Hernando Zuleta
En este blog, hace unos días, Daniel Wills explicaba dos de los mecanismos mediante los cuales la inmigración venezolana puede contribuir al crecimiento: (i) El efecto sobre la inversión. En la medida en que el capital y el trabajo son complementarios, un aumento en la oferta laboral produce un incremento en la productividad del capital y, por lo tanto, estimula la inversión. (ii) El crecimiento de la población está asociado a la densidad de las redes de comunicación y conocimiento y, por esta razón, en las economías con mayor población suele haber mayor innovación.
Además de los señalados por Wills, hay otros dos mecanismos importantes: El efecto directo de la mayor oferta de la mano de obra y el efecto de mediano plazo que puede tener la inmigración venezolana sobre flujos de comercio e inversión entre Colombia y Venezuela.
Migración y oferta laboral
En un trabajo reciente de Hernando Jose Gomez y Laura Higuera los autores analizan las causas de la reducción de la tasa de crecimiento en Colombia y exploran posibilidades de recuperar tasas iguales o superiores al 4% anual. Una de las limitaciones que señalan Gomez e Higuera es la dinámica poblacional y su efecto sobre la oferta laboral. En particular, se espera un crecimiento sostenido en la tasa de dependencia (número de niños y ancianos en relación al número de individuos en edad de trabajar) por lo cual el producto por trabajador debe crecer muy rápidamente para mantener el producto per cápita. En otras palabras, los autores predicen que el trabajo no será un motor de crecimiento en las próximas décadas. Por estas razones, se requieren medidas de política que estimulen la formalidad laboral, incrementen la participación femenina y extiendan la vida laboral de los colombianos. No obstante, la economía política de las reformas es compleja y los resultados de las reformas toman tiempo.
En estas circunstancias, la inmigración venezolana ayuda a mitigar el aumento en la tasa de dependencia y, en este sentido, la mano de obra venezolana puede contribuir a mantener altas tasa de crecimiento. Por supuesto, para que esto suceda se requiere que las autoridades y los agentes del mercado laboral colombiano estén dispuestos a acoger a los trabajadores migrantes.
Vecindad, redes y comercio exterior
Uno de los resultados robustos en comercio internacional es la llamada ecuación de gravedad, esto es, entre más cerca están dos países y mayor es su nivel de ingreso mayores son los flujos comerciales. En el caso de Colombia y Venezuela, el comercio binacional se ha visto perjudicado directamente por decisiones de política comercial de los dirigentes de Venezuela e indirectamente por el dramático efecto negativo que ha tenido la política económica sobre el nivel de ingreso de dicho país. Por supuesto, la vecindad y la afinidad de los dos países ha hecho que la revolución bolivariana tenga efectos negativos muy grandes sobre el comercio binacional. No obstante, la afinidad, la vecindad y las redes que se han generado con la migración pueden hacer que los efectos de la recuperación económica del Venezuela sobre los flujos de comercio e inversión y sobre el nivel de actividad económica del país.
Así, un cambio de régimen que impulse la recuperación económica de Venezuela puede generar grandes ganancias para la economía colombiana.