Extensión del terremoto de 1906,  Rudolph & Szirtes.
Extensión del terremoto de 1906, Rudolph & Szirtes.

 

 

 

 

 

 

 

El 31 de enero de 1906, se presentó el maremoto conocido como La Visita, inició a las 10:36 am y tuvo una duración de 8 minutos, con una magnitud de 8.8 escala de Richter, el Servicio Geológico Colombiano -SGC- anota que es el sismo de mayor magnitud instrumental que se ha registrado en la historia de Colombia. Este afectó la costa pacífica, comprendida entre Bahía Solano en el Chocó y Esmeraldas en Ecuador; anotan, además, que entre las 7:00 y 9:00 de la mañana hubo dos sismos más que causaron algunos daños, razón por la cual el gran terremoto no tuvo muchas víctimas, en razón a que la gente estaba en alerta. El daño destructivo afectó El Charco, Tumaco, Francisco Pizarro, La Tola y Mosquera en Nariño; Timbiquí y López de Micay en Cauca; y Limones y La Tola en Ecuador. El daño severo afectó Barbacoas en Nariño y Esmeraldas y Otavalo en Ecuador. El daño moderado afectó a Popayán en Cauca, Litoral del San Juan, Bajo Baudó y Bahía Solano en Chocó e Ibarra en Ecuador. Y como daño leve afectó a Ipiales, Túquerres y Pasto en Nariño; Cajibío en Cauca; Cali en Valle; Pereira en Risaralda; y Manizales en Caldas.

El terremoto destruyó casi en su totalidad los poblados del Pacífico nariñense y ecuatoriano, sobre todo por el tsunami generado, sus efectos llegaron hasta las costas del Japón. Se habla de un aproximado de 1500 muertos, aunque el SGC habla de 600 muertos: en Tumaco 149, El Charco 50, Playa Mulatos 64, Playa Amarales 83, en Timbiquí y Guapi 150. El periódico El Trabajo de Popayán, recoge la siguiente cifra de fallecidos: Morro de Salahonda (4 muertos), Hojas Blancas (10 muertos), San Ignacio (22 muertos), San Juan (149 muertos), Caballos (8 muertos), Guascama (11 muertos), Timbiquí (53 muertos), Sanquianga (12 muertos), Mulatos (64 muertos), Amarales (83 muertos), Boquerones (48 muertos), La Candelaria, El Coco y otros asentamientos en Micay (100 muertos), Cuerval, Quiroga (32 muertos), Cansara (2 muertos), Mosquera (2 muertos), Varena (9 muertos).

Después del terrible terremoto, viene el tsunami, que es el que mayores victimas cobrará, el SGC anota que en Tumaco dos condiciones atenuaron sus efectos: 1. Su ocurrencia durante bajamar y 2. El hecho que las olas impactaron contra dos islas ubicadas frente a la costa. En cambio las poblaciones costeras de Francisco Pizarro, Mosquera, La Tola, Guapi, Timbiquí y López de Micay fueron arrasadas por el tsunami. En Limones, Ecuador, desaparecieron 4 islas. Las olas del tsunami fueron tan severas, que al entrar a los esteros hicieron devolver los ríos, destruyendo de esta manera construcciones y cultivos ribereños.  En Tumaco, las olas alcanzaron una altura de 6 metros, en Hawái las olas fueron de 5.8 metros, alcanzando este las costas de Colombia, Ecuador, Costa Rica, México y Japón.

El SGC anota algo que llama la atención, ya que en muchos testimonios se afirma que brotó agua caliente, quemando a muchas personas, esto se llama licuefacción, sucedió principalmente en Cabo Manglares y en Boca Grande, en donde la tierra se abrió por varias partes y por las grietas emergió agua caliente, provocando quemaduras en varias personas. Así mismo en El Charco y Mosquera, algunas zonas costeras se hundieron casi un metro, fenómeno conocido como subsidencia. La mayoría de casas quedaron destruidas en Guapi, El Charco, Barbacoas y en Esmeraldas, en Tumaco se destruyeron 4 casas y muchas quedaron seriamente averiadas. En Pasto cayó la cúpula de la iglesia de San Felipe, así como la torre de la iglesia de San Pedro en Cali y en Pereira la iglesia de Nuestra Señora de la Pobreza presentó tantos daños que debió ser reconstruida. En Túquerres la torre de la iglesia cayó, matando a 5 personas.

Túquerres, 1906.
Túquerres, 1906.

 

El principal informe que recoge científicamente el terremoto del 31 de enero de 1906 fue publicado en Alemania por Rudolph & Szirtes, en la traducción que hizo la Universidad del Valle en 1991, se anota: “es una de las evaluaciones científicas más detalladas de los efectos del terremoto ocurrido el 31 de enero de 1906, el más grande que ha afectado el territorio colombiano en el presente siglo y el tercero en tamaño a nivel mundial desde que se inició el registro instrumental en la sismología, hacia finales del siglo pasado.”, hoy los especialistas anotan que desde que se tiene registros, hasta el 2024, es el 7º terremoto más violento registrado.

Un habitante de Tumaco fue entrevistado el 9 de abril de 1906 para el Daily Chronicle de Londres, el cual transcribimos del informe original, dada la importancia de lo que ahí se narra:

Yo me encontraba el 31 de enero a las diez y media de la mañana en la calle, delante de mi casa, conversando con un vecino, cuando súbitamente y sin el menor preaviso comenzó el movimiento sísmico más terrible que jamás haya sentido. Todos fueron arrojados al suelo. Toda la Isla estaba en movimiento y todas las casas se mecían de un lado a otro, como un barco en mar embravecida, de tal manera que uno tenía que temer que en cualquier momento podían desplomarse y enterrarnos bajo sus escombros. El movimiento del terreno fue tan fuerte que hacía imposible moverse del sitio. Mi vecino vio su propia casa, ubicada a pocos centenares de metros, y temía su desplome: sin embargo no fue capaz de dirigirse hacia allá y socorrer a su familia. Yo también intenté varias veces y en vano llegar a mi esposa, quien se encontraba en la casa en el piso superior; ella había sido arrojada al suelo y no fue capaz de llegar hasta la escalera. Cuando yo hacía el tercer intento de llegar hacia ella y ayudarle, justo había logrado pasar por la escalera tambaleante y salir de la casa, así que por fortuna escapó de las últimas y terribles vibraciones. Yo mismo escapé de un gran peligro sólo con gran esfuerzo.

Estas terribles sacudidas duraron 5 minutos completos y el susto de estos 5 minutos jamás lo olvidaré. El tremendo movimiento del suelo y de las casas, así como el ruido ensordecedor que acompañaba los movimientos, aún hoy en día me causa horror recordarlo. Cuando al fin pudimos volver a entrar a la casa, encontramos todo en el peor desorden. Dos grandes contenedores de hierro para agua habían sido tumbados y en su caída causaron grandes daños; en todas las piezas el piso estaba cubierto con los escombros de vidriería, vajilla de barro cocido, cuadros, lámparas etc.: todo estaba totalmente destrozado y en las demás casas se veía el mismo cuadro dé destrucción. Si todas estas casas hubieran estado hechas de ladrillos y piedras, toda la ciudad habría sido destruida por el primer impacto del movimiento, enterrando así bajo sus escombros a la mayoría de los habitantes, pero como estaban hechas de madera, muy dura además y muy bien encajada, poseen una gran elasticidad y resistieron muy bien a los movimientos.

Una media hora más tarde se regó en la población un gran susto, porque la mar estaba embistiendo hacia la isla con gran violencia. Afortunadamente, la ola de marejada rompió contra las dos islas que están localizadas delante de la ciudad y como en ese momento la marea estaba baja, el agua se podía extender sin inundar a la ciudad. 20 minutos más tarde llegó una segunda ola, la cual igualmente pasó sin causar daños, sin embargo, más tarde se notó que una de las dos islas que protegían a la ciudad había sido arrasada por el mar. Varias casas ubicadas en la costa fueron tumbadas por la ola, otras fueron averiadas fuertemente, pero no hubo ninguna víctima. En la costa de tierra firme la situación fue muy diferente. En una distancia de 80-100 km había muchas poblaciones y plantaciones que fueron destruidas sin excepción, como también lo fueron aquellas localizadas a lo largo de los muchos ríos, la mayoría probablemente por la gran ola de marejada que siguió al terremoto. La pérdida en vidas humanas se estima en total en 500-1000; sin embargo, es probable que la cifra exacta jamás se conozca.”

Mapa de placas tectónicas.
Mapa de placas tectónicas.

 

El mismo informe toma otro testimonio, el cual también transcribimos:

Una confirmación completa de las observaciones hechas sobre todo del fenómeno sísmico la obtenemos a partir del informe de otro testigo, quien antes de la ocurrencia del terremoto se había dirigido hacia la isla de Pindo, localizado hacia el S de Tumaco, para revisar los trabajos en su finca. Cuando en su viaje de regreso se encontraba nuevamente en cercanías de la playa frente a Tumaco, la tierra empezó a sacudirse súbitamente, de tal manera que sólo con esfuerzo pudo mantenerse de pie. Las palmeras se mecían, los cocos caían y las chozas de los pescadores en la playa estaban en movimiento ininterrumpido. Durante todo este tiempo se escuchó un ruido fuerte. Tan pronto se había dado cuenta del fenómeno, se dirigió derecho hacia la playa; sin embargo habiendo llegado a su límite tuvo que detenerse súbitamente ya que la arena que tenía por delante se encontraba en un movimiento vertical, el suelo se abría y se volvía a cerrar, de tal manera que le fue imposible alcanzar su bote. Después de 3-4 minutos todo se tranquilizó y pudo regresar con su bote a Tumaco, donde encontró todo en estado de terrible desorden. Media hora después del sismo llegó una ola de marejada con gran violencia y se rompió a un lado de la ciudad, donde fueron arrasados por el agua algunos astilleros. La ola de marejada llegó en período de bajamar; su altura fue de 2.5 metros. Este fenómeno se repitió dos veces, después de lo cual volvió el estado previo.”

En cuanto a la ola de casi 6 metros, según informes de los testigos, esta no destruyó la ciudad por dos razones que se recogen en el informe antes anotado:

Se señala como afortunada circunstancia para Tumaco que la marejada se presentara en bajamar, debido a que ninguna parte de la isla totalmente plana está a más de unos 3 m sobre el nivel del mar, de modo que en pujas el agua sube inclusive al nivel de las calles. Si el acontecimiento se hubiera presentado en marea alta irremisiblemente toda la ciudad habría sido arrasada y habría compartido el destino de otros puntos de la costa. Ciertamente en Tumaco se adiciona además la circunstancia favorable de que a la isla principal se anteponen frente al mar dos islas más pequeñas, las cuales soportaron el primer embate de las olas del mar y quebraron su fuerza. Así sucedió que a pesar de la altura de la marejada sólo las calles quedaron cubiertas por el agua y no se produjo ningún daño por las olas.”

El terremoto y luego el tsunami fueron tan devastadores que en varios rincones del planeta se registró la noticia, particularmente en aquellos que ya tenían algunos sistemas de medición, tales como Inglaterra y Estados Unidos, en este último el Chester Signal (Montana) del 22 de febrero, anotó: “Muchas ciudades de la costa de Colombia, situadas entre Tumaco y Buenaventura, fueron destruidas por un maremoto tras el terremoto del 31 de enero. Se perdieron más de 300 vidas.” Y el Boston Evening Transcript del 26 de febrero, registró:

Grandes daños en la costa colombiana, tras sismo. A las once menos veinticinco minutos de la mañana del día treintaiuno se produjo un terremoto que duró unos siete minutos, siendo el movimiento de norte a sur. La ciudad quedó considerablemente sacudida. Los daños, sin embargo, fueron pequeños, pero la gente fue arrojada sobre una tabla, arrodillada, llorando y orando en las calles. Todos los relojes del pueblo estaban parados, mientras que los cables estaban rotos en muchos lugares. Después del terremoto se produjo un maremoto, que aquí no tuvo ninguna importancia, salvo los informes de la costa. Incluyendo un área de cincuenta leguas al sur, dicen que dos mil murieron por el derrumbe de casas o ahogados por la ola, habiéndose perdido familias enteras. Los veleros informaron haber encontrado cientos de cadáveres y cantidades de peces muertos, y muchos pequeños asentamientos fueron completamente arrasados. El daño causado por el terremoto y el maremoto en Tumaco fue mayor que aquí y se perdieron algunas vidas. La conmoción se sintió en el interior y cinco personas murieron en Túquerres. En Popayán la gente recurrió a tiendas de campaña y se celebraron servicios de acción de gracias. Los días 21 y 22 de febrero se sintieron doce réplicas, pero se cree que todo peligro ya pasó.”

Islas en Tumaco, en Research Gate.
Islas en Tumaco, en Research Gate.

 

La ubicación del Pacífico colombiano y ecuatoriano entre las placas de Nazca y la Sudamericana hace que el riesgo de terremotos sea frecuente, con los subsecuentes tsunamis, de ahí que se hayan registrado algunos considerables, los cuales ya cité en otra columna, sin embargo aquí los recordamos nuevamente:

1882, septiembre 7, magnitud 8 escala de Richter.

1904, enero 20, magnitud 7.8 escala de Richter.

1906, enero 31, magnitud 8,8 escala de Richter, el más violento registrado hasta el momento.

1933, octubre 2, magnitud 6,9 escala de Richter.

1942, mayo 14, magnitud 7,9 escala de Richter.

1953, diciembre 12, magnitud 7,4 escala de Richter. Graves daños en Tumaco y en esmeraldas.

1958, enero 19, 9:09 am, 7,8 escala de Richter. Dejó un aproximado de 500 muertos en las costas de Nariño y Esmeraldas.

1979, diciembre 12, magnitud 7,8 escala de Richter. Dejó aproximadamente 500 muertos y desaparecieron varias playas y poblados, siendo las más afectadas El Charco y Guapi.

En 1906 hubo dos fuertes terremotos más, uno en San Francisco, EE.UU., el 18 de abril, y en Valparaíso, Chile, el 16 de agosto, ambos muy destructivos.

Tumaco actual (Foto: Revista Dinero).
Tumaco actual (Foto: Revista Dinero).

 

Estos datos antes que generar temores deben alistar a los entes gubernamentales encargados para preparar a los habitantes del territorio ante posibles desastres naturales, para evitar de esta manera pérdidas humanas y evitar en la medida de lo posible también pérdidas materiales, reconsiderando los materiales de construcción, quizá siendo necesario volver a las construcciones tradicionales, que han demostrado ser muy buenas para el territorio.

 

 

 

 

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