Pazifico, cultura y más

Publicado el J. Mauricio Chaves Bustos

Estudios de la costa colombiana del Pacífico, 100 años de un libro.

Portada del libro.
Portada del libro.

 

En 1921 salía de la Imprenta Mayor del Estado, ubicada en Bogotá, el libro “Estudios de la costa colombiana del Pacífico”, escrito por el padre agustino recoleto Bernardo del Carmen Merizalde Morales, quien había nacido en Bogotá el 18 de mayo de 1891 y quien para entonces ejercía como Vicario Provincial de los agustinos en la costa pacífica colombiana, ejerciendo desde 1927 hasta 1949 como Prefecto Apostólico de Tumaco, falleciendo el 24 de abril de 1972 en Pamplona, España. El libro en mención le valió al sacerdote católico ser nombrado miembro correspondiente de la Academia Nacional de Historia en1922.

Los padres Agustinos Recoletos llegaron a Tumaco en 1899, después de problemas políticos, se crea la Vicaría Provincial de las Parroquias de la Costa en 1915, posteriormente se eleva a Prefectura Apostólica, siendo el primer prefecto el padre Bernardo Merizalde del Carmen, los miembros de esta Orden permanecen hasta 1953, cuando se entrega la prefectura apostólica a los frailes Carmelitas.

Este libro constituye uno de los primeros referentes modernos sobre el territorio, que si bien no se adentra en las corrientes antropológicas o sociológicas modernas, es un interesante intento, casi que al estilo de los Cronistas de Indias, por mostrar no solamente el territorio como un conjunto natural, sino también éste como lugar de habitación de hombres y mujeres que han forjado un sincretismo particular dentro del conjunto de la nación colombiana, el lugar que hoy es la morada de una humanidad que lo habita y lo vive permanentemente. Contextualizando el momento en el que fue escrito, así como por quién fue escrito, es fácil entrever que hay un interés en mostrar la necesidad de la evangelización católica en el Pacífico colombiano, de tal manera que lo que Merizalde hace es exponer el trabajo de su comunidad religiosa en este territorio, para lo cual emplea un método sencillo de convencimiento, si se quiere, para justificar la llegada de más misioneros y la presencia de la iglesia católica en un territorio que él piensa está al garete de los principios y la moral cristiana.

No sin razón Ida Valencia, en la edición de la Universidad del Valle (2008), anota: “Desde su primera publicación en 1921 el Estudio de la costa colombiana del Pacífico ha sido punto de partida para los estudio realizados sobre esta zona del país, dada su amplia cobertura antropológica. La mirada del autor Bernardo Merizalde a través del sinnúmero de travesías vividas por los padres agustinos recoletos, no deja ver el proceso de aculturación, las batallas, las reconstrucciones sociales acaecidas en los años de formación de la república. Cada grupo lucha por sobrevivir y pergeñar su existencia: indígenas negros e indígenas chamies desean conservar su paraíso tropical, los misioneros transmutar las creencias, los españoles construir el imperio imposible en su tierra europea, a expensas de una selva deletérea que les devoraba entre minas de oro, jejenes, paraísos pictóricos, tesoros naturales”.

Reconociendo también que, pese a ese ocultamiento, el libro contiene elementos que permiten comprender al territorio dentro de un contexto determinado y hoy, gracias a ese libro, se cuenta con unas fuentes sobre dialectos indígenas, registros etnográficos, historia natural y geográfica de la región, la llegada de los afrodescendientes y su poblamiento, que sin duda alguna hacen que el libro se constituya en una fuente obligada para los estudios del Pacífico colombiano, el propio autor anota en la introducción a su libro: “Documentos antiguos y modernos ilustran estas páginas: unos corroboran con su autoridad nuestros asertos y son el cimiento de la narración; otros nos hacen conocer la manera como se ha pensado de la costa en diversos tiempos; todos vienen a cristalizar el pensamiento que hemos tenido de reunir en este trabajo, siquiera en síntesis, cuanto se haya escrito acerca del litoral”.

P. Merizalde, revista Tumaco, 1933.
P. Merizalde, revista Tumaco, 1933.

 

De tal manera que el libro, fuera del recorrido que hace de los Agustinos por el Pacífico, muestra aspectos importantes a tener en cuenta, partiendo de las Crónicas de Indias, la forma cómo se conquistó y pobló, las guerras intestinas entre los propios españoles, las comunidades que contactaron con algunas descripciones sobre sus usos y costumbres, así como un importante legado lingüístico en toponimias y apellidos que hoy pueden ser útiles a los etnólogos y antropólogos, la separación de Panamá, la construcción del fallido tren de Nariño, las guerras y tensiones sociales, son descritas aquí y pueden dar pie para futuras investigaciones. Así mismo, muy importante el rescate que hace de la tradición oral al transcribir algunos cantares -décimas- y que permiten comprender la importancia de este legado cultural que debería ser declarado patrimonio cultural de la nación.

Augusto Cuervo, de la Academia Nacional de Historia, al presentar su informe sobre la obra de Merizalde apunta: “La obra del P. Merizalde es de grande interés, especialmente para los habitantes de las costas del Pacífico y para todos los amigos de los estudios históricos. Está escrita en estilo muy sencillo, y no le encontramos más defecto sustancial que algunas expresiones poco suaves al comentar ciertos acontecimientos”, sin que realmente no se comprenda eso de “expresiones poco suaves”, lo que permite comprender un poco el tiempo en que fue escrito, como se ha dicho ya. Obra de transición, si se quiere, entre una mirada alejada de la realidad desde el centralismo bogotano, particularmente de las academias, universidades y de los propios gobiernos, a una mirada que parte de una realidad concreta, sin embargo mediada por la lupa del catolicismo recalcitrante, no sobra recordar que a dicha comunidad perteneció el contradicho obispo de Pasto Esequiel Moreno Díaz.

Particularmente, nos ha llamado mucho la atención la serie de fotografías que acompañan al texto en mención, sin que se aluda al autor de las mismas, se desprende ahí una intensión pedagógica para el lector, ya que con las imágenes se intenta reforzar lo dicho con la palabra, innovador para el territorio, cuando los libros de historia y de geografía oficial se limitaban a mostrar unos cuantos mapas y algunas ilustraciones de las principales ciudades del país y de algunos personajes, principalmente presidentes y militares.

Es por ello por lo que como un homenaje a este libro, que encierra una importancia para el territorio, como se puede desprender de lo ya dicho, hemos compilado un texto al que hemos denominado: “Tumaco, 1921-2021. Cien años de historia gráfica”, fotografías que hemos organizado y las hemos categorizado así: 1. Planos y mapas, ya que parece muy importante definir el marco geográfico del territorio, permitiéndonos comprender los avances tecnológicos que van desde la mera observación hasta la fotografía satelital. 2. Tumaco natural, donde se recoge el impacto pasado y presente que causa el entorno de la ciudad, de tal manera que se siente la persistencia de aquellos lugares emblemáticos que fueron, son y serán unos de los principales referentes del puerto nariñense. 3. Construcciones e infraestructura, muestra la intervención del hombre sobre este territorio, lugares que conforman y mueven parte de la civilidad del hombre asociado, que de una u otra manera trazan su propia vida, desde su nacimiento, como puede ser un hospital, hasta su muerte, con el cementerio. 4. Vida social, muestra personajes en lugares específicos de la ciudad, marcando no solamente el ambiente citadino que se busca dar con las fotografías, sino también el relacionamiento que marca un derrotero social desde la posición asumida o impuesta.

Las fotografías de 1921 son cotejadas con fotografías de 2021, las cuales han sido tomadas por Didier Alejandro Cuero Marquínez, quien debió buscar nuevamente el capricho de la lente de hace 100 años para enmarcarla en este siglo XXI, quien además de ser un consagrado taekwondoin, es ingeniero electrónico y un fotógrafo que recorre su hábitat para darlo a conocer al resto del mundo.

Lastimosamente no contamos con los recursos para publicar el libro, ya que conjuga las fotografías originales en blanco y negro, con las actuales a color, lo que aumenta los costos de impresión. Así que si alguno de los lectores de nuestra columna quiere sumarse a este empeño, será bienvenido, ya que será una forma de dejar un legado fotográfico histórico para los futuros estudiosos de nuestro litoral recóndito. [email protected]

Portada libro, 2021.
Portada libro, 2021.

 

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