Hoy La Vuelta habló otro idioma. Los 166 sobrevivientes pasaron la frontera. Venían de Francia, entraron por Navarra y se quedarán unos días en el País Vasco. En los 180 kilómetros de hoy, para llegar a Urdax, no hubo ataques entre los aspirantes al título. Tampoco hubo un ritmo intenso como en la primera semana. Los equipos de los esprinters no aparecieron. Los aspirantes a la clasificación de puntos se guardaron. Por primera vez, el grupo principal tuvo el control de principio a fin de un solo equipo. No se presentaron sobresaltos. Hubo una especie de tregua en la carrera, de tranquilidad, de relax. Después de 10 etapas intensas, La Vuelta se corrió en otros términos.
Los letreros de bienvenida y los saludos a los ciclistas en la vía estaban escritos en Euskera. El idioma vasco es la lengua más antigua de Europa. No tiene origen conocido ni relación lingüística con ningún idioma moderno. Es ancestral. Solo se habla en las regiones de Navarra y el País Vasco. En la época del franquismo estuvo en la mira del régimen, que prohibió el uso de otras lenguas diferentes al castellano. Sobrevivió, está más vivo que nunca. A la conversación de hoy solo entraron los 14 aventureros de la fuga. Ellos se encargaron de todo.
En el kilómetro 15 el grupo dejó ir fácilmente a 11 pedalistas, 12 kilómetros después llegaron 3 más, y la fuga quedó armada. 14 valientes. El mejor ubicado en la clasificación general estaba a 37 minutos. En el grupo estaba el líder de la clasificación de la montaña, Ángel Madrazo, y también iban los vascos Gorka Izaguirre, del Astana; Alex Aramburu y Jonathan Lastra, de Caja Rural; y Mikel Iturria, del Euskadi. Estos cuatro últimos tenían la misión de ser profetas en su tierra para celebrar en el idioma vascuence.
La media montaña que definía el recorrido era un sube y baja constante. Los hombres de la escapada trabajaron acoplados hasta el último premio de montaña. De ahí en adelante, cada uno intentó a su manera. Mikel Iturria apeló a la fortaleza con un ataque de lejos. Arrancó en solitario y se tragó 25 kilómetros. Sus perseguidores lo llegaron a tener a 150 metros, pero él se mantuvo. A sus 27 años, en su segunda Vuelta, este ciclista nacido en Urnieta, en el País Vasco, llegó a su tierra para estrenarse como ganador de etapa en una grande.
La clasificación general no se modificó en sus 20 primeros lugares. Mañana el libro de ruta marca la etapa 12 como de media montaña. Serán 171,4 kilómetros para llegar a Bilbao. En los últimos 35 kilómetros hay 3 puertos de tercera categoría. Cortos, duros y seguidos. El último ascenso, a 8 kilómetros de meta, es un verdadero muro, en el Alto de Arraiz, con 2,2 kilómetros al 12%. Se acabó la tregua. «Amaitu zuen tregua», dirán los vascos.