-Entre el 30 de junio y el 9 de noviembre del año 2017 se expuso en el Museo Guggenheim de Bilbao España, la Retrospectiva de Bill Viola precursor del videoarte-


Algo de historia
Cuando la tecnología video surgió en los años 60 como auxiliar tecnológico de la televisión se inventó el diferido, las noticias editadas, el video clip musical, la video vigilancia y una serie de fenómenos que Omar Rincón ha denominado las formas video.
Como en los orígenes de la TV no se pensó en grabar lo que se emitía en directo, la forma de documentar algunos acontecimientos era a través del cine, lo que resultaba complejo, demorado y costoso.
Y en un mundo como el de comienzos del siglo XX era necesario agilizar los procesos de producción audiovisual, llegar a nivel global de manera rápida, y ahorrar recursos financieros, humanos y tecnológicos.
Esto hizo que la invención del video como una tecnología audiovisual se pensara como apéndice de la televisión, y como instrumento e interfaz más que como una nueva forma de comunicación, como un medio cuya naturaleza era diferente a la de otros medios, cosa que se fue viendo con el paso del tiempo.
Gran parte del lenguaje del video y de su manera de ser como una tecnología se la debemos a los artistas de los años 60 y 70, que tomaron el medio como una forma más de visualidad y de sonoridad con plasticidad expresiva entre las artes ya existentes.
De allí que en los orígenes del videoarte y sus múltiples posibilidades, se consagraron figuras como las de Nam June Paik y Bill Viola quien hasta el presente es considerado uno de sus precursores.

Cinta de vídeo en color, sonido monoaural;
7 min
Intérprete: Bill Viola
Fotografía @BlogYoVeo
Cortesía: Sala de Prensa Museo Guggenheim

La tecnología del espíritu
Los años 60 y 70 fueron dos décadas en las que la experimentación y las hibridaciones dieron lugar a descubrimientos e invenciones de todo orden. El video fue uno de ellos, pues aunque los clip musicales hace tiempo se hacían en cine y de este medio el video heredó entre otras cosas la teoría del montaje para las emisiones en diferido, se fue configurando como un medio audiovisual capaz de distinguirse de otros en forma y en contenido.
De otra parte las vanguardias en el arte, el giro pictórico que produjo la incursión de la fotografía y este nuevo giro audiovisual, videográfico, permitió que el video se fuera tomando otros campos del ecosistema mediático con formas de representación de la vida y del mundo de las personas en el video casero, el video etnográfico, el video publicitario, el video educativo, el videoactivismo o video guerrilla y la videoexpresión o videosubjetividad.
El video dejó de ser un simple auxiliar de la televisión y se le opuso, decían los videastas: TV is not VT (video tape recorder), y el video se convirtió en un medio rebelde por naturaleza y tan flexible, que se popularizó y hasta las interfaces con el tiempo se volvieron portátiles en todos los dispositivos de la microelectrónica.
El video es uno de los medios que pronto se convirtió en mensaje, en la época en que McLuhan y Walter Ong explicaban al mundo que la primera tecnología que se inventó el humano para transformar su mundo fue el lenguaje, columna vertebral de todo acto comunicativo y de todo medio de comunicación.
De su parte Bill Viola vio en el videoarte las posibilidades expresivas y simbólicas de imágenes con vida propia, la iconicidad de los sueños y los recuerdos en pantallas donde la luz y el color son elementos plásticos de la memoria. Son huellas con autonomía como espectros electrónicos en los que habitan los arquetipos de la pintura y las sombras de las que está hecho el paso de las personas por el mundo.
![La ascensión de Tristán (El sonido de una montaña bajo una cascada) [Tristan’s Ascension (The Sound of a Mountain Under a Waterfall)], 2005 Instalación de vídeo y sonido; 10 min 16 s Intérprete: John Hay Cortesía de Bill Viola Studio © Bill Viola Foto: Kira Perov](https://blogs.elespectador.com/wp-content/uploads/2017/11/Tristans-Ascension-43-kp-ur-576x1024.jpg)
Instalación de vídeo y sonido;
10 min 16 s
Intérprete: John Hay
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola
Foto: Kira Perov
Algunos aspectos de su obra
Para Bill Viola el agua es un elemento fundamental en su obra, esto se aprecia en trabajos como El estanque reflejante (The Reflecting Pool) 1977-79 y en obras más recientes como La ascensión de Tristán (El sonido de una montaña bajo una cascada) [Tristan’s Ascension (The Sound of a Mountain Under a Waterfall)], del año 2005.
En una de las entrevistas que ha concedido a los medios, afirma que del agua venimos y es razón suficiente para tenerla como parte de su trabajo creativo. Pero además en otras obras de esta exposición se ve que el agua representa otros estados del espíritu, tanto para sus personajes sumergidos en el sueño o en el tiempo, como para los espectadores que vemos pasar la levedad de las imágenes una y otra vez frente a las pantallas.

Instalación de vídeo y sonido;
Bucle continuo
Intérprete: Madison Corn
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola
Foto: Kira Perov

Instalación de vídeo y sonido;
8 min 22 s
Intérprete: Norman Scott
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola
Foto: Kira Perov

Quinto panel de los cinco que componen Avanzando cada día (Going Forth By Day, 2002)
Instalación de vídeo y sonido;
34 min 30 s
Intérpretes: Melina Bielefelt, Hector Contreras, Weba Garretson, Dan Gerrity, John Hay, Michael Eric Strickland
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola

Fotografía @BlogYoVeo
Cortesía de la Sala de Prensa del Museo Guggenheim
También el fuego está presente en su obra, la tierra, el aire, y en sí todo lo que transforme la vida del ser humano en su condición más primitiva y en su dimensión más evolucionada. Esto hace de la obra de Viola una invitación a la contemplación, una reflexión de la transitoriedad del ser humano, de sus emociones y sentimientos más básicos y más arraigados, como de los más nobles y trascendentales.
De otra parte en la obra de este artista la vida y la muerte son ritmos que sin ser opuestos hacen parte de una misma sinfonía. Son temas recurrentes en la tragedia del nacimiento y de la partida, son dolores y alegrías, son eventos sorprendentes y misteriosos que nos acompañan siempre en formas como las imágenes del señuelo y del recuerdo o en la energía, al fin y al cabo los humanos estamos hechos de electrones al igual que el video, medio que en la obra de Viola es algo con vida propia, algo orgánico.

Instalación de vídeo y sonido;
Bucle continuo
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola
Foto: Gary McKinnis

Instalación de vídeo;
18 min 54 s
Intérprete: Luis Accinelli, Penelope Safranek
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola
Foto: Kira Perov
Esto lo vemos en obras como Una historia que gira lentamente (Slowly Turning Narrative), 1992 en la que sumerge de una manera más implicada al espectador como parte del evento plástico.
O en la obra Hombre en busca de la inmortalidad /Mujer en busca de la eternidad (Man Searching for Immortality/Woman Searching for Eternity), del año 2013, cuando nos pone frente a dos cuadros recostados en una pared como si no estuvieran colgados aún para la exposición, mientras vemos que los personajes se transforman y se miran a sí mismos como quien reflexiona la condición efímera de la vida y la lucha por hacer de ella algo perenne.

Instalación de vídeo y sonido;
34 min 30 s
Intérpretes: Melina Bielefelt, Hector Contreras, Weba Garretson, Dan Gerrity, John Hay, Michael Eric Strickland
Fotografía @BlogYoVeo
Cortesía de la Sala de Prensa del Museo Guggenheim
© Bill Viola

En otros trabajos suyos, esos caminos paralelos, esos caminos que se elaboran día a día o que se cruzan entre sí hacen parte de la obra, están en sus pantallas de video como testimonio del encuentro y de la distancia entre seres humanos y en actos tan cotidianos como el saludo o el encuentro.

Díptico de vídeo en color sobre monitores planos;
18 min
Intérpretes: John Fleck, Weba Garretson
Cortesía de Bill Viola Studio
© Bill Viola
Foto: Kira Perov
También podemos descubrir en la dimensión mítica de su obra, relatos como el de Narciso contemporáneo que se refleja en pantallas y ya no en estanques. Que sucumbe ante su imagen, se sumerge y se detiene a mirarse a sí mismo para ver al otro en su extrañamiento.
Toda la obra de Bill Viola es un testimonio visual de la subjetividad de esta época, de lo que prevalece en nosotros a través del tiempo, y del carácter personal del video si tenemos presente que esta palabra viene del latín videre que significa yo veo.
Su obra viva no escapa al marco, a las coordenadas del tiempo y del espacio, dramatiza esta condición y nos deja un testimonio de luz en medio de los espectros, nos hereda el videoarte: la tecnología del espíritu.

Fotografía @BlogYoVeo
Cortesía de la Sala de Prensa del Museo Guggenheim

Fotografía @BlogYoVeo
Cortesía de la Sala de Prensa del Museo Guggenheim

Fotografía @BlogYoVeo
Cortesía de la Sala de Prensa del Museo Guggenheim
-Agradecimientos a Bill Viola Studio a Kira Perov y a la Sala de Prensa del Museo Guggenheim por recibirnos y permitir este registro y recopilación de imágenes para elaborar y publicar este artículo. Gracias a mi ex-alumno Adrián quien me condujo hasta Bilbao y me acompañó para hacer este trabajo-