Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Tour 2021 – Día 8: Pogacar salió de un castillo embrujado

En el camino entre Oyonnax y Le Grand Bernard, en la región del Alto Saboya, hay infinidad de castillos; pero solo uno de ellos, el Sallenôves Castle, está embrujado. Dicen que en esta fortaleza medieval fundada en el siglo XI hay una habitación llamada «La Cámara del Diablo» en la que todas las noches se aparece un caballo negro con armadura que golpea a quien se ponga en frente y luego desaparece a la media noche. Cuando la etapa 8 del Tour de Francia, la primera de alta montaña, pasó al pie de este castillo, uno de los 177 pedalistas cabalgaba como endemoniado, sin freno, asustando a todos sus rivales. Hoy Tadej Pogacar sacudió la carrera francesa por segunda vez en la misma semana.

El primer contacto con la cordillera de Los Alpes en la edición 108 del Tour tenía apenas 150,8 kilómetros.  El día era relativamente corto en distancia, pero se convirtió enteramente en el de las diferencias largas en la clasificación general. Día alocado. La jornada fue hechizada desde la salida por la magia de una lluvia constante. La etapa arrancó subiendo y al mismo tiempo haciendo mucho daño. El ritmo intenso y explosivo le pasó factura de entrada a dos de los favoritos al título que habían vivido en los primeros días el maleficio de las caídas. Geraint Thomas, campeón del 2018, y Primoz Roglic, subcampeón del 2020, quedaron sentenciados.

La carrera estaba descontrolaba. No había equipo fuerte que hiciera el conjuro y llamara al orden.  Al paso por Chatillon, en el kilómetro 23, solo quedaban 70 pedalistas en el grupo. Fue muy difícil armar la fuga. En el primer envión, frente al Museo de la Vaca en Frangy, en el kilómetro 40, saltaron 29 pedalistas, entre los que estaba Tadej Pogacar. Por obvias razones fue neutralizada. La escapada del día se armó en el segundo envión 15 kilómetros más adelante, frente al Castillo de Sales.  Wout Poels se marchó en solitario para ganar un premio de montaña de tercera categoría3en la Côte de Copponex y tras él salieron 18 pedalistas más con escaladores de postín como Sepp Kuss, Michael Woods, Kenny Elissonde, Guillaume Martin y Nairo Quintana, entre otros.  Por delante quedaban los tres premios de montaña de primera categoría y el paso por el castillo embrujado. El hechizo estaba por aparecer.

La Cote de Mont Saxonnes, la Col de Roome y el Col dfe la Colombiere estaban en seguidilla. El UAE puso paso en el primero de ellos y Pogacar hizo el resto en los dos finales. La escapada le llevaba más de 6 minutos al grupo del líder y entre los 18 que iban allí resolvieron la victoria parcial. Dylan Teuns, del Bahraim Victorious, fue el más fuerte y llegó en solitario a la meta para celebrar, conocedor de que la gran noticia del día no era él.  A 32 kilómetros de la llegada Pogacar saltó como un caballo desbocado, con armadura del UAE. Exuberante. Impresionante. Demoledor. Monstruoso. No hay adjetivo exacto. Tadej Pogacar es un fenómeno inexplicable. Nadie pudo seguirlo. Uno a uno, pasó a 17 de los 18 ciclistas que iban en la fuga. En el Col de la Colombiere pasó a 20 segundos de Teuns, el único que le quedó por delante.  En 20 kilómetros recortó cinco minutos. Solo. Subió con el plato grande. Admirablemente anormal.

La leyenda habla de un espíritu aéreo que mora en la cumbre de las montañas más escarpadas de Los Alpes, que en los días de lluvia baja a perturbar la tranquilidad de en las poblaciones cercanas. Hoy lo hizo vestido de ciclista. Pogacar cruzó la meta en el cuarto lugar de la etapa, pero subió al podio a reclamar la camiseta amarilla que distingue al primero en la clasificación general.  En la etapa le sacó 3’20» a sus rivales por el título. En la tabla tiene a Van Aert a 1’48», a Lutsenko a 4’38», a Rigoberto Urán a 4’46» y sobre el quinto ya tiene 5 minutos. Intratable, hasta el momento.  Lo de hoy será inolvidable. Falta mucho Tour.

Hoy la llegada estaba 14 kilómetros adelante del último puerto. Se llegó bajando. Mañana es la primera etapa con llegada en alto, en Tignes, el puerto al que no pudo llegar la antepenúltima etapa del Tour del 2019, cuando Egan Bernal cabalgaba en solitario hacia la meta. Será otro día para ver espíritus libres rodando en la montaña.

 

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