Gol de Rafael Robayo con pase de Luis Delgado a los 94 minutos del clásico capitalino y clasificación al bolsillo. Más allá de una situación inimaginable para muchos antes del encuentro, la celebración de ese empate fue el desahogo almacenado durante cuatro años; un grito que salió más allá del fondo del alma de los hinchas azules; fue alejar los fantasmas que habían dejado López, García y compañía; fue despojarnos de la mala energía acumulada por las malas administraciones; fue decir, más allá de la incertidumbre de los próximos resultados, que hemos regresado por la gloria.
No quiero decir que vamos por la estrella 14, aún falta mucho para eso y me parecería una falta de respeto, pero definitivamente este equipo, más allá de sus limitantes, algunas más graves que otras, tiene cosas de las que adolecíamos hace en los últimos años: tiene espíritu, unidad, coraje, no baja los brazos, hay camaradería y algo que es clave a la hora de luchar por un campeonato, suerte.
Reviviendo en mi cabeza una y otra vez el gol de la clasificación, no puedo evitar recordar una película llamada “El Patriota” protagonizada por Mel Gibson y por Jason Isaacs. En la cinta, que trata acerca de las batallas decisivas de la independencia norteamericana, en el momento del combate decisivo, hay una confrontación personal entre los dos antagonistas principales. En esta pelea, el soldado británico (Isaacs) le da una paliza formidable al americano (Gibson); lo hiere con su espada, lo golpea hasta dejarlo de rodillas y justo en el momento en que planea decapitarlo, el héroe de la historia saca fuerzas de flaqueza y con una bayoneta elimina al hombre que había asesinado a su hijo. (Para los que no han visto la película, el link de la escena, http://youtu.be/keGN6K8m2d8)
Eso fue nuestro gol del domingo. Nuestro héroe de turno fue Rafael Robayo y nuestra bayoneta fue Luis Delgado. Que Santa Fe jugó mejor no lo vamos a ocultar; que el árbitro se equivocó al anular el gol de Sergio Galván Rey no lo voy a negar; pero nosotros no tenemos la culpa de que ellos no hayan aprovechado las cuatro opciones claras que tuvieron para definir el partido. Traigo a colación esa trillada frase, el fútbol no es de merecimientos sino de resultados.
Al técnico Páez hay que decirle que no abusemos de la querida suerte; no podemos seguir desperdiciando los primeros tiempos, ni seguir alineando obstinadamente a Candelo y mucho menos cambiando jugadores que han dado un rendimiento aceptable a lo largo del torneo como Vásquez para poner a hombres que pueden ser buenos pero que están sin ritmo como Ochoa. Esta no es la hora de improvisar sino de ajustar las fallas detectadas, pues aún hay oportunidad de quedar entre los cuatro primeros y en un torneo irregular como el colombiano debemos buscar esa luz que nos acerque al aún lejano título.
Le pido a la hinchada eufórica, que no se deje llevar por titulares de prensa que ya nos dan como candidatos. Todo en la vida debe ser paso a paso… primero juguemos en Barranquilla y después nos preocupamos por el sorteo de los cuartos de final. Eso sí, celebrar el resultado del domingo, es un placer al que definitivamente no les pediría nunca que se negaran. (Este es el link con el resumen del partido, http://youtu.be/F_szirZTNjI)
MI NOTA AL PIE. Me pregunto, cuál fue la nota de protesta de la Dimayor por la impresentable demora en la transmisión del partido entre Pereira y Nacional. Más allá de las complicaciones logísticas en un país sumido en su peor época de lluvias, RCN es una compañía con innegables recursos para acudir a profesionales de la locución y del comentario en todo el país para tener que rellenar una hora de programación con “El Chavo”. Dónde han quedado los alegatos de los responsables de las transmisiones, que tanto vociferaron el día del partido Millonarios Nacional, cuando las barras capitalinas accionaron sus extintores en pleno partido y supuestamente afectaron su transmisión por un par de minutos. Esa es la doble moral que perjudica al país, esa es la hipocresía que tanto odiamos. Sean serios señores.