El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

Así son las páginas de Facebook que venden escorpiones, tarántulas y otros animales exóticos

¿Se acuerda de las 40 especies incautadas en Atlantis hace un tiempo? Posiblemente  habrá dicho algo como: ¡ve! Sí, ¿que habrá pasado con eso? Y como es normal en este país las noticias duran un par de semanas rodando y se desaparecen. Así pasó con estos pescaditos, con la comunidad del anillo, seguro pasará con Odebrecht y seguirá pasando. Fue por esto y bajo la coyuntura de un código de policía que reglamenta a razas de perros “peligrosas”, que decidí contactarme con una de estas páginas.

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Por: Santiago Almeida Daza

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Estas páginas son grupos de personas, que operan en distintas ciudades de Colombia (Medellín, Bogotá y Cali), y todos sus miembros que comparten una misma pasión, los animales exóticos. Mediante criaderos, logran albergar especies de animales que pueden incluir, hurones, erizos, serpientes, escorpiones, reptiles, tarántulas y una que otra cucaracha gigante de Madagascar. Trabajan en gran medida a través de redes sociales, y no resulta complicado encontrarles, con una trayectoria de más de 6 años han logrado cautivar a personas que optan por tener una mascota no tan convencional.

Está claro que en Facebook se pueden encontrar cualquier tipo de cosas, quien se atreva a navegar fuera de sus círculos sociales puede llegar a parar con asuntos realmente extraños, desde fiestas ilegales de menores de edad en lavaderos de carros, hasta personas que ofrecen su servicio como “acompañante de almuerzo”. Fue la versatilidad de estas plataformas lo que llevo a que este grupo de hobbistas a hacerse un rincón en el basto universo de Facebook.

Cuando se habla de animales exóticos, se debe tener en cuenta la delgada línea entre lo legal y lo ilegal, entre gustos y caprichos. Me resultó inquietante el hecho de que un ciudadano pueda conseguir un escorpión, una boa o una tarántula a través de un par de clics. Investigue un poco y me contacté con una de las páginas con más seguidores en Facebook dedicadas a la cría y reproducción de animales exóticos, pidieron el derecho al anonimato porque como lo expresa su vocero su” actividad no está bajo un marco legal”.

Esta organización expresa no ser una empresa constituida, aseguran ser un grupo de amigos entorno a un gusto en común y que la curiosidad de los colombianos; comenzó a crecer desde el 2006, año en el que decidieron ponerle nombre a su actividad, son alrededor de siete personas quienes ayudan o colaboran en esta causa, pero realmente solo son dos quienes están detrás de la pantalla respondiendo a toda persona interesada.

Este grupo de hobbistas vende solo cierto tipo de especies al público, con el fin de mantener al mismo hobbie, no manejan fauna silvestre o fauna colombiana, ni especies en vía de extinción, por el contrario, venden especies extranjeras de cuidados sencillos y relativamente económicos, puesto a que como lo manifiesta su representante, a quien llamaré German, “lo que me interesa como tal es crear conciencia en el hobbie”.

German asegura que las personas más interesadas en obtener mascotas exóticas son niños de 11 años en adelante, y que muchas veces el crear un espacio para una serpiente en un hogar, ha logrado unir familias, de una forma distinta a como lo haría un perro o un gato debido a que el primer consejo que otorga al momento de vender una especie es leer. De esta forma logra conectar padres e hijos entorno a la investigación sobre una especie, lo que no se da con mamíferos comunes pues las personas tienden a dar por obvios sus cuidados.

Entonces, ¿Qué es un animal exótico? Es toda especie foránea, que se desarrolla en un hábitat extraño a su originario y que representa una grave y directa amenaza a un ecosistema. En ese orden de ideas, la legislación dicta que se podrá tener un animal exótico registrado bajo cierto papeleo si usted es persona jurídica y garantiza: instalaciones adecuadas, personal capacitado, lleve a cabo la importación de la especie y pague impuestos que este proceso requiera. Así me lo expresó un funcionario del ministerio de ambiente y desarrollo sostenible, prácticamente usted debe tener un zoológico en casa.

Precisamente uno de los poseedores de un animal exótico, es Andrés Fernández, quien también pidió cambiara su nombre para proteger su identidad y evitar que le quitaran a su “bebe”, una pequeña culebra que hasta ese momento no era para nada intimidante. Es un estudiante bogotano de ingeniería mecatrónica, a su edad de 33 años, recibió en su hogar una serpiente tan solo hace algunos meses: una boa constrictor imperator colombiana, que fue bautizada como Salazar. Fue un regalo de su novia, quien consiguió la serpiente en un foro de animales exóticos en Facebook, a una módica suma de sesenta mil pesos.

Andrés pudo haber sido víctima de vendedores de fauna silvestre, una actividad fuertemente condenada en Colombia y que a voz de German, permite que de cada 10 animales traficados, 7 mueran y el resto apenas sobrevivan. Hay dos excepciones tipificadas por la ley donde es permitido tener animales silvestres, la primera es: si usted es un zoológico, y la otra, es si usted es una persona jurídica que se dedique a la cría para exportación, pero nunca para venta interna.

Por otro lado, existen brechas, que contradicen un sistema precario y desorganizado. Puesto a que por ejemplo, un Hámster, que es un animal exótico (ya que no es endémico del país), usted lo podrá ver como si nada, comercializado en vitrinas si camina por la Caracas con calle 50, y comprarlo entre 5.000 y 15.000 pesos colombianos, simplemente por el hecho de ser un animal normal. “Bonitos y gorditos” dirían los pingüinos de la película Madagascar.

Ahora bien, ¿Qué sucede con los animales decomisados? Son llevados a unos centros denominados CAV (Centro de Atención y Valoración de la fauna silvestre). Donde si no se tiene la documentación se pierde el animal, y al no haber ningún formato para personas naturales, la especie pasa a poder de estas entidades, donde a su vez, si no son adoptados por zoológicos (quienes son los únicos en calidad para hacerlo) o por organizaciones enfocadas a la investigación de estas especies, simplemente los matan. Ahora ya sabe qué fue lo que le paso a los pescaditos de Atlantis.

Pero ahora, basado en palabras de Danilo Hernández, miembro del grupo ecológico Augusto Ángel Amaya, no es nada sencillo legislar este asunto. En cuanto a animales exóticos, el temor es que estos animales acaben con la fauna nativa. Y por el lado de la fauna silvestre, si se llegara a legalizar la tenencia, se podría dañar la genética de las especies en distintas localidades, pues no es lo mismo una boa en Barranquilla, que una en Cundinamarca, y adicionalmente no se sabría si el mercado local pueda satisfacer las necesidades de los clientes, lo que fomentaría el tráfico de fauna silvestre.

Entonces, ¿Qué opciones le quedan si desea tener una tarántula en su casa?: puede optar por la forma fácil y más irresponsable (y de hecho se debería sentir como toda una “Blatella Germánica” o dícese de cucaracha) e ir a comprar fauna silvestre a un traficante de esta especie, la conseguirá por no más de 150.000 pesos. En su otra mano podría buscar un grupo de hobbistas que tengan un criadero de especies exóticas responsable y preguntar que especies ofrecen, cuando le den el listado, corrobore en los libros rojos o en su defecto en internet, si es o no una especie en vía de extinción, absténgase de comprarla si lo es.

Ahora bien, supongamos que consiguió tener su tarántula , la bautizo con un nombre muy original y la tiene en sus manos. Primero que todo y replicando las palabras de German, por favor lea y entérese que lo que tiene en su poder no es un juguete, adecúele un espacio apropiado y asesórese en el camino. Si en dado caso usted debe deshacerse del animal y decide liberarlo en algún parque, calle, bosque o lago… procure que la próxima vez que tenga una vida en sus manos, la respete con los pantalones que no tiene.

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