Parsimonia

Publicado el Jarne

Frank Miller, o cómo la oscuridad se hizo cómic

Es curioso como todos conocemos a Steven Spielberg o a Alfred Hitchcock. Sabemos quienes son Dan Brown o Ken Follet –a veces, a nuestro pesar- o incluso nos identificamos con personajes de ficción como, qué sé yo, el típico perdedor que al final acaba en un bar sin luz, ahogando sus penas hasta que, de repente, aparece ella… En fin, ya me entienden.

En cambio, no sabemos quiénes son Jerry Siegel, Bob Kane o, más recientemente, Geoff Johns. Y es que, pese a estar casi en los años 20 de este siglo ( «¡el futuro, amigos, es hoy!», que dirían en un filme de los años ochenta del siglo pasado) seguimos considerando los cómics – tebeos – como una cosa de niños.  Pero hoy, si me permiten, querría hablarles de alguien muy especial y que rompe con esa idea: Frank Miller.

El regreso del Caballero Oscuro

Esta novela gráfica podría definirse así: «Bruce Wayne lleva años retirado. Demasiados, por lo que parece. Gotham City es presa del caos, de los mutantes y de mil desgracias más. Una de ellas, el regreso de Joker. Una historia en la que encontramos que Wayne necesita volver, pero no por dar seguridad a la ciudad, sino porque necesita la acción, la violencia y la sangre para disfrutar de una vida plena. Sin embargo, su cuerpo no le acompaña. Es casi un anciano».

No es otra historia del hombre murciélago. Es la historia de un Bruce Wayne humano, que reconoce sus debilidades, que no puede avanzar porque ya no tiene veinte años. Que no es Batman, aunque quiera y necesite serlo. Hasta que vuelve a serlo. Y ese es uno de los puntos que hacen grande esta obra maestra del cómic. Ver al hombre murciélago desatado. De vuelta de todo. Sin limitaciones morales. Sin duda, el mejor Batman.

Esto lo consigue Frank Miller, dibujante y guionista. Miller logró crear gran parte de esa atmósfera que hoy envuelve al hombre murciélago. Pero, a buen seguro, habrá quien pueda decir que siguen siendo historias para niños. A esas personas, más allá de decirles que cometen un error, pasaré a recomendarles otra de las obras cumbre de nuestro amigo Frank.

Miller dibujó un Batman oscuro y viejo.
Un Batman oscuro, viejo y en retirada.

Sin City

La ciudad del pecado dista mucho de ser un cuento para niños. Sangre, ultraviolencia, sexo. Cine negro hecho dibujo. Sí, pueden acercarse a la historia con la película de Robert Rodriguez, pero sólo estarán al borde de una historia que les depara horas y horas de diversión. Es literatura. Es conocer a los personajes, literalmente, por sus pensamientos y no por sus acciones.

Es disfrutar con imágenes en blanco y negro que sólo se rompen cuando algún color concreto necesita destrozar las creencias del lector. Es lo que necesitan para dejar de infravalorar los cómics. Entiendan que no puedo extenderme demasiado porque este es un paseo corto, pero al menos, este nombre debe quedar grabado en su mente. Pero, por favor, sigamos.

La ciudad del pecado.
El viejo muere, la chica vive.

Hard Boiled

Es el mayor despliegue de violencia que podrán encontrar en una novela gráfica de Miller. Páginas y páginas repletas de viñetas donde vemos pequeñas batallas campales. ¿Su argumento? Un tipo que parece ser lo más sencillo del mundo –vende seguros, está casado y tiene dos niños, una vida perfecta- pero que tiene algo que le hace ser diferente al resto.

Con un guión que recuerda muy a menudo a Blade Runner (léanlo y me cuentan) estamos ante una obra que, honestamente, no debe caer en manos de un niño. Matanzas gratuitas porque sí, por el simple hecho de disfrutar con un dibujo exquisito en el que no hay nada que no deba estar. Que consigue meter al lector en una atmósfera asfixiante con olor a sangre y suciedad. Si pueden pedir en su librería habitual uno de los tomos que agrupan parte de estas historias, háganlo. Eso sí, sólo si toleran lo anterior.

Hard Boiled es la obra más violenta de Frank Miller.
Violencia y más violencia.

Ronin

Pasado y futuro unidos. Un samurái sin amo y un joven tullido. Dos en uno. Parece que no hay por dónde agarrarlo, ¿verdad? Y pese a todo, es una historia acerca del ser humano. Acerca de sus claro-oscuros, sus aspiraciones y su forma de obtener y proteger lo que quiere. Posiblemente, la obra más redonda de un Frank Miller inspirado y acompañado por Lynn Varley, quien no hace sino magnificar más si cabe esta obra dotándola de  color.

Siglo XIV y siglo XXI unidos en una historia donde, sí, también hay violencia -¿qué esperaban? Es Miller- . Hay quien dice que no es el mejor cómic de este guionista y dibujante. Mirándola desde un punto de vista unitario, apartada del resto de su carrera, puede ser cierto, aunque sigue siendo superior a la media.

Ahora, una vez unida a toda su trayectoria encontramos en Ronin una versión iniciática de lo que después encontraríamos en 300, en El regreso del Caballero Oscuro o en Sin City. Recursos narrativos como esa voz interior o como las páginas que, en sí mismas, componen una sola viñeta compuesta por meta viñetas.  Una obra que debiera estar en su estantería.

El Japón de los samurais según Miller.
El Japón de los samurais y la distopia del siglo XXI según Miller.

Evidentemente, no resumimos todas las que deberían estar, pero sí algunas por donde pueden empezar a cambiar su visión acerca de los cómics. No, no son para niños. Son para lectores. Hay un tebeo para cada edad y no deberían dejar de lado esta rama de la literatura por simples prejuicios. Lean comics –lean, sea lo que sea- y disfruten de nuevos mundos y nuevas historias. No crean que por ser ‘dibujitos’ son niñerías…

P.D: ¡Ah! Por si hubiera alguien que se lo estaba preguntando. Jerry Siegel es el creador de Superman, Bob Kane el de Batman y Geoff Johns es quien despertó del letargo en el que estaban a Green Lantern y a The Flash, entre otros.

Sobre el autor

Daniel Miguel es informador en la emisora pública Radio Nacional de España, donde se encarga de la edición de los informativos de madrugada. Sin embargo, tiene una doble vida. También es un voraz lector de cómics, guionista y bebedor de cerveza. Aunque, según dice, no necesariamente por ese orden.

En Twitter: @eltabernero

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