Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2019 – Día 15: Se repite esta misma historia: Roglic toma tiempo a sus rivales

Hoy hace exactamente 450 años se registró el primer milagro de la Virgen del Acebo. El 8 de septiembre de 1.575 una niña que tenía una pierna seca y pegada a la pantorrilla entró apoyada en unas muletas a la ermita de factura rústica en la que estaba la imagen tallada en madera. Salió de allí caminando. Hasta el Santuario dedicado a esta Virgen y ubicado en el Alto de Acebo subieron hoy los 159 sobrevivientes de la edición 74 de la Vuelta para cerrar allí la etapa número 15.  El recorrido tenía cuatro premios de montaña de primera categoría en 154 kilómetros. La sexta llegada en alto ratificó que  Primoz Roglic está por encima de todos en rendimiento y que para quitarle el título se va a necesitar algo prodigioso.

La fracción de hoy acumulaba 4.000 metros de desnivel. Incluía un doble paso por el puerto de Gangas del Narcea, donde está el Santuario, abriendo y cerrando la jornada, pero haciendo el ascenso por vertientes diferentes. En  medio de las dos subidas se ascendía a dos puertos muy conocidos en Asturias, presentes todos los años en la Vuelta a este reino: el Puerto del Connio y el Puerto del Pozo de las Mujeres Muertas. Sorprendentemente, la carrera solo se movió en el Acebo.  En la primera subida, el Movistar puso un paso fuerte, impidió que se armara la fuga y seleccionó el grupo principal. En el segundo y tercer puerto hubo monólogo de control del Jumbo Visma. El equipo del líder Roglic metió un hombre en la fuga y así le dio licencia a una escapada que sumó 17 aventureros.  Filó a todos sus hombres, controló la carrera e hizo lento y cómodo el ritmo de carrera. Lo que iba a pasar ocurrió en el puerto final, es decir, en la segunda peregrinación al santuario.

La Virgen tiene hoy un templo grande y moderno en el mismo sitio donde estaba la primera ermita. Es de piedra pulida, tiene forma de cruz latina y su torre es cuadrada. La Virgen es la misma de hace medio siglo, con algunos arreglos e intervenciones, pero la misma mirada de frente, que pareciera dirigirse siempre al peregrino. La subida final de la etapa fue hasta allí, pero se hizo por la vertiente más dura. Eran ocho kilómetros casi al 10%, sin descansos. Carretera estrecha, asfalto desgastado, mucho público y pocas fuerzas en muchos de los integrantes del selecto Top 10 de la carrera.  A la meta, llegaron primero algunos sobrevivientes de la fuga. Después entraron los que venían en el grupo principal. Eso sí, lo hicieron de a uno, como las cuentas de un rosario.

El estadounidense Sepp Kuss le dio al Jumbo Visma la segunda victoria en esta edición de la carrera. Corrió a la expectativa y atacó en el momento justo. A eso lo había mandado el equipo del líder cuando lo subió en la fuga. Entró chocando palmas con los aficionados que se agolparon al lado derecho en los últimos 300 metros. Fue su primera victoria en el World Tour. Para él, los gloriosos.  Aunque era un día en el que se esperaban múltiples ataques, en el grupo de los favoritos solo hubo un movimiento. Alejandro Valverde cambió de ritmo y su paso solo lo aguantó el líder Roglic. Para ellos, los gozosos. Una vez solos, trabajaron en compañía para sacar del juego a todos sus demás rivales. El esloveno aseguró mucho más su liderato y el veterano español su segundo lugar. Le sacaron 41 segundos a Tadej Pogacar y a Miguel Ángel López, y 1’36» a Nairo Quintana. No hubo milagros. El que tenía piernas subió bien y los demás salieron castigados con tiempo y rezaron los dolorosos.

Mañana es lunes festivo en Asturias, y por eso se extendió el final de la segunda semana. Otro día de alta montaña con final en el largo ascenso al alto de La Cubilla.  Recemos para que sea un día asombroso. Es ciclismo. Deporte agonístico, de sacrificios grandes, de batalladores, de incansables. Acá ninguno tararea en carrera el «ya no puedo más, ya no puedo más» que tanto se oyó hoy en las radios del mundo.

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