Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2022 – Día 20: Evenepoel terminó su obra en el Guadarrama

La Sierra de Guadarrama fue el escenario de la última batalla en la montaña. La etapa 20 de la Vuelta salió de Moralzarzal y llegó al Puerto de Navacerrada después de 181 kilómetros  y de cinco ascensos categorizados. Los montes que rodean la capital no son subidas demasiado empinadas ni excesivamente duras, pero al  estar encadenadas y  al final de las tres semanas de la carrera garantizan una lucha  agónica entre los fatigados ciclistas. En esta cadena montañosa, que ha inspirado a los artistas ibéricos de todos los tiempos, hoy se iluminó el ecuatoriano Richard Carapaz para esculpir su tercera victoria de etapa en esta edición. Allí también rubricó su primer título en una grande el belga Remco Evenepoel.

Guadarrama es usada como telón de fondo en muchas de las pinturas de Velásquez y de Goya. A sus montañas hicieron referencia autores de la talla de Cervantes, Lope de Vega y Tirso de Molina en la antiguedad; los decimonónicos Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado; autores del siglo XX como Ortega y Gasset; y poetas como Luis Rosales y Vicente Aleixandre. Todos ellos describen las cumbres madrileñas como un escenario grandioso. Lo es. Mucho más en el ciclismo. Basta recordar que fue allí donde se consagró Perico Delgado en 1985 y donde Tom Dumoulin perdió la vuelta del 2015 con el italiano Fabio Aru. Es suficiente con repasar las líneas de lo ocurrido hoy para el lucimiento de Carapaz con una victoria que premió sus persistencia.

Fue un día complicado para todos. Era la última opción. Todos estaban ansiosos. Cuando se bajó la bandera los aventureros estaban listos. De entrada se armó una fuga numerosa. El UAE y el Movistar mandaron fichas adelante, que se leían como estrategias para intentar mover la carrera en alguno de los puertos. También había presencia de clásicos buscadores de etapa y algunos soñadores atrevidos como Robert Stannard que hizo cuentas de los puntos que había en juego para luchar por la clasificación de la montaña. El ritmo fue intenso, como en casi toda la Vuelta, y en cada uno de los cinco pasos montañosos se escribieron pequeñas historias que mantuvieron la expectativa hasta el final.

Cada subida que se superaba acercaba a Evenepoel a su sueño: conseguir después de 43 años el título de una gran vuelta para su país, que es considerado la cuna del ciclismo. Mientras la fuga hacía la tarea adelante con ataques y contraataques que cambiaban permanentemente el orden de la carrera al estilo de una clásica, en el grupo principal solo había miradas y movimientos que elevaban la tensión. Carapaz saltó de la fuga cuando Stannard ya había ganado dos premios de montaña. Defendió con honores la camiseta de lunares azules y terminó en punta de carrera con el colombiano Sergio Higuita y el sudafricano Louis Meintjes a falta de las últimas dos subidas. En el grupo principal, el Bora se puso al frente y controló la carrera durante casi 60 kilómetros, ahorrándole trabajo al equipo del líder, y luego el Movistar tensó la carrera en la antepenúltima subida.  El Puerto de la Morcuera, a 37 kilómetros de meta, parecía tener la última palabra.

La primera referencia escrita a las montañas de Madrid está en «El libro de la montería», de Alfonso XI, que describe muy bien el coto de caza real que había en las montañas. El Guadarrama ganó popularidad en «El Libro de buen amor», del Arcipreste de Hita, escrito en el siglo XIV, que habla de aventuras pastoriles y picarescas. Desde el siglo de oro hasta nuestros días el particular color azulado, la vegetación boscosa, las haciendas y palacios reales, los majestuosos paisajes y la numerosa fauna de la región han sido objeto de admiración.  También lo han sido las aventuras de los ciclistas en estas tierras. Por su cercanía a Madrid, esta cordillera ha sido un recurrente escenario al cierre de la carrera española.

Entre todos los montes madrileños, el Puerto de la Morcuera era el punto señalado para hoy.  Estaba marcado en el libro de ruta. Enric Mas lanzó un único ataque que alcanzó a fraccionar el grupo, pero que no le hizo daño a Remco Evenepoel. Arensman y O’Connor también lo intentaron. Hasta Ayuso quiso moverse. Supermán López lo intentó más tarde, en el ascenso final a Cotos donde aceleró varias veces, consiguiendo solamente recortar la diferencia ante los punteros, que en ese momento eran solo Carapaz e Higuita. El único que cedió hoy entre los mejores clasificados fue el español Carlos Rodríguez, que al final perdió el quinto lugar de la general con Joao Almeida. No hubo fuerzas para escribir otras historias.

El ecuatoriano le puso epílogo a su tercera victoria soltando al colombiano a siete kilómetros de la meta. El drama fue alto porque el grupo estaba encima. Lo tuvieron a 11 segundos, pero el campeón olímpico resistió. Ganó en solitario para sonreír. El contraste fue el llanto feliz de Remco que por primera vez pudo sentirse campeón anticipado. Será su primera grande a los 22 años de edad la firmó en la Sierra de Guadarrama.  Mañana tiene 97 kilómetros para celebrar por las calles de Madrid.

“Oh, sí, llevad, amigos, su cuerpo a la montaña, a los azules montes del ancho Guadarrama”.  Antonio Machado 

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