Cosas del Tour. En el día nacional de Francia se izó una bandera africana en la carrera francesa. La especial jornada del 14 de julio se resolvió con una fuga de 15 hombres en la estaba el campeón nacional de Sudáfrica, Daryl Impey. En Saint Étienne, en la salida, el protocolo evocó la toma de la Bastilla en 1789 y la Fiesta de la Federación un año después, eventos que detonaron la revolución. En Brioude, tras 170 kilómetros, los aplausos fueron para el pedalista del Mitchelton Scott, que depuró la escapada y llegó a la meta acompañado únicamente del belga Tiesj Benoot, al que derrotó en el esprint final. Se tomó Brioude.
Fue un día de fiesta. Una etapa muy tranquila. Jornada de respiro. Así lo asumió el grupo principal. Sin ataques, sin exhibir las armas, sin asaltos, sin perseguir a fondo y sin asumir riesgos. La fuga tuvo licencia. Hubo tregua entre los candidatos a ganar el Tour. Pacto de no agresión. La escapada se mantuvo al frente, con una renta de más de 10 minutos, desde el kilómetro 20 hasta el final. La monotonía en el colectivo principal solo la rompió una escaramuza de Romain Bardet en el último premio de montaña de tercera categoría, a 13 del final. No pasó de ser un ataque corto para mostrarse ante sus paisanos. La etapa llegaba a su ciudad natal. El grupo llegó a la meta 16 minutos después del ganador.
El recorrido de hoy tenía tres premios de montaña y un terreno irregular. No era tan complejo como el de ayer, pero desgastaba. Muestra de ello se vio en el grupo de fuga. En el último ascenso se fueron quedando de a uno. Benoot e Impey fueron los más fuertes. El pedalista nacido Johannesburgo, de 34 años, fue más rápido que su oponente. Ya había hecho historia al ser líder del Tour dos días en el 2013, el único hasta el momento de su país, y hoy se convirtió en el segundo que consigue una victoria parcial. Sudáfrica de fiesta en el día nacional francés.
Por fortuna para los franceses, Julian Alaphilippe conservó la camiseta amarilla. Fue el pedalista número 22 en subirse al podio como líder un 14 de julio. En este siglo solo lo habían logrado Thomas Voekler, en 2004 y 2011, y Tony Gallopin en 2014. Con la banda sonora de La Marsellesa, el pedalista del Deceuninck reclamó su cuarta camiseta de líder en una semana. Desde Gallopin en el 2014, un francés no era líder en la carrera de su país. Desde Hinault en el 84 no la gana un local.
La Bastilla fue una fortaleza medieval convertida en prisión por el cardenal Richelieu en 1602. Allí se encarcelaba a los señalados por el rey con una «Lettre de Cachet». En 1789 solo tenía 7 prisioneros cuando los revolucionarios parisinos decidieron tomársela. Fue un acto de gran valor simbólico, que a la postre significó el fin de la monarquía absoluta. Hoy se evocó aquella gesta histórica, con una bandera de Sudáfrica en la meta y una camiseta amarilla para un francés en el podio.
Para los candidatos al título del Tour en París, la etapa de hoy representó un día de armisticio. Parte sin novedad. Ya todos piensan en la contrarreloj del viernes y en los cañones que sonarán en Los Pirineos. Eso sí, antes deben sortear los 217,5 kilómetros de mañana entre Saint-Flour y Albi. Relativamente planos. Relativamente tranquilos. Con un premio de cuarta y tres de tercera categoría. Falta un día para la jornada de descanso. El gasto físico se nota. Hay tranquilidad, pero también tensión. Todos sospechan del día en el que comenzará la revolución.