Juana García Duque
En el 2019, cinco profesores de la Universidad de los Andes publicamos el libro Construcción de Paz, las empresas en la reintegración de excombatientes, donde documentamos casos de empresas que se han involucrado en el proceso de reintegración, con apoyo de la ARN (Agencia Nacional de Reincorporación y Normalización). El libro deja algunas lecciones y retos y sobre todo abre la posibilidad a que las empresas ahonden en su rol como actor social y en la posibilidad de su participación en el actual proceso de reincorporación con las Farc.
La reintegración y el actual proceso de reincorporación en su dimensión económica, implica un proceso complejo que incluye, entre otras actividades, brindar al excombatiente acceso a oportunidades ocupacionales que le permitan ser miembros activos y productivos de la sociedad. En esta labor, el sector privado desempeña un papel determinante, pues es el que tiene mayor capacidad tanto para recibir o promover ocupacionalmente a esta población.
Históricamente, algunas empresas colombianas han participado en la construcción de paz con programas e iniciativas que se centran en las causas del conflicto, como la desigualdad y el acceso a la educación, mientras que otras han priorizado las soluciones hacia consecuencias del conflicto, como la creación de oportunidades de empleo para las víctimas y los excombatientes. Aunque varias empresas han trabajado en oportunidades laborales para excombatientes, la reintegración y la reincorporación de grupos ilegales a la vida civil sigue siendo un reto. En el libro a través de los casos de empresas que tomaron la decisión de trabajar con excombatientes, evidenciamos que hay diferentes vías en las que el sector privado se puede involucrar en el trabajo con actores del conflicto armado.
De los casos documentados, algunos de los aprendizajes señalados muestran la importancia de articular diferentes actores, capacitar y formar no sólo para el trabajo y la posibilidad de generar espacios de reconciliación al interior de las empresas.
La complejidad que genera la transición de actores del conflicto a ciudadanos, evidencia la importancia del trabajo articulado con organizaciones públicas y sociales en el territorio y dejar de pensar que es un asunto aislado de responsabilidad del Estado.
Si bien la oportunidad laboral es importante, así mismo lo es, el acompañamiento a su proceso de formación. En los casos documentados, las empresas fueron formadoras no solo en el desarrollo de capacidades productivas (denominadas habilidades duras), sino que también promoviendo capacidades de convivencia y cortesía, habilidades blandas.
Uno de los temores de las empresas al involucrar excombatientes, además del aspecto reputacional, es la interacción entre víctimas y victimarios en el marco del posconflicto. Sin embargo, los casos muestran que la generación de espacios de interacción desarrollados en medio de las empresas fue un factor valioso para la eliminación de los prejuicios que se tienen sobre los excombatientes. Esos espacios de reconciliación que no eran en ninguno de los casos el objetivo, evidenció que al trabajar por un objetivo común, quienes en algún momento estuvieron de lados opuestos del conflicto, son capaces de eliminar barreras.
Uno de los principales retos, aunque no el único, es el alcance de estas iniciativas. Todos los casos documentados son de gran valor para la sociedad, sin embargo, aún falta incorporar a la esfera económica a muchos excombatientes y población vulnerable afectada por el conflicto.
Si bien con el proceso de reintegración, muchos excombatientes buscaban una opción laboral a través del empleo, el proceso de reincorporación con las Farc abre una nueva vía de relacionamiento entre las empresas y los excombatientes. La inserción económica va más allá de capacitación y oferta de empleo, abre la oportunidad a explorar la comercialización y apoyo a las cooperativas de los excombatientes, quien es muchos casos han sacado sus proyectos productivos adelante de la mano de la comunidad. Este nuevo reto de relacionamiento entre empresas y excombatientes da la posibilidad para que las empresas tengan una relación más horizontal, a través de actividades ligadas al negocio, más allá de las actividades filantrópicas.