De Conegliano a Valdobbiande hay 34 kilómetros de viñedos trabajados a mano sobre pendientes escarpadas. Es la zona de Prosecco, en la provincia del Treviso, el sector de Italia en el que se produce uno de los mejores vinos blancos espumosos del mundo. Esta vía de prestigio internacional fue declarada el año pasado por la Unesco como patrimonio de la humanidad y hoy fue utilizada como escenario para la etapa 14 del Giro de Italia. Era la segunda contrarreloj de esta edición de la carrera francesa; la más larga de las tres que incluye esta versión. En el podio, la botella la destapó Filippo Ganna. El campeón del mundo de la especialidad no tiene rival en el ejercicio individual.
El trazado era exigente. La etapa salió de una ciudad amurallada construida alrededor de un castillo medieval. En el kilómetro 7 tenía un premio de montaña de cuarta categoría, con rampas del 19% en el Muro di Ca del Poggio, la más simbólica subida en las colinas de Prosecco. Después continuaba entre viñedos con una secuencia de subidas y bajadas que serpeteaban a través de las colinas. En la parte final tenía un segundo ascenso, no categorizado. El trazado terminaba bajando los últimos tres kilómetros hasta Valdobbiande, la comarca a la que el emperador Enrique V le estableció sus fronteras en el año 1116. El olor de la uva glera ambientó todo el recorrido y una secuencia de curvas bastante técnicas le puso el alto grado de dificultad.
En el Giro quedan 142 participantes. Hace dos semanas arrancaron 176. Hoy no tomó la partida Giulio Ciccone, del Trek Segafredo. Por poco quedan 141, pues el colombiano Juan Sebastián Molano sufrió una caída en la mitad del recorrido, y terminó con un fuerte dolor en la pierna y una herida abierta en uno de los dedos de su mano derecha. Aunque llegó fuera del límite de clasificación establecido para este tipo de etapas, los comisarios de carrera le indultaron la pena y le permitieron seguir mañana en competencia. La crono se movió entre los registros esperados de los grandes especialistas y algunos tiempos sorprendentes de algunos de los que pelean la clasificación general.
El rey de la crono es Filippo Ganna. Había ganado la etapa de apertura el Sicilia sobre 14 kilómetros y hoy se coronó en la región del prosecco, al norte de Venecia y al sur de las Dolomitas, las montañas que visitará mañana la carrera mañana antes del segundo descanso. El italiano fue le único que bajó de los 43 minutos para los 34,1 kilómetros del recorrido. Su posición en la máquina es un espectáculo. Su compañero de equipos Rohan Dennis ocupó el segundo lugar. El podio de la etapa lo cerró el estadounidense Brandon Mcnulty, de 22 años de edad, con un registro que le permitió subir del puesto 11 al cuarto en la clasificación general. Se metió a la pelea por el título.
En la lucha por el título, el portugués Joao Almeida volvió a sumarle segundos de diferencia a todos sus rivales. A pesar de sus escasos 22 años de edad, su grado de maduración es alto. Fue sexto en la etapa y alejó a más de dos minutos a todos los integrantes del top 10, menos a Wilko Kelderman, al que le sacó 17 segundos hoy para dejarlo a 57 antes de que llegué la alta montaña. Almeida es la gran incógnita desde el día que se vistió de rosa en el ascenso al Etna en la tercera jornada. el top 5 de la clasificación tiene a Almedia, a Kelderman a 57 segundos, Pello Bilbao a 2,11″, Brandon Macnulty a 2,23″ y Vincenzo Nibali a 2,30″. Las diferencias no son determinantes pero son significativas.
Mañana es día de alta montaña. La etapa va de la base aérea de Rivolto hasta Piancavallo. En los 185 kilómetros hay cuatro premios de montaña, tres de segunda categoría, y uno de primera en la llegada. Los últimos 14 kilómetros son de para arriba y podrían hacerle pasar tragos amargos a más de uno. Es temprano para destapar botellas de celebración.