Hablemos Sobre Ciclismo

Publicado el Nicolas Borras Calderon

El día clave

 

El contraste no se hace esperar, abro los ojos a las seis y media de la mañana con la sorpresa de ver el sol pleno a través de la ventana, primera señal de que no estoy en el trópico, en esa Colombia donde todo el año amanece y atardece a la misma hora. Y es que en los países donde hay estaciones, en el verano existe la particularidad de que los días son realmente largos, algo cotidiano y rutinario para cualquiera de los franceses que conocí, pero que para nosotros no dejaba de ser especial. Así comenzaba la mañana de una jornada que presenció la que, para mí, probablemente fue la carrera más importante de mi primera temporada fuera del país.

Siete de la mañana en punto, desayunamos. Doce del mediodía en punto, almorzamos. Con todo listo y con las bicicletas en la parte trasera de la van del equipo partimos con destino Sansac, un pequeño pueblo vecino de Aurillac, la ciudad en la que estábamos viviendo. Entre risas con el resto del equipo, llegamos al punto de salida, después de instalarnos nos alistamos y uniformamos para ir a reconocer el circuito, cinco kilómetros de carreteras estrechas, algunas curvas y un par de repechos, cortos y realmente no muy pendientes, pero que, como el ciclismo me ha enseñado, lo más duro de una carrera no siempre es su trazado, sino el ritmo con el que se hace ese recorrido.

Después de algunas palabras, después de llenar nuestros bolsillos de la comida que más tarde íbamos a necesitar y de poner las caramañolas en nuestras bicicletas fuimos hacia la línea de salida juntos. La instrucción era concisa, estar siempre en las mejores posiciones del lote para poder llegar a las fugas con mejores posibilidades. Y es que, acciones como esa, usualmente, son más fáciles de decir que de hacer y esa era la tarea que me había propuesto en los días anteriores, poder mejorar en ese aspecto táctico que tan importante es para un ciclista integro.

Cada semana allí era una constante ambición por mejorar los puntos por trabajar que se habían descubierto en la carrera anterior, el estilo de vida giraba alrededor de esas ganas de superarse cada vez más, en un periodo de carreras que para mí era inédito. Esa era mi motivación aquel día.

Desde el kilómetro cero, luché por mantener esa posición, en esas primeras vueltas de la carrera que naturalmente son las más explosivas de todas. Cuando el ritmo se estabilizó, empezaron los ataques de diferentes corredores de los equipos rivales. Ahí, el momento clave en el que la cabeza fría debe mandar para tomar las decisiones correctas. Seguimos la rueda de los corredores que teníamos en mente, y en uno de esos momentos de explosividad junto a otro rival abrimos una luz sobre el pelotón, que cambiaba constantemente de ritmo. Yendo un poco en la zona roja, sabía que ese era el momento que tanto trabajo me había costado encontrar y no podía dejarlo ir, con los kilómetros la diferencia se amplió y ya éramos tres, después de muchos intentos, la fuga estaba hecha.

Entre relevos, los tres colaboramos con el ritmo constante y la diferencia se estabilizó. Así pasaron los kilómetros, guardando especial cuidado con la comida, la hidratación y con la poca información que alcanzaba a escuchar cada vez que pasaba por la zona de alimentación. Sinceramente, es emocionante ver al staff del equipo animando el paso en esa zona, porque ellos, más que nadie, saben del trabajo detrás de esos pequeños detalles.

En el último cuarto de la carrera, las fuerzas se notaban mermadas y, con casi 15 kilómetros para el final, el grupo principal se asomó en la curva. Señal de que la aventura estaba por acabar, aunque siempre se guarda la esperanza. En el camino por la búsqueda de una victoria, poder empezar a descifrar la táctica y la dinámica es un paso muy grande para poder estar en el guión de la carrera. En los kilómetros finales, con las fuerzas que quedaban en las piernas entregué todo por mis compañeros que quedaban en el grupo para disputar la carrera, donde al final conseguimos un cuarto puesto.

Con los meses, estar en una fuga se volvió más común, pero este episodio fue clave porque me llenó de confianza en un pelotón que desde el principio había hecho notar los contrastes, y, seguro, será un día que recordaré cada vez que necesite confianza, en esa búsqueda por formarme como un ciclista profesional.

@BorrasNicolas

Comentarios