Albacete será el lugar de La Mancha de cuyo nombre no querrán acordarse Romain Bardet y Rein Taramae. Ellos dos, y la mitad de la caravana de pedalistas de la Vuelta, se fueron al piso a 10 kilómetros de la meta, antes de entrar al Pasaje Lodares en la llamada «ciudad de los cuchillos». El francés y el estonio fueron dos de los damnificados del accidente múltiple. Taramae perdió 2’21» en la meta y le cedió la camiseta roja de líder a Kenny Elisonde, del Trek. Bardet llegó a 12 minutos, con múltiples laceraciones y solo con un escudero acompañándolo, y dejó en la carretera las intenciones que tenía de hacer su mejor Vuelta de la historia. Hoy la pelea de los hidalgos del pedal no fue contra los molinos, sino contra el viento.
Era otro día diseñado para los velocistas. Fue la segunda etapa consecutiva con recorrido llano por una zona despejada y seca. Los 184 kilómetros entre Tarancón y Albacete fueron de alta temperatura y de constante tensión. El viento hizo presencia y no sopló con ráfagas fuertes como para generar abanicos y cortes, pero golpeó de costado todo el día, lo que puso tenso al grupo principal. La fuga solo tuvo tres integrantes, como de costumbre con presencia de los equipos ProTeam, que se fueron entregando de a uno. El último quijote fue Oier Lazkano, del Caja Rural, que fue capturado al paso por la localidad de Barrax, donde sobrevive el molino de viento más alto del continente.
La numerosa caída parecía un accidente anunciado. En los últimos kilómetros el viento fue más fuerte y cambió varias veces de dirección, la lucha por las posiciones de avanzada fue constante y algunos equipos intentaron sobrepasar por la berma. Hubo tensión, estrés y algunas maniobras riesgosas. Después llegó el caos. La montonera se hizo en la mitad del grupo y muy adelante. La caída se llevó a más de la mitad del pelotón. A la meta se reportó un grupo de 97 ciclistas. De ahí en adelante, muchos damnificados. Entre los más reconocidos estuvieron el hasta hoy líder Rein Taramae, Guillaume Martin, Steven Kruijswick, Sergio Luis Henao, Chris Hamilton, Mikel Nieve y Romain Bardet.
Azorín escribió alguna vez que Albacete era «el Nueva York de la Mancha». Hoy lo fue, por el caos al final de la etapa. Fue un día pesado para los jefes de filas y sus Sanchos escuderos. al final, se dio el esprint esperado para resolver la etapa. Esta vez Jasper Philipsen superó a Fabio Jakobsen, que había ganado ayer. Los del Alpecin Fenix hicieron un trabajo perfecto para que el belga rematara en la pintoresca y comercial galería del Pasaje de Lodares. El ganador del hoy reclamó su segunda victoria en seis días y se adueñó de la camiseta verde de la clasificación por punto. Dainese fue tercero y Sebastián Molano cuarto.
La Vuelta seguirá su recorrido mañana con 158,3 kilómetros entre Requena y el Alto de la Montaña de Cullera. La llegada es un muro de dos kilómetros con una inclinación del 9%. Otra etapa llana, con incertidumbre por la aparición del viento, y con llegada explosiva frente a un castillo clásico. Es apenas la jornada 6. Son muchos los molinos de viento con los que falta luchar.