Tenis al revés

Publicado el @JuanDiegoR

Soñé que Santa Fe queda campeón

Puede ser coincidencia: siempre que sueño que un equipo de fútbol en Colombia es campeón, luego se convierte en realidad. No se trata de una costumbre, de hecho sólo me ocurrió en dos ocasiones: con Millonarios y con Nacional.

SantaCampeon

En noviembre de 2012, cuando Millonarios quedó eliminado de la Copa Sudamericana y sumaba dos derrotas consecutivas en el cuadrangular, soñé con una imagen efímera: mis ojos parecían una cámara realizando un paneo por El Campín, capturando hinchas emocionados con camisetas azules y un portero de buzo claro con los brazos arriba. No más. Al día siguiente, mientras almorzábamos en una terraza del diario El Espectador, se lo conté a Luis Guillermo Ordóñez, amigo, colega e hincha incrédulo de Millonarios. Lo hice más por curiosidad que por creerme pitoniso, pero de cualquier forma me hubiese encontrado con la misma reacción.

“No sea huevón”, interrumpió su comida. “Si eso pasa, le regalo lo que quiera”.

Su carcajada burlesca llenó el espacio techado y llamó la atención de Eder, un diseñador que jamás había visto campeón a Millonarios. Me hicieron repetir lo dicho: “Soñé que Millos queda campeón”. Volví a escuchar risas y un pequeño contexto no solicitado: “Chino, no ganamos hace 24 años…”. Y antes de marcharse Eder se adhirió a la oferta: “Si eso pasa, le compro la camiseta que quiera”.

21 días después me pagaron gustosos sus apuestas, felices con el título después de tantos fracasos aunque convencidos de que yo había tenido suerte. Pensé lo mismo. Pero en el segundo semestre del 2013 volvió a ocurrir sin buscarlo. Soñé que mi gran amigo Luis Miguel Bravo me decía atónito: ‘¡Pana, los primeros en ganar ambos torneos en el mismo semestre!’. No recuerdo el entorno, ni el medio. Sólo las palabras diáfanas de ese hincha enfermo de Atlético Nacional.

Faltaban unos dos meses para que acabara la fase regular de Liga y apenas se disputaban los partidos de eliminación directa de Copa Postobón. Se me ocurrió apresurado el sueño, dudé y preferí no comentarle a nadie a pesar de que mi curiosidad aumentaba con los juegos ganados y con el título de Copa que el club le ganó a Millonarios en noviembre. Aunque el 15 de diciembre Nacional venció a Cali en la final de la Liga, seguí pensando que había sido suerte y que soñar un triunfo del favorito no es gran mérito onírico.

Pues hace unos días volvió a anunciarse la victoria de un candidato. Soñé que leía en Twitter un comentario sobre Ómar Pérez: “Grande ídolo. Cumpliste la promesa”. Seguí bajando el cursor y me encontré un mensaje más: “¡Gracias por la octava!”. Entonces recuerdo perfectamente que reflexioné: “Este man ya es un Dios para los hinchas. ¿Dos títulos? ¡Eh! Mi amigo Lucho Montenegro debe estar feliz, porque desde que lo conozco anda con ese cuento de que quiere ver a Santa Fe campeón en diciembre. Y vea”. Ya despierto, descarté que fuese descabellado, por los detalles, por la verosimilitud del mensaje. Y porque, en ese momento, el equipo lideraba la clasificación con un fútbol que destacaba por encima del resto.

Llamé a mi amigo Fabián Rozo, me insultó por haberle contado, pero al final me prometió una comida en caso de que el sueño se cristalice. Llamé a mi amigo Lucho y me ofreció una golpiza por embustero o un almuerzo en Harry Sazón por acertado. No les anuncié un hecho, sino una posibilidad, les comenté que había soñado, entre otras cosas, con el Tsunami de Japón en 2011 y la reelección de Santos cuando Zuluaga era favorito. Pero también con el anuncio del fin del mundo que por ahora no ha llegado.

Aún dudo que suceda esta vez, porque sigo creyendo en los caprichos del fútbol. Tal vez sea una miserable coincidencia que se repite por tercer Torneo Clausura consecutivo. Tal vez me culpen cuando otro equipo quede campeón. En mi defensa sólo me queda decir que ojalá se cumpla. Sería merecido por mis amigos y el fútbol mismo.

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