más su legitimidad con sus electores. El hecho de que las considere amañadas indica que serán cuatro años con poca autocrítica.

Sin embargo, el hecho de que Trump diga que las encuestas están “amañadas” no indica que entonces no exista otra forma en que los ciudadanos se puedan expresar a favor o en contra de su mandato. En la mitad de su periodo habrá elecciones que darán una señal de qué tan contentas o no están las personas con sus políticas. Además, siempre habrá la posibilidad de salir a protestar, como ya ocurrió después de las elecciones. ¿Defenderán los estadounidenses sus derechos o logrará Trump cambiar la libertad de prensa tal como la conocemos hoy en día?

 

Cada autor es responsable por el contenido de su texto, el cual no refleja necesariamente la posición de El Mal Economista, ni compromete a los miembros de su comité editorial.

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