Nairo subió con un paso endemoniado. El cierre de etapa tenía un premio de montaña corto, pero explosivo. Un verdadero muro. Un tormento para los 167 sobrevivientes. La etapa 7 tenía 183,2 kilómetros y en su recorrido incluía cinco ascensos categorizados, pero la atención se la robó la cima final. En la altimetría de las 21 etapas se dibuja como la cumbre más temible y explosiva. En la entrada a esos últimos 4 kilómetros, pintada en letras blancas, hay un anuncio que le da una acogedora bienvenida a los ciclistas: «Aquí empieza el infierno», dice.
Difícil final para una jornada que se rodó con temperaturas de más de 30 grados centígrados. Tercera llegada en alto, además. Solamente el primer kilómetro tenía rampas por debajo del 10%. El resto tenía curvas de doble dígito, incluyendo una del 25%. Zona de pinos y de rocas. Un verdadero tormento del que no se salvaron ni pecadores ni confesados. La cadencia de Nairo marcó diferencia desde que empezaron la subida. El colombiano seleccionó la carrera, la controló, manejó los ritmos y trabajó para que su compañero de equipo Alejandro Valverde cobrara su victoria de etapa número 12 en el historial de La Vuelta. Quintana es el único que sube como capo, pero trabaja como gregario.
El protagonismo colombiano no solo fue en el cierre. Los primos Sergio Luis y Sebastián Henao se metieron en la fuga del día, que solo pudo armarse en el kilómetro 60. Sergio Luis ganó los 4 primeros premios de montaña previos al cierre y se metió al segundo lugar de la clasificación de escaladores. La aventura terminó al comenzar el último puerto. El grupo anda como poseído. La primera media hora la rodaron a 50 kilómetros por hora. Los promedios de velocidad de todas las etapas han estado arriba de los cálculos más optimistas. Ritmo, caídas, retiros, explosión en las llegadas. La Vuelta es una carrera infernal.
Al lado de la línea de meta en Mas de la Costa solo hay un caserón abandonado que pareciera vigilar lo alto del puerto. Hoy era la segunda vez en la historia que la Vuelta llegaba hasta esta locación. En 2016, la fuga coronó y ganó Mathias Franck, pero entre los favoritos al título solo llegó un grupo de cuatro. Contador, Quintana, Chaves y Froome. Hoy los candidatos a ganar la Vuelta entraron adelante. De nuevo, fueron cuatro. El paso de Nairo Quintana solo lo soportaron Miguel Ángel López, Primoz Roglic y Alejandro Valverde. Los demás cedieron minutos valiosos, subieron en cámara lenta y cruzaron la meta con la angustia exhibida en sus rostros y en sus piernas. El infierno no es un sitio sino un estado de sufrimiento. En España, tiene pinta de rampa de hormigón apuntando al cielo.
Supermán López volvió a vestirse de rojo. le gana la Vuelta por solo 6 segundos a Roglic, 16 a Valverde y 27 a Nairo Quintana. Mañana la etapa 8 tiene 166,9 kilómetros y un solo ascenso, de segunda categoría, a 27 de la meta. Cualquier cosa puede pasar en la ruta hacia Igualada. Faltan 14 etapas y la carrera pareciera cerrar la baraja de opcionados al título. Eso sí, es ciclismo, y con tantos kilómetros por delante siempre hay muchas posibilidades de redención.