La llegada a Cuenca tuvo hoy una dureza similar a la que ofrecía la geografía del recorrido. El Alto del Castillo, a escasos kilómetros de la meta, era un premio de tercera pero exigió que más de uno metiera primera para sortear esos 2.000 metros de empedrado. Eso sí, en la llegada a la ciudad de las casas colgantes ninguno de los opcionados al título quedó colgado y la única novedad fue el ascenso de Jetse Bol del Manzana Postobón al top 10 de la carrera.
Camino a la cuna del histórico ciclista español Luis Ocaña, en terrenos de la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha, el decorado de la carrera dejó ver un territorio duro, golpeado por el el paso del tiempo, la erosión, el viento y la interacción del agua con las rocas. Igual dureza a la de esos paisajes muestra la carrera. El promedio de velocidad ha sido alto en las siete etapas iniciales, los denominados «muros» o ascensos cortos y explosivos han seleccionado la prueba y las caídas han marcado la primera semana, que aún no concluye. El número de abandonos, 13 hasta hoy, equivale al 50% del total de año pasado, y refleja la alta dificultad del actual diseño de la carrera.
Hoy nuevamente hubo licencia para la fuga. Van cuatro jornadas así, en la que los que se van adelante se roban el protagonismo de la etapa, consiguen la victoria y le dieron un decorado especial a la carrera. La temperatura estuvo arriba de los 30 grados celsius en un recorrido de 207 kilómetros, el más largo de esta edición de la carrera. De los 14 hombres que se embarcaron en la aventura, se destacaron el eslovaco Matej Mohoric se llevó la victoria y le dio la primera victoria al equipo de los Emiratos Arabes Unidos, y el holandés Jetse Bol, del Manzana Postobón, subió del puesto 32 al séptimo de la general.
En medio del terreno seco visto hoy, el decorado lo pusieron unos pequeños manantiales, algunas lagunas, unas imponentes columnas estratigráficas y las curiosas torcas de Palancares, aquellas depresiones o agujeros gigantes en el suelo que se vieron en los últimos 60 kilómetros de la etapa. Lo de hoy fueron estampas geológicas hermosas en los llamados «terrenos kársticos», un terreno de rocas calcáreas y sedimentarias a las que se les notaba el paso de los años en cada una de sus capas.
La geografía del terrero cambiará mañana con la llegada en Xorret de Catí en la provincia de alicante. Serán cinco kilómetros finales con rampas hasta del 20%. La temperatura seguirá siendo alta y el ritmo de carrera también. La clasificación general podría tener un nuevo decorado.