Por: Fernando Cárdenas
@FerCardenas
@MalEconomista
Debo confesar, antes de empezar a escribir, que dudé muchísimo si debería escribir esta columna. Lo que pasó el lunes 2 de mayo no solo fue histórico, fue mágico, y definitivamente no quiero que nadie piense lo contrario. Yo soy economista, no pienso en términos de posible e imposible, yo pienso en términos de probable e improbable; soy plenamente consciente de que esa manía de cuantificar todo le saca la piedra a todo el mundo, pero hoy voy a tratar de explicarles qué tan importante es el triunfo del Leicester City Football Club con números, para convencerlos de que lo que pasó ese lunes puede cambiar el mundo y la forma de cómo vemos no solo los deportes, sino la vida.
Fuente: http://www.marca.com/futbol/leicester-city/opinion/2016/04/22/571a6d3ee2704e95148b4607.html
Para explicar lo importante que es este triunfo empiezo con una anécdota: hace un año largo, en lo que hoy llamo mi ‘época loca y descontrolada’ de antes de empezar a hacer la tesis de mi maestría (a quien me refiero como mi novia) salí una noche con unos amigos y una gente que no conocía. Yo ya tenía un par de traguitos encima cuando la conversación se tornó hacia uno de nuestros amigos más desafortunados en el tema del levante, y se llegó a la conclusión de que el tipo no levantaba porque solo hablaba de la carrera. Así, yo, como el sujeto de pruebas por excelencia que soy, fui enviado a tratar de caerle a una niña hablándole de física… Me acerqué y empecé con la siguiente babosada:
“Si le hacemos caso a la teoría de que el universo es infinito, y yo creo que lo es, entonces todas las posibles combinaciones de cosas y materia ya se han dado y se volverán a dar. Eso significa que en algún lugar del cosmos tú y yo ya nos conocemos, y ya sabemos cómo termina esta noche… ¿Qué tan dispuesta estás a averiguarlo?”
-siento la imperiosa necesidad de repetir, yo ya tenía mis traguitos encima-
El caso es, por lo mismo que le dije a la niña de azul esa noche es que yo no pienso en términos de posibles o imposibles, yo pienso en términos de probables e improbables. Si el universo es infinito, o tiene un límite de expansión infinita, entonces todo lo que puede pasar pasará, la cuestión es cuándo, dónde y qué tan seguido. Si algún físico está leyendo esto me disculpo por la estupidez que probablemente estoy diciendo, pero mi punto solo va a contextualizar lo que es muy real para mi ciencia: las probabilidades muy pequeñas, por más pequeñas que sean, no son cero. Vale la pena hacer una aclaración estadística/filosófica sobre este punto: Imagínese un escenario que parezca imposible: que Superman exista, que todos seamos marcianos, que yo me vuelva hincha de Millonarios. Ahora piense en alguna forma en que eso, de hecho, pudiera ser cierto. Desde que usted logre pensar en alguna forma en que eso pudiera ser cierto, debe aceptar que eso no es imposible, solo enormemente improbable. En términos prácticos Muhammad Ali tenía razón: ‘Impossible is nothing’.
¿Y esto qué carajos tiene que ver con el Leicester? Pues todo. Téngame paciencia que ya voy a llegar a eso.
Por allá en 1979 unos tipos que se llamaban Daniel Kahneman y Amos Tversky hicieron un descubrimiento muy importante para lo que hoy llamamos el “behavioral finance”: La función de pesos. Esta función dice que, si las probabilidades están cercanas a cero (a lo imposible) nosotros simplemente asumimos que lo son, y si están cercanas a uno (imposible que no pase), nosotros simplemente asumimos que van a suceder. Esto explica por qué todos pensamos que Jamie Vardy no iba a poder jugar en la Premier nunca, que a Kanté no le iban a dar los pulmones para correr toda una temporada marcando a cinco al tiempo, que Kasper Schmeichel iba a salir siempre debajo de su papá en los resultados de google, que a Ulloa ya no le daban las piernas, que Okazaki no se iba a acoplar en occidente, que Mahrez iba a quedarse en Francia y que Ranieri, que venía de perder contra las Islas Faroe cuando era técnico de Grecia, iba a sacar al glorioso Leicester City Football Club campeón de la premier.
Yo incluso pensé que el equipo que me gusta de Inglaterra, el Tottenham Hotspur que acabó teniendo una gran temporada, no tenía posibilidad alguna de ganar. Pero el Leicester mostró que eso no es así, que Santa Fe se puede ganar quince suramericanas seguidas, que Millos David puede ser presidente de México, que mi amado Real Betis Balompié (¡¡¡Manque pierda!!!) puede ser campeón de la Champions y que en este mundo todos tenemos posibilidades de ser el mejor. Las casas de apuestas son una gran muestra de la forma como funciona la probabilidad, y en esta oportunidad, por no hacerle caso a la matemática, se les reventó la burbuja en la cara. Los dueños deben dormir con un solo pensamiento en la cabeza… 5000 a 1 es infinitamente más grande que 5000 a 0.
La probabilidad y la estadística están en todo lo que hacemos. El mundo es aleatorio y caótico por naturaleza, y abrirse a la posibilidad de que todo puede suceder solo implica abrir los ojos a una realidad que, al menos para mí, es innegable y vuelve la vida mucho más interesante. Lo invito, estimado lector, a que la aplique para su vida. ¿No va a poder con el parcial? El Leicester quedó Campeón. ¿Nunca le va a hacer caso la niña que le gusta? El Leicester salió primero. ¿Ese trabajo nunca le va a salir? Leicester, Leicester, Leicester.
Muchísimas gracias Leicester City Football Club.