Por: Fernando Cárdenas
@FerCardenas
El fútbol colombiano ha mejorado. Todos los equipos han hecho grandes esfuerzos por mejorar la calidad de sus nóminas y canteras, apoyados por el gran momento que se vive en la selección el cual ha servido de impulsor exógeno del deporte en el país. Inclusive si las directivas de Millonarios últimamente han hecho méritos para contratar a cualquier aparecido que ven el Wikipedia, se están gastando la plata que se ganan, y eso es bueno. No obstante, y haciendo énfasis en el caso del pobre Envigado (y sus gringos) que ahora se fue a la lista Clinton, hay equipos que por consecuencias legales o por simple falta de capacidad financiera no pueden competir al mismo nivel. Es aquí donde surge la pregunta que voy a tratar de responder en esta entrada ¿Cómo hacemos para que Nacional, Cali, Santa Fé y los equipos que sí tienen plata y saben cómo gastársela no se traguen el campeonato y conviertan la liga Postobón en un campeonato de liga superior y liga terrenal como la liga BBVA?
Lo primero que hay que saber es que mi preocupación está fundamentada en que Nacional se ha ganado tres campeonatos seguidos y eso, estadísticamente, es sumamente improbable. Es muy cierto que hay equipos mejores que otros, sin embargo, de haber un mecanismo que homogeneizara la liga (como los que voy a describir más adelante) esto no se daría tan fácilmente. Lo segundo que hay que saber es que esto no es nuevo, desde el dorado con un imbatible Millonarios, y pasando por la manchada época de los ochentas y noventas con América y Nacional convertidos en máquinas de ganar partidos hay equipos que han sido imbatibles para los demás, y que si bien han dejado el nombre del fútbol nacional por lo alto lo han hecho a costa de las posibilidades de otros equipos. Es cierto que hay equipos que, sin tener la mejor nómina, han ganado campeonatos o llegado muy lejos (Cúcuta del 2006, Chicó del 2008, Unión del 68) así como equipos que se han mantenido constantes sin tener mucha plata (como el caso del Tolima que va tan seguido a Libertadores que los locutores de Fox Sports ya decidieron que su forma de decirle a la ciudad de ‘Ibagüe’ es mejor que la nuestra); sin embargo esto parece ser más la excepción que la norma.
Mis propuestas concretas para arreglar la situación serían tres: Poner un tope salarial, un impuesto al lujo o decidir que esto no es un problema y dejarlo como está (tan economista yo). Sí, las tres propuestas las saqué de los deportes gringos, pero la verdad es que como son los únicos que tienen divisiones enteras de periodistas que se dedican a analizar transacciones, contratos, salarios y demás, pues me tocó ponerles atención; además seamos sinceros, el tope transaccional de la UEFA es un chiste, ni el Madrid ha sido capaz de pasarlo. Vamos entonces con la primera propuesta. El tope salarial es sencillo: usted le puede pagar a sus X jugadores (cantidad estipulada por la liga) Z cantidad de plata, y si se pasa, pues pierde por W hasta que renegocie los contratos o eche a alguien y contrate a otro más barato. Así de simple, sin muchos peros, así funciona para el Fútbol (¿Football?) Americano y los tipos han logrado mantener la liga medianamente pareja teniendo ocho campeones distintos en los últimos diez años. La idea es la más fácil pero tiene tres problemas fundamentales, el primero es que el esquema organizacional de la liga no es el mismo, en el fútbol tradicional los equipos son entes independientes asociados a un torneo o una liga, mientras que en el Americano la liga es la dueña y señora del deporte y los equipos son solo franquicias dependientes de la misma, por eso no pueden decir mucho cuando no los dejan gastar más. El segundo es que poner un tope salarial también puede implicar que los jugadores ganan menos, y que hay menos oportunidades para menos jugadores, esta solo es una triste realidad. Por último está el problema más grave de todos: ¿cómo se le sube el precio a un jugador para venderlo si al subirle el precio hay que pagarle más y eso perjudica al equipo?
Pasamos entonces a la segunda propuesta: El impuesto al lujo. El impuesto al lujo está presente en la NBA y las ligas mayores y básicamente consiste en poner un límite de gasto en salarios a partir del cual hay que pagarle a la liga un impuesto. El caso de las ligas mayores es parecido al del tope transaccional de la UEFA, solo hay dos equipos que logran llegar a él todos los años (Yankees y Dodgers) y ninguno de los dos tiene ningún problema con pagar el impuesto. Por su parte la NBA tiene un límite más fácil de alcanzar, esto resuelve el primero de los tres problemas anteriores, si la Dimayor declara ese límite dictatorialmente los que quieran competir mejor deberán pasarlo y arriesgarse, esto además significa que habrá más jugadores de ‘relleno’ más baratos en todos los equipos lo que puede significar más oportunidades para los jóvenes que empiezan. Sigue sin embargo existiendo el último problema, el del precio. En la NBA decidieron no resolver el problema, la razón es que el Eurobasket no es lo suficientemente atractivo para las súper estrellas y por la misma razón no hay mucho incentivo para querer subirle el precio a los jugadores; si decidiéramos hacer eso en Colombia nos pasaría lo de Argentina en el Dorado y terminaríamos con Omar Pérez, Daniel Torres, German Ezequiel Cano, Sherman Cárdenas y Yimmy Chará jugando en el Perú. Una última sugerencia sobre este punto, no trate de entender las reglas de cambios, transacción, selección e impuestos de la NBA, no se puede, ni los equipos las han entendido y viven embarrándola por eso.
Es entonces donde llegamos al punto sin salida, nos tocó ser el ‘Tea Party’ del fútbol y resignarnos a que lo que toca hacer es mejorar la liga como un todo inclusive si esto significa que Nacional gane cincuenta campeonatos seguidos (menos este, este es de Santafecito, ya me ilusionaron). Independientemente de las críticas sobre el patrocinio o las actuaciones de Imer Machado, quien pese a sus embarradas no se le puede negar que sigue siendo mejor impartiendo justicia que la rama judicial, el problema es que unos tienen más plata que otros. Resignémonos y esperemos a que algún día un jeque árabe se enamore de una bella mujer Nariñense y terminemos con un Deportivo Pasto que pueda ganarle a Nacional, mientras tanto vamos a jugar a quién queda segundo en la reclasificación.
Nota aparte: Tras mi última columna #YoNoSePorQueMeQuedo recibí una respuesta de uno de mis compañeros de blog. En varios de sus puntos tiene razón, sin embargo la pregunta fundamental para mí sigue siendo la misma ¿por qué se quedan los bogotanos en Bogotá si la ciudad solo va para atrás? ¿Por qué no nos vamos si la pregunta “usted cree que Bogotá va por buen camino” no sube de un mediocre 50% de aprobación en las encuestas desde hace tanto? Les dejo, como a mi compañero la duda para que por favor me la respondan o al menos se lo pregunten a ustedes mismos. ¿Será que nos quedamos por un caso de Chauvinismo Bogotano, o será porque Pacho, Pardito y Clara nos van a sacar del abismo?